Suscríbete a
ABC Cultural

Fernando León de Aranoa:«Intento no juzgar a mis personajes»

El cineasta desembarca hoy en las salas de cine con «Princesas», una historia sobre la amistad entre dos prostitutas, interpretadas por Candela Peña y Micaela Nevárez, sobre su entorno, sus dramas, sus sentimientos y sus sueños

Fernando León de Aranoa habla con las actrices Micaela Nevárez y Candela Peña durante el rodaje de «Princesas» Candela Peña y Micaela Nevárez

-En «Princesas» se sumerge, por primera vez, en el universo femenino.

-Reivindico, y no de ahora, que los personajes femeninos tienen poco recorrido, poca presencia. Pero con todo, en mi cine son personajes que entraban marcando el paso a los otros, como en «Los lunes al sol». Por eso tenía ganas de trabajar con actrices, porque hay algunas muy buenas. De todas maneras tampoco es que me plantease escribir una historia de chicas. No estoy de acuerdo en que haya historias de chicas y de chicos, todo tiene que ver con cómo son, lo que han visto, cómo es su sensibilidad, su manera de mirar el mundo...

-Pero en lo que a sentimientos se refiere, en «Princesas» hay una emotividad mucho más marcada que en «Los lunes...», donde es más contenida.

-Es verdad. Sé que esta película va más a la emoción que todas las anteriores. Ese era un punto en el que como espectador y como director quería arriesgar y avanzar más. Yo que me me he criado en la escritura de comedia y de humor [fue guionista de «Un, dos, tres» y de shows televisivos de Martes y 13], cuando la gente dice que es más difícil hacer reír, creo que es más difícil lo contrario. Por eso, y como forma de crecimiento he tratado de hacer una película para mí más arriesgada porque me siento menos seguro.

-Después de su experiencia en «Los lunes...», ¿ha sido diferente trabajar con un elenco de actrices y dos personajes femeninos principales?

-La única diferencia a la hora de trabajar con dos mujeres es su manera de hablar tan desnuda, sin pudor, algo que no sucede con los chicos, que no son tan abiertos. La mujer tiene esa capacidad.

-La película está ambientada en la prostitución, pero en ella se abordan también temas tan importantes como la inmigración, el abuso de poder, los malos tratos, la soledad, la amistad... ¿Cuál era su objetivo al contar esta historia?

-Sobre todo hablar de ellas, que son las que pasan por todas esas situaciones y que viven en la prostitución. Zulema, que procede de Santo Domingo, habla de cómo se vive la inmigración y de la soledad. Al espectador le llega esa manera de experimentarlos que tienen los personajes. Por eso el centro de la película son ellas y la relación que hay entre ambas, su amistad, esa complicidad tan fuerte y que a las dos les viene muy bien.

-Durante su trabajo de documentación ha hablado mucho con las prostitutas, un colectivo del que se han vertido muchos tópicos. ¿Le han pedido que, a través de su película, cambie alguno, que transmita al público algo en particular?

-No me han pedido nada concreto pero lo que yo quería transmitir era su manera natural de relacionarse, su fragilidad y sus emociones, que generalmente quedan sepultadas por el peso tan enorme de la prostitución.

-A diferencia de películas anteriores, aquí el drama parece no dejar espacio a la esperanza...

-Yo creo que sí hay, y se ve cuando Caye habla de ese día que va a ser bueno, en el que se puede encontrar un desvío, y hay que estar atenta para no pasárselo. Al final de la película cada una coge su desvío. Yo sí veo al final una puerta abierta a la esperanza.

-¿Es más difícil trabajar con actrices que con actores?

-Depende de con qué actrices y con qué actores (se ríe). Hay actores facilísimos. Yo he disfrutado mucho con esta película porque todo era un poco nuevo para mí. En ella era necesario esa falta de pudor de la que hablamos antes porque la historia está escrita así, desde la verbalización de los sentimientos y las emociones de una forma muy poco protegida. Para poder rodar eso yo debía tener con ellas la misma relación, poder hablar sin que se nos cayera la cara de vergüenza. Teníamos un acuerdo desde el principio que era contar lo que nos apetecía a todos, y fue muy fácil.

-En la película no hay ninguna lección moral, e incluso aquellos personajes que viven situaciones extremas, también adoptan decisiones extremas que transgreden la ética.

-Yo intento no juzgar a los personajes. Creo que es fatal escribir desde esa perspectiva. La historia la intento contar desde la normalidad más absoluta, sin ninguna lección de moralidad. A veces tendemos a verlas como personas ajenas a nosotros y no es así, porque pueden estar mucho más cerca de lo que imaginamos. En todo caso, yo escribo desde los personajes, hay un pequeño punto de automatismo y yo escribo para ellos. Es la propia Zulema, y todo lo que lleva dentro, la que me empuja. Ni siquiera está claro si va a conseguir lo que busca, es el resultado de sentir pura rabia. Yo no la quiero juzgar; lo hace y punto.

-De cualquier manera, las miserias del ser humano están muy presente en «Princesas».

-Yo escribo desde ahí. A mí no me gusta describir actitudes heroicas todo el tiempo. En todos hay un inocente, una víctima y un verdugo, por eso me gustan tanto películas como «Mystic River», que habla precisamente de esto. De lo que hay dentro de nosotros: todos somos inocentes y todos tenemos un violento, y una parte de culpabilidad. Eso forma parte de la vida humana, y creo que no contarla así es contarla mal.

-Esta película también supone su debut como productor, que se suma a sus facetas de guionista y director. ¿Quiere tener más control sobre el producto final?

-Sí, pero eso tampoco es una motivación tan importante, porque en todas las películas que hecho he tenido mucha libertad, y en ese sentido ha sido todo una maravilla. Siempre las he realizado en conversación y con el respeto de Elías Querejeta que es un gran productor.

-En «Princesas» ha contado con la colaboración en la banda sonora de Manu Chao.

-Me gustaba porque mira a los personajes desde otro punto de vista, desde la cercanía, no desde un discurso intelectualizado sino muy humano. Me gusta como cuenta las cosas, desde un lado reivindicativo, desde la calle, desde historias muy pequeñas.

Noticias relacionadas

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación