«No podemos afrontar problemas del siglo XXI con recetas del XIX»
Después de diez años al frente de la organización ecologista con más socios en nuestro país, López de Uralde se embarca en la política
Juantxo López de Uralde
Ex director de Greenpeace España
MADRID
A punto de abandonar oficialmente la dirección de Greenpeace España tras diez años en el cargo, Juantxo López de Uralde perfila su entrada en política como alternativa para los que «están hartos del modelo». La acción que le valió la popularidad mundial en la Cumbre del Clima de Copenhague aún está pendiente —«sigo a la espera de que se concreten los cargos», afirma, pero «la vida sigue»—. Nos atiende desde un puerto del Mediterráneo, donde está a punto de comenzar una nueva «singladura» profesional y vital. Su carta de navegación, lo conseguido en 2009 por Daniel Cohn Bendit en Francia, donde Europe Ecologie obtuvo un 16% de votos en las europeas.
—¿Le han servido las vacaciones para perfilar esa formación verde de la que tanto se habla?
—En principio la idea es reflexionar sobre la posibilidad de una nueva opción política, que tenga más la forma de una red, más un movimiento sociopolítico que agrupe a personas que consideren que la cuestión ambiental debe ser central en la política. Ahora, en septiembre, veremos los apoyos y las posibilidades que tenemos.
—Entonces será una plataforma donde aglutinar las fuerzas verdes que ya hay en España.
—Efectivamente, no queremos ser más que un elemento capaz de catalizar un movimiento sociopolítico verde lo más amplio posible. No queremos crear un nuevo partido, sino concentrar las fuerzas que hay porque estamos seguros de que eso tendrá un efecto llamada sobre otras personas o colectivos que pudieran unirse.
—Hablando de efecto llamada, ¿con quién han contactado?
—Conversaciones hay muchas, pero ya se verá.
—Las fuerzas verdes que ya hay en España ¿verían con buenos ojos que alguien «nuevo» lidere ese aglutinamiento?
—La propuesta no es tanto liderar o no liderar como tratar de hacerla posible y, por lo tanto, creo que si de lo que se trata es de que el medio ambiente tenga su voz propia, una voz fuerte y contundente en las instituciones, todo el que sinceramente esté interesado sólo puede tener una reacción positiva ante la suma de fuerzas. —¿Cree que hay un nicho de votantes en la ecología?
—No me cabe ninguna duda. No estamos hablando de un partido que sólo hable de ecología, pero evidentemente ésta da respuesta a todos los problemas, no sólo los ambientales. No hay más que ver que en nuestro entorno europeo la existencia de partidos verdes es una realidad consolidada.
—¿A qué electorado apelan?
—Apelamos a todos aquellos que están hartos del actual modelo, que consideran que nos está llevando a una crisis y que hacen falta cambios profundos para poder superarla. Creemos que nuestro mensaje puede tener mayor calado en los más jóvenes y en gente desencantada con la acción de los grandes partidos.
—¿Cabrían los votantes de derechas o va a ser difícil superar el «idilio» entre verdes y izquierda?
—La ecología supera las tradicionales posturas de izquierdas y derechas y aporta elementos nuevos a la discusión. Pero no hay duda de que detrás de la destrucción ambiental hay un modelo económico basado en el beneficio a corto plazo y por encima de cualquier otro interés. Es decir, se trata de crecer sobre una base física finita y esto es insostenible. Desde ese punto de vista nuestro planteamiento también es, y lo decimos claramente, la superación del capitalismo.
—En los últimos años la política ambiental ha brillado por su ausencia en nuestro país, y son años de un gobierno de izquierdas...
—Por eso digo que realmente los tradicionales conceptos de izquierda y derecha cuando nos referimos a la crisis ambiental carecen de sentido, porque se basan en ideologías que podemos calificar de un poco antiguas. Lo que estamos proponiendo es un modelo para hacer frente a los problemas del siglo XXI. No podemos seguir afrontando las crisis del siglo XXI con recetas del siglo XIX.
—¿Cuál sería el programa de esa fuerza verde?
—Nuestro trabajo va a tener dos ejes: la sostenibilidad ambiental y la equidad social, porque vemos que este sistema además de destruir la Tierra es injusto. Un 20% de la población consume el 80% de los recursos mientras el resto no alcanza los niveles básicos de supervivencia. En la cuestión ambiental hay muchos temas que nos preocupan, como es la lucha por un modelo energético basado en renovables, el bienestar animal, la lucha contra los transgénicos en defensa de un modelo de agricultura ecológica sostenible... hay mucho avanzado ya en lo que se llama el Green New Deal (el gran acuerdo verde global) y esa es la línea que nosotros queremos seguir.
—¿Se ve sentado en un escaño en el Congreso?
—Yo le diría algo que dijo Cohn Bendit. «A m no me interesa el poder, me interesa la influencia». No nos interesa criticar por criticar, lo que queremos es ayudar a superar los gravísimos problemas a los que hacemos frente. Por eso nuestro objetivo es generar un movimiento más que alcanzar un escaño.
—¿Un movimiento que confluya en las generales de 2012?
—Por supuesto, pero nuestra ambición verdadera es poder influir para que se hagan políticas que planten cara a esos problemas.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete