Opel Astra EcoFLEX: gasto sí, prestaciones no
Esta variante del compacto germano prima, por encima de todo, el consumo y las emisiones, que fija en unos contenidos 109 g/km. Buen confort de marcha, una hatabilidad en la media del segmento, buena calidad y un efectivo comportamiento completan un conjunto que, sin embargo, no da el «do de pecho» en cuanto a empuje o prestaciones, sobre todo a baja velocidad.
madrid Actualizado:Competidor directo de los Ford Focus , Toyota Auris y compañía, con una calidad muy próxima a la los modelos Premium del segmento compacto o C como el Volkswagen Golf , el Opel Astra es uno de esos imprescindibles a la hora de considerar una berlina por debajo de los 4,5 metros de longitud.
Desde hace unos meses, la marca apuesta de forma abierta por variantes de bajos consumo y emisiones, tan de moda en los tiempos que corren. Entre ellas hay una sorprendente versión de sólo 99 g/km , aunque sin llegar a tanto se puede considerar el EcoFLEX que nos ocupa, impulsado por un motor Fiat Powertrain de 1,3 litros y 95 CV (190 Nm de par máximo) que le permite 109 g/km a partir de un promedio de poco más de 4 l/100 km de gasóleo bastante próximo a la realidad y fruto, entre otros, de uno de esos dispositivos de parada y arranque automáticos en semáforos y detenciones que, por cierto, se puede desactivar pulsando una tecla del cuadro.
Confortable, razonablemente amplio (tampoco en exceso para sus 4,42 metros de largura), con buena ergonomía al volante, un maletero profundo y capaz (370 litros en posición básica y hasta 1.235 una vez vencidos los respaldos traseros, que no la banqueta, fija), facilidad de conducción…
Sobre lo último, su sencillo pero efectivo chasis, con ESP y suspensión trasera mediante elemento torsional, disfruta de una dirección servoeléctrica muy agradable y bastante comunicativa, y de un equipo de frenos potente y dosificable, en todo caso adecuado al planteamiento general del coche. La pisada es aplomada, y como buen tracción delantera muestra tendencia a seguir derecho en curvas, lo que se corrige con facilidad a base de volante y aflojando gas (es, pues, predecible). Sorprenden, por cierto, sus llantas de 17 pulgadas con neumáticos 215, una combinación tremenda para la ajustada potencia de esta variante.
Dotado de un equipamiento de serie adecuado (elevalunas delanteros, 6 airbag, proyectores de niebla, llantas de aleación, cierre con telemando, equipo de sonido integrado con toma Aux-in oculta en la guantera delantera central o aire acondicionado, entre lo más interesante), se echa sin embargo en falta un volante (multifunción) con aro de cuero o unos sencillos elevalunas traseros. Sin embargo, la calidad es bastante buena, y el coche resulta silencioso una vez caliente y en marcha. Un apunte: el arranque en frío no es su fuerte, pues le cuesta más de lo previsto y traquetea.
Hablando del motor, en principio se trata de una versión adecuada para aquellos que priman el consumo y las emisiones, clientes que no demandan grandes prestaciones y que, sobre todo, utilizan el coche para moverse por ciudad y cinturones periféricos. En esas circunstancias el Astra analizado cumple con creces, pero con una pega a considerar: su respuesta desde parado es demasiado pobre, lo que se traduce en una salida excesivamente lenta para ponerse en marcha hasta que «agarra» el máximo par, en la banda de las 1.750 rpm.
Una pena, y un handicap en más de una ocasión: hay cruces e intersecciones en los que se piensa inicialmente parar y luego se continúa la marcha, por ejemplo en segunda relación, pero ya con el motor bajo de vueltas y dificultad para recuperar velocidad. Otro tanto sucede al afrontar rampas acusadas, donde más pronto que tarde se termia patinando el embrague para que el motor gane vueltas y el conjunto no se cale. A cambio, una vez lanzado el Astra EcoFLEX responde con la celeridad esperada, aún no siendo un modelo de tintes deportivos. Por cierto, su cambio de 5 marchas tiene un tacto y un guiado estupendos.