A través del foro de charangas de España, la peña "La joven mafia" se enteró de que había plazas disponibles para viajar a Doha durante 20 días con todos los gastos pagados. A cambio: animar a bombo y platillo a Qatar. "Y esta oportunidad, oye, pues no sale todos los días", reconocía José Luis, uno de los 60 españoles que se apuntó a la aventura. La organización los contrataba por su alegría, su música y porque en Qatar todavía andan escasos de cultura de animación. "Nos dieron las camisetas y las banderas qataríes y lo que hicimos fue adaptar las canciones que nos sabíamos para incluir Qatar en la letra", prosigue Toni, de Santa Crus de la Zarza (Toledo). ¿Y cuándo los anfitriones jueguen contra España? "Pues el corazón dividido, supongo", admitía José Luis.
Pero no tuvieron que partirlo. La organización les dio día libre para que pudieran dar rienda suelta a sus sentimientos. Libres de las cadenas "contractuales", la afición española fue española de verdad, por colores y por cánticos, aunque también hubo alguna canción tuneada en favor de los qataríes al descanso. No obstante, el tambor y el saxo se mezclaron con las canciones propias del país, cantadas por una grada de blanco y granate que ocupó buena parte de las gradas, aunque no llegó a copar las 15.000 butacas del Lusail Hall. Y hasta hubo un españolísimo "Hasta el final, vamos Qatar". Al fin y al cabo, el balonmano une, nunca separa.
Mañana, José Luis y Toni volverán a enfundarse las camisetas qataríes para seguir trabajando. Y disfrutando de unas "vacaciones" pagadas con 20 euros diarios en dietas, alojamiento y comida a costa del organizador y excursiones al desierto y visitas a la ciudad por cuenta de la casa. Hoy, su corazón ha respirado tranquilo.




