DEPORTISTAS Y VIDEOJUEGOS
El deporte en otra dimensión
Las estrellas recurren cada vez con más frecuencia al mundo virtual para mejorar sus habilidades, al tiempo que dedican gran parte de su tiempo libre a interactuar con las redes sociales y los videojuegos

Si Cesc Fábregas cumple su palabra, será cuestión de tiempo verle lucir calva sobre el césped del Camp Nou al estilo Iván de la Peña. « Voy a jugar un partido a la Play contra un amigo. Si pierdo, me corto el pelo . Si gano, le rapo al cero», aseguró hace unos días en su cuenta de Twitter. La expectación duró unos minutos, los justos para colgar la imagen con una contundente goleada: «Lo siento por la gente que quería verme perder. El mes que viene le daré otra oportunidad.... :)».
Las apuestas dentro del circuito de tenis no van tan lejos. Se respetan las cabelleras y la derrota en un partido virtual se paga con sudor. Así dirimen sus duelos Nadal —que usualmente hace pareja con el argentino Mónaco— y Ferrer . Enfrentamientos entre el Real Madrid y el Barcelona, salpicados de sonrisas, que terminan con uno de los dúos tumbado en el suelo haciendo flexiones. Ferrer reconoce la superioridad de Nadal con la boca chica, aunque ambos coinciden en que Carlos Moyá era el auténtico dominador antes de colgar la raqueta el año pasado.
Todos ellos son el reflejo de una generación que disfruta con los videojuegos, pero que no los utiliza solo como terapia de ocio. La profesionalización del deporte conlleva un aumento de las horas de concentración, lo que ha obligado a los deportistas a buscar alternativas para pasar este tiempo libre de la mejor manera posible. Por ejemplo, durante el Mundial de 2010, el hotel de la selección argentina albergó su propia final, con Messi y Agüero de protagonistas , en el torneo de fútbol virtual en el que participó la gran mayoría de la delegación argentina. Más allá de la destreza, cada uno tiene sus manías. Benzema, por ejemplo, no se cortó a la hora de quitar a Raúl del once para ponerse a sí mismo en una exhibición pública en 2009. «Es que es muy lento, mi yo corre más», justificó. Manías de jugador.
El uso de videojuegos está cada vez más extendido. Este sector de la industria es uno de los pocos que no se ha visto sacudido por la crisis económica. Ha crecido casi el doble en el último año y el desarrollo de los títulos es cada vez más realista. Por eso, los especialistas están empezando a recomendar la utilización de las consolas para mejorar el rendimiento del deportista , tal y como reconoce Patricia Ramírez, doctora del Centro Ramírez Caracuel y responsable de la parcela psicológica del Betis. «Todas las variables que aprendemos en el contexto del juego luego se generalizan. Lo que se aprende jugando se entiende, se retiene y se reproduce mejor, porque estás en una situación de calma, que favorece el aprendizaje», asegura Ramírez, que ve en el uso de videojuegos una forma de fomentar la competitividad y la unión del grupo . «Este tipo de juegos trabajan la atención, la concentración, la toma de decisiones, la rapidez visual y la competitividad. Esta complejidad puede ayudar a incrementar las habilidades del futbolista en el campo», asegura la psicóloga.
En ese sentido, son muchos los deportistas que llevan tiempo recurriendo a la tecnología de los videojuegos para mejorar sus habilidades. Pilotos jóvenes —en su día lo hicieron De la Rosa, Gené o Fernando Alonso—, sin experiencia en los circuitos, no dudan en utilizar las consolas para memorizar los trazados . Una forma menos realista que un simulador, pero mucho más económica.
Alonso, director ciclista
Mucho menos aficionado que otras figuras de deporte —difícil superar la adicción que Anelka demostró durante su estancia en Madrid—, Alonso disfruta con un manager de ciclismo, con el que imagina su futuro como director de equipo en el Tour de Francia . La bicicleta es su otra pasión, una de las pocas aparte del volante, y así ensaya mientras se decide a hacer realidad su sueño de crear un equipo profesional. Los papeles se intercambian con Samuel Sánchez, ciclista, campeón del mundo y un loco de todo lo que huele a gasolina. Se pone a los mandos de un Ferrari. Una terapia para relajarse antes de salir a entrenar por la carretera.
Menos tradicional que el resto (siempre lo ha sido), aparece Fernando Verdasco. El madrileño dejó «hace mucho tiempo de jugar con maquinitas», pero con la llegada de las nuevas tecnologías ha retomado el contacto. «Me gusta utilizar juegos que fomentan la actividad física», afirma. Una actividad que puede llegar a ser peligrosa. Y si no, que se lo digan a Joel Zumaya, jugador de béisbol de los Detroit Tigers, que fue baja durante varios partidos por una inflamación en el antebrazo y la muñeca producida por el abuso del «Guitar Hero» , un videojuego en el que se emula a los grandes de la canción con ayuda de una guitarra.
Los juegos sin mando son la última evolución de una industria que no frena y que tiene en los propios deportistas a los modelos del producto final. «Contamos con una serie de deportistas profesionales con los que hablamos y de los que recibimos feedback y que participan en sesiones de captura de movimiento», informa Jason Argent, vicepresidente de marketing de 2K Sports, una de las principales empresas del sector.
Protagonistas delante y detrás del mando, ya sea por diversión o por trabajo, la industria del videojuego sigue ofreciendo sus beneficios al deportista.
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