Tormento, éxtasis y otras sustancias
Con lo tranquilo que estaba el casi septuagenario Herzog haciendo fetenes documentales de La 2 en aquellos finisterres de Dios, y ahora se lía la manta a la cabeza con un remake soul-bluegrass de aquel zambombazo con martillo de Thor que soltó hace 18 ... años Abel Ferrara. Una osadía aún mayor al comprobar que, a un filme de los de «nombre delante del título», (de hecho, Fernández Santos lanzó su memorable crítica con un directísimo «¡Harvey Keitel!»), ahora le ha lavado la cara protagonista por completo, encontrándonos con Nicolas Cage como poli no malo sino sencillamente zumbado. Pecata minuta para un tipo al que no se le ha movido el peluquín ni con ornitorrincos de peluche como «Adaptation», «The wicker man» o «El motorista fantasma» (también con Eva Mendes dentro; por cierto, y sin que suene machistón, cuánto pierde esta chica sin un buen wonderbra que echarse al plexo solar).
Mucho más tino demuestra el autor de «Fitzcarraldo» al ubicar la trama (incierta y viscosa como un bloque de gelatina ocre, aunque con ciertas centellas de «film noir» clásico, más que nada porque no las seguiría ni un perdiguero de Burgos) en una Nueva Orleans convertida en un piano borracho a lo Tom Waits tras el Katrina, donde el politoxicómano y pasadísimo Terence McDonagh deambula con ojos de muñeca «creole» mientras una Eureka Brass Band espectral le conduce al cementerio donde le espera una tumba adosada para él solito. Así, lo que en Ferrara era arcada seca (esa danza macabra en pelota picada y barriga de tortuga, ese final desolado), aquí se transforma en imaginería onírica a golpe de pituitaria enyesada, con iguanas que sueñan ser peces de colores o así, y rizado de rizo con escenas tan exasperantes como la del tunero Xzibit jugando a ser Tony Montana (si Gilbert Arenas le pillara...). Y Cage, pedazo cólera de Dios, haciendo coros. Pelín cansino eres, Nicolasete.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete