Hablar de Jan van Eyck es hacerlo de uno de los más grandes en la Historia del Arte. Es el pintor más célebre de los primitivos flamencos, cuyos adeptos son hoy legión. Sus obras son escasas y fragilísimas, por ello las exposiciones dedicadas a este maestro son muy escasas. Nos ha dejado obras maestras absolutas como el Políptico «La adoración del Cordero Místico», de la catedral de San Bavón de Gante, que hizo con su hermano Hubert; o el célebre «Retrato de Giovanni Arnolfini y su esposa», de la National Gallery de Londres.
Las obras de Van Eyck son escasas y muy frágiles, por eso no suelen prestarse
Procedentes de colecciones en Estados Unidos y Europa, se exhiben pinturas sobre tabla, esculturas, orfebrería, manuscritos iluminados y dibujos preparatorios. Estos últimos juegan un papel relevante en la exposición. Muy pocos de este periodo han sobrevivido, pero suelen ser la única fuente de información sobre las pinturas que se han perdido y proporcionan una valiosa información sobre el estudio de la época.
Atribuciones disputadas
El núcleo más importante de la exposición, comisariada por Friso Lammertse, conservador del Museo Boijmans Van Beuningen, y Stefan Kemperdick, conservador de la Gemäldegalerie de Berlín, adonde viajará después la exposición, lo conforman un reducido grupo de obras de Van Eyck y su círculo. Hay obras cuya atribución sigue siendo muy disputada: difícil saber si son obras de Jan, su hermano mayor Hubert, de ambos o son en realidad obras del taller.
Se exhibe, tras ser restaurada, una joya de Van Eyck: «Las Tres Marías en el Sepulcro»
La pintura había sido considerada una obra clave en la producción de los hermanos Van Eyck. Se expuso en Brujas en 1902, como obra de Hubert van Eyck, el hermano misterioso de Jan. Solo se le conoce por la inscripción que aparece en «La Adoración del Cordero Místico». Según reza en dicha inscripción, la obra fue comenzada por Hubert y completada en 1432 por su hermano Jan. Investigaciones recientes apuestan porque la obra salió del taller de Van Eyck, sin que haya certeza de cuál de los hermanos participó en ella.
Campaña para recaudar fondos
Pero hay más piezas de Van Eyck en la exposición, como la «Santa Bárbara», del Museo de Bellas Artes de Amberes; «Baudouin de Lannoy», de la Gemäldegalerie de Berlín; o las dos únicas miniaturas que se conservan del artista. Forman parte del manuscrito iluminado «Très Belles Heures de Notre Dame de Jean de Berry», que custodia el Museo Civico d'Arte Antica de Milán. Además, se exhibe un valioso tríptico de autor anónimo que representa el embalsamamiento del cuerpo de Cristo, flanqueado por retratos de San Antonio y de San Juan Bautista en los paneles laterales, procedente de una colección privada italiana. También cuelgan obras de Jean Malouel, el Maestro de la Santa Verónica, Jacques de Baerze, Claus de Werve... Y el famoso «Tríptico Norfolk», de la colección del Museo Boijmans, considerado clave para entender el periodo previo a Van Eyck.
Debido a la drástica reducción de los presupuestos culturales en Holanda, se puso en marcha una campaña para recaudar fondos por parte de particulares, que ayudasen a cubrir los elevados costes de la exposición. Se recaudaron unos 94.000 euros, que habría que sumar a las partidas aportadas por los patrocinadores.
















