Jubilado o ejecutivo, familia numerosa o soltero: la reforma fiscal aplicada a la vida real

Pagarán más por IRPF: Los jóvenes de alquiler, entre los perjudicados

Un soltero que cobra 20.000 euros y no tiene cargas familiares verá reducidas a partir de enero las retenciones en su nómina en más de un punto, del 14% al 13%. Sin embargo, si alquila una casa a partir de 2015, el fin de la deducción por este concepto se comerá esa rebaja y acabará pagando más que en 2011.

De hecho, si en ese ejercicio pagaba a Hacienda 2.000 euros, el próximo año abonará casi 2.800. Este colectivo es uno de los más perjudicados por la reforma fiscal. Si no cambia de vivienda y mantiene el alquiler actual, podrá seguir disfrutando de la deducción.

Inmuebles: Se mantiene la deducción por vivienda

Pese a que se barajó la supresión de la deducción por vivienda con efectos retroactivos, finalmente se mantiene. El ejemplo refleja el impacto que hubiera provocado el haber perdido la exención en una familia con cuatro hijos: ni las nuevas bonificaciones sociales para las familias numerosas permitirían compensar el aumento de impuestos que supone no desgravar la vivienda.

En el ejemplo esta matrimonio con cuatro hijos y unos ingresos de 60.000 euros al año, prácticamente pagaría lo mismo en 2011 con deducción que en 2016 sin ella.

Guiños sociales: la reforma beneficia a clases medias y familias numerosas

Uno de los objetivos del nuevo marco tributario es beneficiar a las familias numerosas. Por ello, una mujer de 38 años trabajadora, casada y con tres hijos, uno de ellos menor de dos años, pagará menos impuestos en 2015. Recibirá 1.200 euros por tener tres descendientes y sus mínimos familiares, es decir la parte de la renta exenta en la base del impuesto, aumentarán con la reforma y se deducirá una cuantía mayor.

Además, conserva la paga de 100 euros mensuales a las madres trabajadoras. Asimismo, la presión fiscal que afrontará por un sueldo de 40.000 euros será menor ya que los tipos del IRPF bajan en todos los tramos en dos tiempos, primero en 2015 y luego en 2016: en dos años el tipo máximo bajará del 52% actual al 45% y el mínimo, del 24,75% al 19%.

No obstante, si esta trabajadora tiene unas acciones en Bolsa que le suponen unos rendimientos de 500 euros al año, le perjudica una de las medidas que incluye el nuevo escenario tributario: la exención que existía para los dividendos inferiores a 1.500 euros anuales desaparece por lo que deben de tributar en la base general del ahorro. Aún así, la reforma le beneficia: si ahora paga un tipo medio de IRPF del 15,27%, en 2016 soportará un 11,03%, menor al que pagaba en 2011, el 14,18%.

Cambios para los autónomos: Menos retenciones, pero límites a la utilización del sistema simplificado de módulos

El Gobierno pretende con la reforma fiscal elevar la competitividad del tejido empresarial español para impulsar la economía nacional. Para ello, la reducción de las cargas tributarias no es solo para las empresas sino también para los trabajadores por cuenta propia, que verán rebajadas las retenciones que ahora se le realizan. De hecho, la rebaja entrará ya en vigor este mes de julio y pasará de 21 al 15% para rentas inferiores a 12.000 euros, y del 21% al 20% para el resto.

Sin embargo, algunos autónomos, como el carpintero del ejemplo, se verán perjudicados por otra medida, la limitación para poder acogerse a los módulos del IRPF. Al no poder acogerse al sistema simplificado de módulos, este carpintero tendrá que declarar más rentas que antes de la reforma.

No obstante, el autónomo de nuestro ejemplo verá compensado este incremento fiscal por el aumento de las deducciones o la rebaja de tipos. Así, si además se tiene en cuenta que en su vivienda vive también su suegra, de 70 años de edad, se podrá aplicar unas mayores deducciones por cargas familiares. En concreto, y al ser una declaración conjunta, por ese ascendiente a cargo tendría una deducción de 918 euros en 2014, y se elevará hasta los 1.150 el próximo ejercicio.Por otro lado, este trabajador recibe unos intereses bancarios anuales por productos financieros de 200 euros.

El Ejecutivo, para incentivar el ahorro, ha rebajado la tributación de las plusvalías, de forma que ahora tributan a un mínimo del 19% y un máximo del 23%, según el importe de las mismas. Al estar esos 200 euros en el tramo más bajo, para rendimientos inferiores a 6.000 euros, pasará de abonar un 21% a un 20% el próximo año y un 19%, la misma tributación que había en 2011, dentro de dos ejercicios. Con todo, su factura fiscal en 2016 será de casi 1.000 euros menos que ahora.

De este modo, nuestro carpintero, al que le subieron los impuestos en 2012 en más de 700 euros, le bajarán ya en 2015 en algo más de 400 y en otros 500 en 2016.

Rentas de capital: Límites de aportación a los planes de pensiones que perjudican, sobre todo, a los mayores de 50

El ahorro cuenta con dos capítulos a los que perjudica el nuevo marco fiscal. Los dividendos y las aportaciones a los planes de pensiones que superen los 8.000 euros anuales. En el caso de un empleado de 52 años con acciones que le aportan unos rendimientos de 3.000 euros al año, deberá tributarlos por completo, frente a la exención que existía hasta ahora para los primeros 1.500 euros.

No es el único rendimiento del ahorro que castiga la reforma: desde 2015 se reduce el límite de aportación a los planes de pensiones a 8.000 euros. Hasta ahora se podían aportar 10.000 euros hasta los 50 años y 12.500 a partir de ese momento. El empleado del ejemplo, de 52 años aportaba y deducía el máximo permitido, 12.500 euros anuales.No obstante, la reforma también incluye incentivos. Las plusvalías fruto de la venta de acciones compradas antes de un año dejarán de tributar como un rendimiento del trabajo -que podía llegar a tener un tipo del 52%- para hacerlo como una renta del ahorro, que cuenta con un máximo del 27%.

Así, si este trabajador vendió acciones compradas este ejercicio y obtuvo por la operación unos rendimientos de 2.000 euros, se ahorrará en su declaración por ello. Sin embargo, en el ejemplo descrito, pagará más impuestos que en 2011. El efecto de la reforma en este contribuyente es prácticamente nulo. En 2015 pagará más y en 2016 ya prácticamente lo mismo que en 2014. Eso sí, al cierre de la legislatura pagará casi 2.000 euros más que cuando Rajoy llegó a la Moncloa.

Más impuestos a los dividendos y a los rendimientos irregulares

Las rentas altas, que soportaron las mayores alzas en 2012, serán también ahora las que, en términos absolutos notarán también más la rebaja impositiva, pero a partir de 100.000 euros seguirán pagando más que antes de la primera subida del IRPF de Rajoy. Por ejemplo, un ejecutivo de 45 años que gane 500.000 euros tributará más que hace tres años pero menos que en la actualidad por sus rendimientos del trabajo. Si este trabajador percibe en su empresa un incentivo plurianual de 40.000 euros, también deberá tributar más que antes por ello.

Como rendimiento irregular, si antes se le aplicaba una reducción del 40%, desde el próximo año baja al 30%. Asimismo, dentro de las rentas del ahorro si cuenta con unas acciones que le reporten unos dividendos de 3.000 euros ya no disfrutará de una exención por los primeros 1.500 euros como hasta ahora, y tributará por la cantidad completa.

En cuanto a la limitación de la aportación a planes de pensiones, si destinaba 10.000 euros anuales al fondo, ahora solo podrá aportar y deducir 8.000 euros. En definitiva, si en 2011 afrontaba un tipo medio de IRPF del 43,82%, en 2016 pagará un 44,34%. Eso sí, bajan sus impuestos respecto a 2014: ahora pagaría un 49,52%.

Mayores de 75 años: Aumentan los mínimos personales pero tributan más las rentas de alquiler

En el caso de un jubilado de 77 años, casado y con una pensión de 20.000 euros que complementa con los 4.000 euros que percibe de alquilar su segunda vivienda, así como con un depósito que le genera unos rendimientos de 500 euros al año, la reforma le perjudica en ciertos aspectos, pero en global le beneficia.

Con el nuevo marco pagará más impuestos por alquilar su otro inmueble. H asta 2014 se aplicaba la reducción del 60% sobre la renta que percibía por arrendar la vivienda, de forma que de los 4.000 euros totales solo tributaba por 1.600. Ahora, la reducción baja al 50%, por lo que se le aplica el IRPF sobre 2.000 euros.Esta pérdida de renta se compensa por el aumento de los mínimos personales, es decir, la parte de la renta que está exenta de tributar. Para un mayor de 75 años, la cantidad que no tributa por el impuesto de la Renta es de 7.550 euros.

Este jubilado, desde 2016, pagará menos por los rendimientos que obtiene de su depósito: si en 2014 tenía un tipo del 21%, en 2015 bajará al 20% y un año después, al 19%, el mismo que había en 2011. Al sumarlo todo, si en 2011 pagaba 2.590 euros de IRPF y en 2014 esta cantidad subió a 2.678 euros, el año verá aliviada su carga fiscal a 2.518 euros y en 2016, a 2.402 euros.

Indemnizaciones: La reforma penaliza a los despedidos desde el 20 de junio

El nuevo IRPF perjudica sobre todo a los despedidos, y más cuantos más años llevaran trabajando en la empresa. Un empleado que tras 28 años abandona a la fuerza su empresa y recibe una indemnización de 178.500 euros (la cuantía legal establecida) sale perdiendo respecto a ahora o a 2011 ya que desde el pasado viernes, 20 de junio, deberá tributar por la compensación que reciba. A los 178.500 euros recibidos, le debe aplicar la exención por 2.000 euros por año trabajado, por tanto la exención le afectará a 56.000 euros.

Los 122.500 euros restantes se consideran rentas irregulares y aquí la reforma introduce otra medida que penaliza a los despedidos: si antes estos rendimientos se podían aplicar una reducción del 40% para que solo gravara el porcentaje restante, ahora esta cantidad se reduce al 30%. De hecho pese a la rebaja de tipos para las rentas del trabajo y del ahorro, y de que suban sus mínimos personales y familiares, pagará casi 40.000 euros más por IRPF en 2015 o 2016, que si el despido se hubiera producido en 2011 o incluso el mes pasado.

Sueldos elevados: no se compensará la subida de 2012

Hasta ahora, los tipos máximos del IRPF superaban el umbral que muchos fiscalistas consideran confiscatorio, aquel que grava más del 50% de la actividad. La reforma fiscal bajará la escala estatal del impuesto del 52% al 47% en 2015 y, un año después, al 45%. Y reducirá el número de tramos de forma que todas las rentas superioresa 60.000 euros se gravarán con el marginal máximo.

No obstante, para las mayores rentas, la subida de impuestos aprobada en 2011 no se revertirá por completo: continuarán tributando más que entonces. Un directivo del Ibex que gane 2,5 millones de euros pasará de tributar a un tipo medio de más del 50% en la actualidad a uno del 44% en 2016, un nivel algo superior todavía al de 2011. Y estos son los tipos fijados por el Estado, falta ahora que las autonomías decidan si mantienen los que ahora tienen o también los bajan.

Ahora en Andalucía y Cataluña no se paga el 52% que fijó como media el Ejecutivo estatal. El tipo máximo llega al 56%. En el caso mostrado, un ejecutivo con un sueldo de 2,5 millones de euros con las inversiones descritas en el gráfico adjunto, pasará de tributar 1.528.784 euros en la actualidad a 1.322.097 euros en dos años. Una rebaja sustancial, si bien en 2011 hubiese pagado 1.303.447 euros en impuestos.