El 18 de marzo de 1901, Auguste, un ama de casa a la que su marido define como «una mujer trabajadora y ordenada, algo nerviosa, pero bastante llevadera», muestra por primera vez un comportamiento extraño: de repente, ella lo «acusa con fiereza» de haber salido a pasear con una vecina. Después pierde la memoria, sufre periodos de agitación y temblores. El doctor Alois Alzheimer se hará cargo de su caso.