El Córdoba minimiza los daños de la eliminación en la Copa

«No había ninguna previsión de ingreso en Copa, por lo que hemos terminado con superávit». De esta forma se despachó Carlos González cuando fue consultado sobre las consecuencias económicas de la eliminación del Córdoba en la Copa del Rey ante el Deportivo de La Coruña.

Sin duda, el planteamiento del mandatario, quien aseguró que «todos los años ha sido así», choca con el hecho de que la temporada pasada los ingresos por taquilla de esta competición fueran una de sus principales fuentes de ingresos, algo de lo que también salió beneficiado el curso anterior.

A Pablo Villa y sus jugadores tampoco les ha quedado tiempo para lamentarse de la eliminación copera. El calendario (o más bien los horarios de televisión) les ha obligado a levantar la cabeza y pensar ya en el siguiente partido, que tendrá lugar mañana frente al Numancia en El Arcángel.

Ya en sala de prensa, el preparador blanquiverde argumentó que «es poco tiempo 72 horas para recuperar» de un partido a otro, aunque también reseñó que «la derrota nos hará más fuertes». Y con esa mentalidad regresó el equipo al trabajo ayer por la tarde, puesto que el técnico optó por que el equipo se recuperara tras el esfuerzo de los 120 minutos de juego y la tensión de los penaltis.

Samu de los Reyes, quien ayer pasó por la sala de prensa antes de la sesión vespertina, afirmó que «estamos centrados en la Liga, aunque nos habría gustado llegar un poco más lejos en la Copa». El jugador, sorprendido por la atmósfera que generaron sus saques de banda, destacó que «al no tener tantos minutos no acabé tan bien, pero he recuperado rápido, además este sábado es el momento de reivindicarme». Y es que ocupará la plaza de Raúl Bravo. Tanto él, como Fran Cruz y Caballero, se postulan como titulares mañana. El resto, estarán más descansados para medirse al Numancia, ya que Saizar, Janse, Xisco, Luso o Bouzón no jugaron, mientras que otros como López Silva, Abel o Pedro entraron en la segunda parte del partido frente al Deportivo, que no dejó daños.