La tenacidad y la curiosidad son algunos de los rasgos personales de Javier Sierra, un apasionado de la literatura y los viajes, que ayer pasó por la Feria del Libro para desvelar algunas de las experiencias que se ocultan tras «El ángel perdido» (Planeta), una novela con la que el año pasado estuvo de gira visitando siete países en un recorrido de 101.711 kilómetros. Y aquello se produjo tras el gran éxito de «La cena secreta», con la que se metió en el bolsillo a más de cuatro millones de lectores, por lo que, según reconoció, tuvo que optar por intentar reinventarse y tomárselo con calma. Así lo hizo, marcándose nuevos retos, como el tener por primera vez a una mujer como protagonista en una novela «de acción trepidante». De hecho, el argumento de «El ángel perdido» arranca en Santiago de Compostela y va conduciendo hasta el monte Ararat, en el transcurso de una historia no exenta de mitos y creencias antiguas...
Sierra fue comentando, en una charla con el periodista Cristóbal Cervantes, episodios de su infancia y de experiencias impactantes que ha llevado, en ocasiones, a sus libros, como la subida que realizó junto a Pérez de Tudela al monte Ararat, el lugar en el que, según el Génesis, «descansó» el arca de Noé tras el Diluvio... Reconoció el escritor que el misterio le «aterroriza», aunque «el miedo, o lo que no conocemos, es una energía que todos necesitamos». Quizás sea por ello por lo que persigue que sus libros sirvan para que el lector se interrogue, «porque el que se hace preguntas es libre. La lectura es un ejercicio que permite la reflexión». Recordó Javier Sierra que el primer carnet que tuvo no dibujado por él mismo fue el de la biblioteca pública de Teruel. «Leer —dijo— es un acto absolutamente mágico, con el que estamos dando vida a algo aparentemente inerte como la letra escrita. Y, de alguna manera, además, se resucita a la pluma que iluminó aquellos textos», apuntó, en alusión a algunos grandes clásicos literarios.
Esa fascinación personal le llevó a reconocer ante el público que llenaba la Pérgola de la Feria que «un libro es un pasaporte que te va a llevar más allá de tus límites y te va a descubrir que no los tienes». Sierra, que luego firmó ejemplares de su libro, avanzó que trabaja en la actualidad en un ensayo sobre «misterios del arte», invitando con ello a una mirada diferente.
La Feria del Libro, que también acogió ayer, entre otras actividades, la presentación del libro de Fernando Iwasaki «Nobokovia Peruviana», entra a partir de hoy en una semana decisiva. Según señaló a ABC su director, Javier López, el comienzo de la feria ha sido «bastante suave», si bien ayer por la mañana pudo apreciarse un mayor movimiento de público. Un sondeo inicial entre los stands participantes viene a indicar que el volumen de ventas está siendo «algo inferior» al del año pasado por estas fechas, por efecto, en gran medida, de las altas temperaturas y la menor afluencia de público. «Sería un éxito, aunque es complicado, mantener al término de la feria las ventas de 2011», concluye López.
















