Los Príncipes de Asturias estrenaron ayer sus vacaciones en Mallorca con un pintoresco viaje al pasado y un paseo de proximidad. A última hora de la tarde, cuando el calor empezaba a suavizarse, Don Felipe y Doña Letizia llevaron de excursión a sus hijas, las Infantas Leonor y Sofía, a bordo del tren turístico que, desde 1912, une Palma de Mallorca con Sóller.
En este municipio se bajaron del tren de época y tomaron el tranvía, también clásico —empezó a circular en 1913—, hasta el Puerto de Sóller, situado a cinco kilómetros, donde dieron un paseo, tomaron fotos -sobre todo, les hicieron a ellos- y disfrutaron de los últimos destellos de una espectacular puesta de sol. Todo ello, ante la sorpresa de los veraneantes y lugareños, que tuvieron noticias de la visita por los numerosos fotógrafos y cámaras que se dieron cita en el puerto minutos antes para esperar la llegada de Don Felipe y Doña Letizia.
Divertidas escenas
Acompañados por una oleada de curiosos de diferentes nacionalidades, los Príncipes recorrieron el puerto, se pararon en diversas ocasiones para ver los barcos y la puesta de sol y Don Felipe llevó en hombros a su hija mayor, primero, y a la pequeña, después. La Infanta Sofía pidió la cámara al Príncipe para hacer una foto a sus padres, y la Infanta Leonor hizo otra a la puesta de sol, mientras decenas de fotógrafos y cientos de ciudadanos les fotografiaban a ellos.
Para los Príncipes, Mallorca no es solo sol y playa, sino que la isla ofrece otros muchos atractivos que Don Felipe y Doña Letizia quieren disfrutar y ayudar a promocionar. Entre todos ellos, eligieron un paseo en el tren turístico que une Palma con Sóller y que este año celebra su centenario.
Don Felipe, Doña Letizia y sus dos hijas tomaron el último tren del día, a las siete y media de la tarde, en la estación de la plaza de España, de Palma, donde también ocasionaron un gran revuelo. Las niñas, que parecían muy ilusionadas, fueron las encargadas de llevar los billetes, aunque la Infanta Leonor preguntó a su madre que para qué era «esta tarjetita».
Disfrutando de la excursión
El Príncipe, con pantalones vaqueros y polo rosa; la Princesa, con pantalón pitillo verde brillante, camiseta estampada y sandalias planas; y las niñas, con shorts, blusones y las tradicionales abarcas menorquinas, se acomodaron en un clásico vagón de madera, y se dispusieron a disfrutar del imponente paisaje que ofrece este trayecto a lo largo de sus 27,3 kilómetros. Durante el recorrido, que cruza infinidad de puentes y túneles y está cuajado de curvas cerradas, los Príncipes fueron explicando a sus hijas, de seis y cinco años, los distintos puntos de interés, mientras las niñas hacían fotos e, incluso, Don Felipe pidió a un viajero que tomara una imagen de la familia.
La Reina, que ya realizó este pintoresco viaje en 1994, con su cuñada, Ana María de Grecia, no acompañó a los Príncipes en la excursión y se quedó en el Palacio de Marivent, sin la compañía de su hija, la Infanta Doña Elena, y de sus nietos, Felipe y Victoria, pues los tres abandonaron la isla el pasado domingo.
Con esta excursión, los Príncipes dan por inauguradas sus vacaciones, aunque el Príncipe llegó a Mallorca el pasado sábado con las Infantas y la Princesa el domingo. Don Felipe y Doña Letizia estarán en la isla esta semana ya que está previsto que acudan a la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos el próximo domingo.


