Bogotá filtra información que vincula a opositores con las FARC
EFEEl fallecido Raúl Reyes con la senadora Piedad Córdoba, el pasado septiembre en la selva colombianaALEJANDRA DE VENGOECHEACORRESPONSALBOGOTÁ. La orden era no revelar más detalles sobre lo que había

La orden era no revelar más detalles sobre lo que había en los ordenadores de Raúl Reyes, el canciller de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) asesinado el mes pasado en territorio ecuatoriano. La información era delicada. Ecuador y Venezuela aparecían como países colaboracionistas con la guerrilla. El presidente Álvaro Uribe Vélez ordenó silencio, prudencia y no más filtraciones.
Pero ayer, justo cuando Uribe afrontaba una seria crisis de legitimidad después de que su primo y su socio político, el hoy ex diputado Mario Uribe, engrosara la lista de 33 políticos presos por colaborar con escuadrones paramilitares que en los 90 asesinaron y descuartizaron a miles de personas, se volvió a saber del ordenador.
«Teodora»
Según las autoridades, los mensajes intercambiados por Reyes muestran cómo varios dirigentes colombianos estarían vinculados a las FARC. Aunque no revelaron listas completas, la enlodada fue Piedad Córdoba, la diputada que junto con el presidente venezolano, Hugo Chávez, logró la liberación de seis secuestrados «canjeables», como se conoce al grupo de 40 rehenes que hace años la guerrilla quiere intercambiar por rebeldes presos.
Aparentemente Córdoba tenía comunicación fluida con las FARC desde hace cinco años y era conocida con el alias de Teodora. En un correo Reyes no sólo dice que Córdoba recibía dinero de Chávez para obras sociales, sino que contaba cómo estaban trabajando en una ley para formar un «gobierno de transición» que permitiría que doce personas -entre ellas Córdoba- encabezaran los cambios del país tras la toma del poder.
Para Córdoba, el caso es «una cortina de humo para tapar ese escándalo tan impresionante de la parapolítica», dijo refiriéndose al hecho de que más del 30 por ciento del Congreso colombiano, mayoría uribista, esté en prisión o investigado por haber establecido relaciones con los paramilitares para así construir caudal político. «Yo no reconozco nada de eso. Eso lo sacan para que me quede quieta. Ni me llamo Teodora ni tengo nada que ver con un ordenador», añadió. «Todos los caminos del paramilitarismo conducen a Uribe. Dios está demostrando que tenía razón», concluyó la congresista, quien invitó «al presidente y todo su Gobierno» a dimitir porque, según Córdoba se trata de «un régimen mafioso».
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