TERRORISMO
Quinto rastreo en Francia en busca del cadáver de Publio Cordón, víctima de los Grapo
Murió en 1995, tras varios días de cautiverio a las afueras de Lyon
Esta semana se han reanudado las labores de rastreo en el Mount-Ventoux francés para intentar dar con los restos del empresario aragonés Publio Cordón, que murió secuestrado por los Grapo en 1995 y que, según el testimonio de uno de los terroristas, ocultaron su cuerpo enterrándolo en los pinares de este paraje turístico francés, conocido por los aficionados al ciclismo por acoger una de las tradicionales etapas de montaña del Tour.
Los Grapo secuestraron a Publio Cordón en Zaragoza y se lo llevaron a Francia. Lo mantuvieron oculto en una casa que habían alquilado a las afueras de Lyon. Cordón logró escapar del armario-zulo en el que lo tenían retenido, pero se hirió fatalmente al intentar saltar al exterior desde una ventana. Los terroristas trasladaron su cadáver hasta el Mont-Ventoux y lo enterraron allí, todo esto mientras decían a la familia que seguía vivo para garantizarse así el abultado rescate que les forzaron a pagar.
Durante años, los Grapo insistieron en que habían liberado a Publio Cordón tras cobrar el rescate. Un falso testimonio que la familia tuvo que soportar como un calvario extra.
El terrorista Silva Sande acabó confesando en febrero de 2009, casi quince años después del secuestro, que el empresario había muerto durante su cautiverio. Su testimonio es el que ha permitido acotar la zona en la que habría sido enterrado.
Este miércoles se reanudó la búsqueda en el Mont-Ventoux, según ha informado Heraldo de Aragón, tras recibir la preceptiva autorización de las autoridades francesas. Es el quinto intento. El anterior tuvo lugar en julio. No se hallaron los restos de Publio Cordón, pero aquellos trabajos sirvieron para acotar las zonas en las que los equipos electrónicos de sondeo apuntaron datos que podrían dar con la sepultura. Estos detectores buscan metal, la señal que debe emitir el pico utilizado por los terroristas para cavar la fosa y que, según el testimonio de Silva Sande, abandonaron también allí mismo.
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