Disfraz de contabilidad

Empieza el carnaval, para aquellos de Ustedes que lo celebren, que deseo que quienes lo disfruten sean todos en general, con independencia de la celebración. Y empieza también el año de la serpiente en China, que según el horóscopo de aquel país permitiría augurar bondades y venturas en la próxima anualidad. Aunque no deberían olvidar que tanto la Bolsa de Nueva York en 1929, como las torres Gemelas en 2001, en ambos casos se derrumbaron en mitad de igual año animal.

Sorprende, en todo caso, el ánimo con el que el personal afronta la tensión actual. Hasta el punto de sacarle punta con la aparición de chistes a partir de los apellidos de algunos protagonistas del panorama nacional. Y es que, sin ningún ánimo de ofender, no deja de ser curioso que la Ministra de Sanidad se apellide como se apellida; que el yate real se bautizara como se bautizó; que el primer banquero tenga un apellido que induce a la recompensa y que el del ex tesorero del Partido Popular nos recuerde a la hostelería donde se le ha visto disfrutar de un período vacacional.

Mientras tanto, desde Europa se recomienda al Gobierno la reforma del sistema de partidos y el régimen electoral. Sin embargo, eso no llegará. Más fácil será que, por carnaval, vean a muchos con un nuevo disfraz: el de libro de contabilidad.

J. I. Sanz es Director Executive Master en Corporate Finance de Esade