El otro coche de las estrellas de Fórmula 1

La vida de los pilotos en la periferia de los grandes premios tiene un punto monótono y endogámico. Hacen casi siempre lo mismo en rutinas laborales marcadas por las agendas que reciben cada día. Y fuera de los circuitos se relacionan con poca gente ajena a la Fórmula 1 . Eso sí, los domingos, la mayoría se suelta el pelo en las fiestas de fin de carrera que suelen organizarse y siempre conducen ellos cuando salen de los circuitos. Pilotan coches último modelo de las marcas proveedoras de sus equipos. Aunque no todos. Los pilotos conducen cuando salen hacia el hotel, a cenar o adonde quieran desplazarse. Es rarísimo ver a un piloto de «paquete». Y todos reciben un vehículo de cortesía de la casa que proporciona los motores de su escudería.

Los pilotos de Ferrari, por ejemplo, suelen conducir Maseratis, deportivos italianos de lujo. Fernando Alonso lleva uno de estos prototipos cuando se quita el traje de faena. Y aquí entran en juego los contratos: Hamilton, un Mercedes porque McLaren es socio de la marca alemana. Kubica, un Renault como antes lo hacía Alonso, por obligaciones con la casa madre. De la Rosa debe llevar un BMW por el enlace con Sauber.

Las escuderías que no pertenecen a una multinacional del automóvil, como Red Bull, Toro Rosso, Force India o Hispania, conceden libertad a sus pilotos para conducir en su horas libres. Mark Webber eligió un Porsche 911 en la última carrera en Australia y su compañero Vettel se decantó por un BMW X-5. El italiano Liuzzi aterrizó con un Hummer en Albert Park.

Alonso llevó un Maserati, aunque ya tiene su propia flota en casa: cuando fichó por su actual equipo se compró un   Ferrari 458 Italia blanco . Un auténtico torpedo de 570 caballos, 325 kilómetros de velocidad máxima y 216.000 euros de precio. El asturiano también se agenció un Mercedes McLaren SLR cuando en 2007 compitió para el equipo inglés. Otro coche superlativo: 400.000 euros de caché, 626  caballos de potencia y 360 kms./h. de velocidad punta.

Otros tienen que conformarse con mucho menos. En Australia, Jaime Alguersuari se decantó por un Seat León; Buemi, por un Volkswagen Golf GT; Bruno Senna y Chandhok, por un Skoda Superb.