Isabel Coixet ha presentado en el marco del Sevilla Festival de Cine Europeo su documental 'Aral, el Mar perdido', dentro de la sección inaugurada este año en el SFCE 'Cine y Ciencia', y ante más de un centenar de asistentes que abarrotaron la sala, en el que critica una "catástrofe ambiental cometida por una errónea decisión política".
En la presentación que ha tenido lugar en la Casa de la Ciencia, junto a Diego Mas Trelles, coordinador de la sección Eurodoc, Héctor Garrido, coordinador del servicio de cultura científica de la Casa de de la Ciencia, y Xavier Torras, miembro de la Fundación 'We are water', la directora de títulos como 'Mapa de los sonidos de Tokio', 'Elegy' o 'Mi vida sin mí', ha recalcado que la misión de esta cinta es "meramente didáctica", ya que lo que ha querido mostrar es básicamente "una catástrofe medioambiental que ha sucedido por una errónea decisión política".
Así, lo que cuenta este documental, narrado por Ben Kingsley, a quien la directora convenció en la pasada edición del Festival, es la historia de cómo una decisión humana, la de las autoridades soviéticas que consideraron que "hacía falta algodón", llevó a convertir el Mar Aral "esa mancha azul enorme que aparecía en los mapas del colegio", ha referido Coixet, en una "manchita minúscula".
Es decir, la historia que ha traído Coixet a Sevilla nace, en palabras de la autora, de "no creerme que un mar pueda convertirse en un desierto". Y esta denuncia es, precisamente, la que comparte con la Fundación 'We are Water' cuya misión, tal y como ha dicho Torras, "es concienciar de que los recursos hídricos son muy limitados" y de que por culpa del escaso mimo que se tiene sobre este bien natural "dos millones de niños mueren por beber agua contaminada".
























