
PSC: la historia de un tira y afloja con el nacionalismo
El Partido Socialista de Cataluña ha variado sus posturas respecto al nacionalismo con el paso del tiempo
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123456781978: Sí a la Constitución

El Rey durante una audiencia con el que fue líder del PSC, Joan Reventós - efe El Partido Socialista de Cataluña (PSC) fue creado entre el 15 y el 16 de julio de 1978, fruto de la unión de tres partidos de la época de la Transición.
En el ámbito estatal está asociado con el PSOE, participa en sus órganos federales, y comparte con ellos grupo parlamentario en el Congreso. Sin embargo, acude al Senado por medio de la coalición Entesa, tiene personalidad jurídica propia, finanzas independientes, y «mantiene una total autonomía de acción en el marco de la política catalana», tal y como escribe el PSC en su propia web.
Con la llegada del referéndum constitucional, el PSC daba sus primeros pasos. Aquel 6 de diciembre, la agrupación, liderada entonces por Joan Reventós, pidió «el Sí» a sus votantes, dejando así clara la voluntad de la organización de participar en el proyecto constitucional.
1979: Cataluña accede a la autonomía con el Estatuto redactado por representantes de varios partidos, entre ellos el PSC

Joaquin Almunia saluda a Eduardo Martín Toval en un acto público en Málaga - efe En 1979, Adolfo Suárez restablece la Generalitat de Cataluña, con la consiguiente vuelta del exilio de su presidente, Josep Tarradellas. En la redacción del conocido como «Estatuto de Sau» cobraron protagonismo Miquel Roca (CDC), Jordi Solé Turá (PSUC), Eduardo Martín Toval (PSC) y Laureano López Rodó (AP).
De esta forma, al amparo de la Constitución y con el apoyo del PSC, Cataluña se convertía en Comunidad Autónoma mediante la aprobación de un Estatuto que estaría vigente hasta la reforma del 2006.
La hegemonía de Jordi Pujol (1980-2003): el PSC como contrapeso al nacionalismo

El expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, durante un acto institucional - efe La primera vez que Jordi Pujol ganó las elecciones lo hizo sin mayoría absoluta y terminaría gobernando con el apoyo de Esquerra Republicana. Aquella vez, Pujol ofreció al PSC entrar en el Gobierno, pero el Partido Socialista Catalán lo rechazó.
Por aquel entonces, CIU representaba un nacionalismo moderado que otorgó su apoyo a los últimos gobiernos de González y también a los de Aznar, tras la negociación que terminó en el pacto del Majestic.
Durante los sucesivos gobiernos de Pujol, el PSC, desde la oposición, seguiría apostando por un modelo de Estado federal, pero lejos del desafío soberanista que ha desencadenado Artur Mas.
El giro catalanista de Pasqual Maragall en 2003

El expresidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, durante sus primeros días de Gobierno - afp A pesar de la victoria de CIU en las elecciones en lo que a número de escaños se refiere, el PSC consiguió la presidencia de la Generalitat con los apoyos de Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya Verds. Pasqual Maragall llegaba así a la cima del organigrama de la Generalitat.
El Gobierno de Cataluña daba un giro con la política de Maragall, que dejaba de lado la moderación de sus predecesores incluyendo en su equipo de dirección a cinco consejeros de ERC.
La reforma del Estatuto en 2006 y la intervención del Tribunal Constitucional

Pasqual Maragall votando el día en que se sometió a referéndum la reforma del Estatuto - elena carreras Pasqual Maragall redactó un Estatuto polémico, suscitando quejas en Madrid y también en Cataluña. Desde el Partido Popular se consideró algo excesivo, pero en ERC se tachó de moderado o limitado.
Con el Estatuto aprobado y los consejeros de ERC ya fuera del Gobierno (debido a sus desavenencias en la redacción de la norma), el PP presentó ante el TC un recurso de inconstitucionalidad, recurriendo más de la mitad de sus artículos.
El principal motivo que provocó la llamada al Tribunal Constitucional fue el artículo del Estatuto que catalogaba a Cataluña como nación, cuando la Constitución solo habla de la nación española, titular de la soberanía.
Finalmente, el TC permitió la permanencia de la palabra «nación» en el preámbulo del Estatuto, pero dejó claro que esto no tendría ninguna eficacia jurídica.
El gobierno tripartito de Montilla (2006-2010) y la pelea del PSC por mantener el Estatut

El expresidente de la Generalitat, José Montilla, en el Senado - ángel de antonio Cuando José Montilla llegó a la presidencia de la Generalitat siguiendo la misma estrategia que Maragall (con el apoyo de ERC e Iniciativa), el Tribunal Constitucional no había dictado sentencia sobre los puntos recurridos del Estatuto aprobado por el parlamento de Cataluña y, posteriormente, refrendado por los ciudadanos.
El Estatuto llamaba «nación» a la Comunidad Autónoma y esto suscitó el recurso de inconstitucionalidad. Montilla, por aquel entonces, aseguró que iba a «defender el Estatuto hasta las últimas consecuencias». El líder del PSC, y presidente de la Generalitat, reconoció sentirse identificado con la norma redactada.
Pere Navarro (2011-2014): el descontrol de su partido y la ruptura de la disciplina de voto

Pere Navarro el día en el que anunció su dimisión - inés baucells Durante el mandato de Pere Navarro como secretario general del PSC, se votó la posibilidad de hacer una consulta en el parlamento de Cataluña. Los socialistas catalanes decidieron oponerse, pero tres de sus diputados rompieron la disciplina de voto para dar el sí al objetivo soberanista de Mas.
Sin embargo, cabe recordar que un año antes, en 2013, Navarro dio la orden de apoyar a CIU en el Congreso. Ordenó a sus diputados sumarse a los votos de Mas por el derecho a decidir.
El PSC encarnó dos posiciones distintas en menos de un año en torno al desafío independentista de CIU.
La llegada de Miquel Iceta y su apoyo a la ley de consultas

El secretario del PSC, Miquel Iceta, aplaude durante un mitin - efe La última estrategia de Artur Mas para preguntar a los catalanes por el independentismo el 9 de noviembre ha sido aprobar una ley de consultas, algo que le permitiría comprobar la opinión de los ciudadanos en torno a un tema, aunque sin tener un resultado vinculante.
El PSC de Miquel Iceta decidió dar su apoyo a la norma, alegando que, desde su punto de vista, no es una ley que tenga como objetivo facilitar la consulta.
Sin embargo, es conocido el objetivo del presidente Mas con la redacción de la nueva ley.






