El Córdoba mantiene intacta su identidad de juego y su fortaleza en El Arcángel. El equipo, con López Silva al mando, dio un recital de buen juego, control de la posesión, presión arriba y acierto en el remate para llevarse la primera victoria de la temporada por 2-0 ante el Racing de Santander, un equipo tan desfondado física y futbolísticamente como los cimientos de su institución.
La primera sorpresa llegó por la mañana con la ausencia de Gaspar en la convocatoria que facilitó Rafael Berges tras el último entrenamiento. El capitán y Ayina se quedaron fuera de la lista, en la que entraron Fede Vico y Pepe Díaz. El central fue baja por un cólico nefrítico, mientras que el francés se cayó por decisión técnica.
La ausencia de Gaspar condicionó la alineación inicial. El técnico eligió a Alberto Aguilar para suplir al capitán junto a Tena en el centro del zaga. No fue el único cambio respecto al debut en Murcia. Caballero también irrumpió en la alineación por Joselu. Un movimiento que también produjo una variante en el sistema táctico. Del 4-4-2 de la Nueva Condomina se pasó anoche ante el Racing al 4-1-4-1 que tan buenos resultados dio el año pasado.
Las variantes de piezas y dibujo dieron frutos desde el inicio. El Córdoba se hizo dueño del balón, aunque el Racing jamás renunció a buscarlo y tenerlo en su poder. Esa lucha provocó un arranque con bastante ritmo para estar en agosto en la que los locales salieron ganando, con Pedro muy activo por la banda derecha y con Abel Gómez y Caballero con mucha presencia en la construcción y en las llegadas al área acompañando a Patiño.
Protagonista e intenso
El Córdoba era intenso y protagonista como le enseñó Paco Jémez y ahora mantiene y retoca para mejor Rafael Berges. Sin embargo, Alberto García tuvo que demostrar porqué se ha ganado tres años de renovación. Esbozó reflejos de felino para desviar un disparo a quemarropa de Longás (m. 7). Fue un espejismo. El Córdoba era superior. López Silva probó rápido a Mario. A la segunda no perdonó. El equipo rompió por la derecha, como casi siempre en el inicio, Pedro envió un balón al lado contrario, donde esperaba el onubense para inventarse una vaselina de crack que ponía el 1-0 al cuarto de hora.
Los locales ni siquiera acusaban la importantísima ausencia de Gaspar atrás. Alberto Aguilar trabajó bien la salida del balón y Tena defendió con acierto a Saizar. El Córdoba también parecía más fuerte y fresco físicamente. Pero, el Racing, un equipo al que se le nota en construcción (¿lo hará a tiempo para luchar por arriba?), contestó como pudo. Intentó hacerse con el balón, pero era más efectivo cuando salía a la contra, ya que la presión blanquiverde le otorgaba la posesión. En ese arreón del Racing, Alberto volvió a demostrar sus cualidades. Paradón en un testarazo picado, abajo y al palo de Saizar.
El Córdoba seguía haciendo mucho daño por los costados. Pedro y López Silva se abastecían de la superioridad en el medio de Garai, Caballero y Abel. El equipo recuperó el claro dominio en el tramo final de la primera mitad. Patiño batió de nuevo a Mario, pero el árbitro anuló el segundo tanto por una presunta mano del delantero (m. 36). El Racing, fundido, ya no hizo más intentos por irse arriba antes del descanso, al que el Córdoba llegó con las mismas sensaciones de solidez en El Arcángel que la pasada temporada. Como si no hubiera habido verano por medio, cambio en el banquillo ni novedades en la plantilla.
El control se hizo más patente en la reanudación. El Córdoba tuvo más tiempo el balón y mantuvo siempre al Racing alejado del área cordobesista. El choque se puso más blanco y verde que nunca. La superioridad local cada minuto era más patente. Abel Gómez y Fuentes tuvieron un par de ocasiones para ampliar la ventaja, mientras López Silva deleitaba con sus pases, sus llegadas y sus remates a la grada.
Todo sigue igual
El Córdoba había obligado al conjunto cántabro a quedarse sin aire. Tanto, que el partido se convirtió en un rondo de los blanquiverdes sobre todo el campo. López Silva se inventó una galopada que pudo acabar en el segundo y que finalizó en saque de esquina. De él nació el 2-0 final. El onubense la colgó larga al segundo poste y Ruymán, en propia puerta, marcó el segundo (m. 71). El partido terminó ahí, con el Racing desfondado ante el despliegue futbolístico y físico local.
El conjunto blanquiverde continúa la senda del curso pasado. Parece que nada ha cambiado. La identidad está intacta. En la clasificación, también sigue todo igual. El equipo ya es quinto clasificado, con 4 puntos, y ocupa plazas de play off de ascenso. Quedan 40 jornadas para conservarlo. Lugo, próxima parada.