la nada nadea
¡Jesuitas!
Órdenes a las órdenes de una ideología destructiva y excluyente
Un puñado de entidades, agrupaciones, fundaciones, y colectivos religiosos en general, han decidido comprometerse ya de verdad con el pueblo catalán en su conjunto, dar un firme paso al frente en el fomento de la concordia social y adherirse... al Pacto Nacional por el Derecho a Decidir. ¡Pardiez, non sequitur!
Es el PNDD un envase verbal del Parlamento de Cataluña con muchas mayúsculas, arabescos y pompa, como corresponde a las fantasías de mandos intermedios acomplejados, tipo Artur Mas y su camarilla. Ya te digo. Ahí han ido a dar con su compromiso político formal estas gentes de fe, y, sobre todo, de formación en la fe: a apuntalar una fantasmagoría urdida para, jugándose la cohesión social, minar la Constitución Española, fuera de la cual sólo habría barbarie aquí y ahora.
Nadie se engañe con el nombre. Del triste invento forman parte únicamente los partidos políticos que componen el movimiento nacionalista-secesionista catalán. A los pactos nacionalistas les llaman ellos pactos nacionales. Del mismo modo, cuando los medios locales hablan de "partidos catalanes" se refieren a partidos nacionalistas, y cuando hablan de "diarios catalanes" excluyen a todos aquellos que no firmaron el editorial único. Una cosa incluyente, acogedora.
Sobre el carácter viscoso del nacionalismo he tenido que reflexionar mucho, por desgracia. Ya casi todo me lo tomo a coña, pero con lo de los jesuitas no puedo. Fueron once años en su colegio de la calle Caspe y, después de la carrera, dos años más en Esade. Los llevo demasiado dentro; como continúen alimentando la secesión me voy a tener que practicar un exorcismo. Cree la fundación educativa de los jesuitas catalanes, pero también los claretianos, y la Escuela Pía, y Justícia i Pau, y la Federación de Cristianos de Cataluña, y la Liga de la Virgen de Montserrat, y la Unión de Religiosos de Cataluña, que la mejor forma de cumplir con su alto cometido es alinearse en un frente de cariz tan sectario que ni siquiera acoge a los pobres socialistas catalanes, tan blanditos. Órdenes a las órdenes de una ideología destructiva y excluyente. ¡Jesuitas!
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