Empezamos poniendo una pizca de sal. Con este truco logramos que el aguacate no resbale por el mortero o molcajete, como lo llamamos en México. Al aguacate añadimos una cucharadita de chile serrano bien picado. Añadimos dos medidas de cebolla, bien picada también. Y otras dos cucharaditas de cilantro.
Agregamos el limón exprimido. Bastan unas gotas
Con el molcajete se machaca del exterior, las paredes, hacia el centro. Despacio, de manera que extraiga los sabores, pero queden trozos grandes. no queremos una papilla.
Un chorrito de aceite de aguacate, solo unas gotas para que le dé cuerpo a la mezcla y emulsione. Esto es una invención nuestra.
Un par de cucharadas de granada para darle el toque.
¡Acompañadlo con unos totopos crujientes y listo!