Depender de uno mismo y no de los cirineos
Confiarse mañana es una temeridad; Pacheta se ha empeñado en que Huesca exista más que Elche y tiene a su equipo muy cerca de la salvación
Fekir avanza ante Pape Diop durante el Eibar - Betis
Seguro que se han emocionado alguna vez con esas imágenes. Prueba de atletismo, corredor, corredora o correveidile que, exhausto/a/e, apenas puede mantenerse en pie o cae al tartán cuando al fondo se siluetea la pancarta de meta, rival que le sigue que llega ... a su altura y en vez de doblarlo/a/e, se detiene, lo ayuda a levantarse y, sostiéndolo/a/e, cruza con él/ella/¡óle! la línea de llegada. Sustituyan o/a/e por d/s/l, terminaciones de Real Sociedad, Real Betis y Villarreal y tendrán lo que está ocurriendo desde hace semanas en la Liga española con las plazas para la Liga Europea y la Confederación en juego. Uno cae una jornada y en la siguiente dos cirineos le ayudan a levantarse al tiempo que se van ellos al suelo y así hasta que los viceversas acaban convirtiéndose en alardes de involuntarias solidaridades.
La última jornada, la 36, vio una derrota donostiarra, un empate sevillano y una victoria castellonense, tres resultados dispares para que todo continúe exactamente igual : más «apretao» que las tuercas de un submarino azul, verde o amarillo, a falta de sólo dos citas para el final de lo que se daba. No aprovechó el Betis, por enésima vez, la ventaja que representa ponerse por delante en el marcador en Éibar, ante un rival que más que con el agua al cuello está ya en plena apnea y dejando escapar burbujitas.
Ahora hay que aprovechar, como advertía Manuel Pellegrini , la importante baza que supone depender de sí mismo y no de los cirineos para alcanzar la meta. Supera en un punto al Villarreal, al que además mejora en el golaveraje solos o haciendo trío, y anda esposado a la Real, que parece gallega más que vasca: no se sabe si sube o baja. Mañana, a las seis y media de la tarde en todos los relojes de la Liga (¡qué nostalgia nos invade al ver programados a la misma hora los partidos!), los verdiblancos tienen turno casero con un rival más que amenazado con el descenso, con un pie en el cadalso. Y, sin embargo, confiarse es una temeridad. Su técnico, Pacheta , se ha empeñado en que Huesca exista más que Elche y tiene a su equipo camino de ser indultado. Despreciarlo sería tan imprudente como no ganar.
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