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Para Boris Johnson podría haber cientos de niños a los que sus padres les enseñan «cosas locas» - afp

Prohibir minifaldas o los helados a medianoche: las propuestas más insólitas de los alcaldes

El último ha sido Boris Johnson por querer evitar futuros «terroristas suicidas» separando a niños musulmanes de padres radicales

i. miranda
Actualizado:
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  1. Boris Johnson

    Para Boris Johnson podría haber cientos de niños a los que sus padres les enseñan «cosas locas» - afp

    A veces las propuestas que a un político le parecen lógicas, se convierten en todo un polvorín social. Así le pasó hace unos días al alcalde de Londres, Boris Johnson, cuando se manifestó a favor de separar a los niños musulmanes de sus familiares cuando estén en riesgo de ser radicalizados por sus padres. La propuesta consistía en que los menores pasaran a estar bajo el cuidado de los servicios sociales británicos y, de esta forma, evitar que pudieran convertirse en posibles «terroristas suicidas».

    Lo cierto es que Johnson no ha sido el único alcalde que ha hecho propuestas que han provocado una fuerte reacción social y han llegado a traspasar fronteras.

  2. Gustavo Petro

    El alcalde de Bogotá (Colombia), Gustavo Petro - afp

    Al alcalde de Bogotá (Colombia), Gustavo Petro, se le ocurrió el año pasado anunciar que permitiría a los prostíbulos establecerse en centros comerciales. Eso sí, con algunas condiciones: que tuvieran un acceso directo al local desde el exterior y que sólo se instalaran en aquellos edificios que estuvieran ubicados en zonas comerciales —no residenciales—. La razón de su propuesta era erradicar la prostitución de calles de zonas transitadas y, a su vez, llevarla a un lugar más «seguro». Pero lo que consiguió Petro fue incendiar las calles. «Se creó un pánico moral entre la comunidad que no tiene que ver con la realidad que está escrita en la norma», aseguró después el regidor de Bogotá, según recogió «El Espectador» .

    Sin embargo, Petro ya había desatado la polémica antes. En 2012 propuso un plan para luchar contra la drogadicción que incluía la creación de centros regulados de consumo de drogas. En esta ocasión, la teoría del alcalde se basaba en que si el Estado, además de asistir al drogadicto con medicamentos, también le facilitaba una dosis de sustancias psicoactivas y creaba lugares de «distensión» , podrían controlar mejor a los drogadictos, se reducirían la violencia y se acabaría con el microtráfico.

  3. Vincent Gray

    Varios «sintecho» duermen en el metro, en una imagen de archivo - afp

    En Washington, Vincent Gray promovió una polémica propuesta de «emergencia» sobre personas sin hogar: ante el incremento en un 135 por ciento de las personas que han acudido a los refugios este invierno, el alcalde pretendía que los funcionarios de la ciudad pudiesen negar el refugio si determinaban que la familia en cuestión tenía otro lugar para alojarse, como la casa de algún familiar o amigo, aunque las condiciones no fueran las más propicias. En ese caso, deberían dejar el refugio en menos de 24 horas, aunque las temperaturas estuviesen bajo cero.

    «Nuestro objetivo es sacar a la gente de los refugios... o que nunca llegue a los refugios, incluso si esto significa vivir con una abuela, una hermana, o lo que sea», dijo Chris Murphy, jefe de personal de Gray. «Pensamos que es aceptable. Las familias los han hecho durante generaciones. Las familias inmigrantes lo hacen. No es una situación inaceptable», opinaba Murphy en contra de medios de comunicación, políticos, asociaciones de derechos e incluso buena parte de la población.

  4. Giuliano Pisapia

    «Medianoche, prohibido el helado en la calle», titulaba «Il Corriere della Sera» sobre la normativa de Giuliano Pisapia - Eduardo San Bernardo

    El verano pasado, el alcalde de Milán, Giuliano Pisapia, consiguió poner a buena parte de los milaneses en su contra. «Medianoche, prohibido el helado en la calle», titulaba «Il Corriere della Sera» tras conocer una polémica normativa municipal que preveía castigar el consumo fuera de los locales de pizzas, paninis o bebidas, para evitar «reuniones nocturnas en las aceras».

    Después de que la noticia corriera como la pólvora por las calles y las redes sociales, Pisapia se apresuraba a emitir una nota en la que aclaraba que los milaneses podrían seguir disfrutando de sus helados después de medianoche pero, eso sí, mientras fuese dentro del local. No obstante, sus palabras no aplacaron a los ciudadanos a raíz de la inusual medida.

  5. Michael Bloomberg

    Bloomberg prohibió las bebidas XL en cadenas de comida rápida, cines o estadios - reuters

    Michael Bloomberg, ex alcalde de Nueva York, es uno de los políticos más comprometidos con la salud y, en especial, contra la obesidad y el tabaquismo. Y precisamente de estos dos campos han venido sus propuestas más polémicas y por lo que le han llegado a tachar de «intervencionista». En 2012 consiguió que el Comité de Salud del Ejecutivo local prohibiese los refrescos azucarados de gran tamaño en cadenas de comida rápida, cines o estadios, pese a que la mayoría de los neoyorquinos se mostraron en contra. La multa por incumplir la normativa era de 200 euros, pero tal fue el desacuerdo que la medida fue peleada en los tribunales y este verano un tribunal de apelaciones de Nueva York ratificaba la suspensión de la polémica ley.

    Bloomberg también prohibió fumar en restaurantes, espacios cerrados, y en parques, plazas y playas. Fumar en Times Square, Central Park o en las playas de Coney Island está sancionado con hasta 100 dólares (72 euros) de multa. Y, por si esto fuera poco, antes de dejar su puesto, el ex alcalde también extendió las prohibiciones a los cigarrillos electrónicos y elevó a los 21 años la edad mínima para poder fumar. Bloomberg dejó a sus espaldas mucha salud… y se granjeó el apodo de «granny» (abuelita).

  6. Evelio Plata Inzunza

    Evelio Plata Inzunza propuso prohibir las minifaldas para reducir los embarazos no deseados en adolescentes - abc

    Tampoco se quedó corto Evelio Plata Inzunza, el alcalde de la localidad mexicana de Navolato, cuando propuso prohibir el uso de minifaldas entre las adolescentes para reducir el número de embarazos no deseados en el municipio del estado de Sinaloa, con una tasa del 25 por ciento de embarazos no deseados. La medida era aplicable a las vías públicas y causó gran revuelo no sólo porque atribuyera los embarazos no deseados a la indumentaria de las jóvenes, sino por regular un ámbito que se considera parte de la libertad de expresión. No obstante, tampoco es el primer lugar donde esto sucede. El Parlamento ugandés aprobó una ley contra la pornografía que prohíbe lo que el Gobierno considera «un problema social insidioso» y prácticas como el uso de minifaldas, informó hoy el diario local «Daily Monitor».