Audi S8, ahora con 520 CV

Con el S8, Audi corona la oferta A8. Y lo hace con un vehículo de altos vuelos y tono marcadamente deportivo dotado de tracción integral quattro (con reparto de par entre las ruedas traseras, según agarre) y caja de cambios auto secuencial Tiptronic de 8 relaciones (dotada de levas de aluminio en la columna de la dirección, para su gestión manual), pero sobre todo de un portentoso bloque de gasolina 4.0 V8 sobrealimentado de nueva generación que libera una potencia de 520 CV y un par límite de 650 Nm (éste, constante de 1.700 a 5.500 rpm), en la línea del súper deportivo de la marca R8.

Una de las peculiaridades del propulsor reside en el sistema de desconexión de cilindros (exactamente de 4 de ellos) o Cylinder on Demand ideado para aquilatar el consumo cuando, por ejemplo, se circula a velocidad moderada y sostenida en autovía.

Esta medida, y otras como la construcción en aluminio del modelo, que permite ajustar la tara a 1.975 kg, consagran un austero (valorando su potencial) de 10,2 l/100 km.

El chasis del S8 se dota de suspensión de naturaleza variable (varía la flexibilidad y la altura del vehículo entre 3 niveles), y puede hacerlo igualmente de dirección activa (cambia la desmultiplicación según la velocidad, para sin ir más lejos mover las ruedas entre topes a coche parado con muy poco giro de volante), recibe llantas de hasta 21 pulgadas y discos de freno de 400 mm en el eje anterior, y de 365 en el posterior, que además pueden ser de naturaleza cerámica (pintados en gris oscuro), más longevos y resistentes al calor ante un trato exigente.

Aunque la estética del S8 no varía en exceso frente a la de otros A8, sí hay variaciones apreciables. De ahí los tiradores de las puertas y retrovisores pintados en aluminio, sus 4 terminales de escape 2 a 2, o las tonalidades de carrocería específicas.

Dentro varían desde el diseño de los asientos al de la instrumentación, con esferas de fondo negro. El emblema S8 aparece, además, en distintos puntos: umbrales, butacas, relojes…