poster Vídeo
<div class="marca">Con 190 CV, el SD4 no es un «misil», pero en marcha no adolece de fuerza.</div> <div class="autor"> </div>
BMW

Range Rover Evoque 5p 2.2 SD4, seductor

La marca inglesa explora nuevos caminos para cautivar a un público más joven seducido por las firmas de lujo. Y lo hace con coche de diseño muy atractivo, polivalente y de dinámica deportiva. Una buena mezcla que en esta ocasión analizamos con el motor de gasóleo más potente combinado con el cambio automatico y la tracción total.

p. del brio
madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Se ha hecho esperar, pero ya está en la calle. Hablamos del nuevo Evoque, un coche con el que los diseñadores de Land Rover han dado una vuelta de tuerca a sus modelos más clásicos para crear una opción más deportiva que atraiga a un público más joven sin renunciar a buenas capacidades de carga y prestaciones, offroad incluidas.

El Evoque está disponible en dos carrocerías, una de tres puertas denominada Coupé y otra de cinco; las medidas exteriores son casi iguales de ancho y largo, con leves diferencias de altura a favor de un cinco puertas que disfruta de 25 litros extra de maletero.

Con el Evoque, Land Rover entra de lleno en la pomada de los Audi Q3 y Q5, BMW X1 y X3, Infiniti EX o Volkwagen Tiguan

, todos con potencias similares, en principio más accesibles pero con acabados más básicos. El BMW, el Audi y el Infinit se acercan a las características del Evoque, aunque se trata de una apreciación subjetiva.

Las dimensiones del habitáculo son parecidas a las del Q5. Destaca el espacio de las plazas traseras, generoso para un coche que por estética y corte de ventanillas pude parecer más pequeño de lo que en realidad es (4,37 metros de largo). Para el disfrute, el Evoque ofrece tres niveles de equipamiento: Pure, Prestige y Dynamics. Las diferencias se centran en detalles estéticos, cromados y guarnecidos de distintas texturas. Además, en el Dynamics, el más alternativo, el techo va pintado en color distinto a la carrocería, y las llantas son de 20 pulgadas.

La sensación de calidad está al nivel del resto de la gama Range Rover. Hay que tener en cuenta que la unidad probada disponía de asientos con cuero, extensible a parte del salpicadero y guarnecidos. En su equipamiento opcional destaca el conjunto de cámaras exteriores para facilitar el aparcamiento, detección de objetos en ángulos muertos o el dispositivo semiautomático de aparcamiento en línea. También los faros bixenón con iluminación adaptativa y cambio automático de luces cortas a largas (y viceversa), los asientos delanteros y volante calefactables, techo panorámico, sistema de entretenimiento para los pasajeros traseros con TV digital vía satélite y reproductor de DVD...

La oferta mecánica está compuesta por dos propulsores diésel y uno de gasolina. Los primeros parte de una base común 2.2, y rinden 150 CV/400 Nm y 190 CV/420 Nm; el gasolina, 2.0 GTDi, eroga 240 CV/340 Nm. Todos son turbo y de inyección directa.

Como consideración general, cabe decir que su rendimiento se ajusta a lo previsto. La unidad probada se servía del diésel más potente con cambio automático de magnífico funcionamiento (sobreprecio de 4.000 euros). Este ofrece la posibilidad de uso automático puro en selecciones D o S, a escoger desde un selector circular que surge del salpicadero tras el encendido; o manual secuencial mediante levas detrás del volante.

Exige 5,7 l/100 km de promedio oficial, si bien, y conforme a las mediciones del propio vehículo mediante su ordenador de a bordo la cifra final en trayecto mixto eminentemente extraurbano era de 8,1. Con todo, un consumo así, conforme a su peso, tamaño, cambio y tipo de tracción no parece elevado.

En la plataforma del Evoque, resistente y suficientemente rígida para uso normal, sobresale la suspensión, sugerentemente firme para lo habitual en un vehículo de estas dimensiones, aunque es suficientemente confortable. El tarado de los muelles confiere buena maniobrabilidad en terreno virado. Por lo que toca al motor, la sensación de aceleración no es espectacular, pero no se aprecia falta de fuerza, y a ritmo de crucero se mueve sin esfuerzo.

El Evoque dispone de tracción delantera o integral, pero con los motores más potentes lleva de forma directa la segunda (el diésel de menor potencia adopta la delantera, más económica y racional si no se va a practicar una conducción offroad o habitual sobre superficies de baja adherencia, en montaña con nieve o barro). Con la tracción a las cuatro ruedas integra Terrain Response, que modifica y optimiza las capacidades en relación al terreno con magníficos resultados.

Ver los comentarios