En 36 años de profesión como médico de Atención Primaria del Centro de Salud Dr. Trujillo de Palma del Río, Juan Toscano Marti no ha visto nada como los recortes que plantea el Ejecutivo andaluz. «He pasado por el sueldo congelado por Felipe González, por Aznar pero lo que pretende hacer Griñán no lo he visto nunca». Toscano asegura que con los últimos ajustes el poder adquisitivo de los médicos ha bajado un 20 por ciento. Un porcentaje que se aplica a todo, tanto al sueldo como a los complementos «van quitando pellizcos de cada cosa», y el sueldo ya es escaso. La embestida del Gobierno bipartito de PSOE-IU liderada por Griñán restaría a sus nóminas un 20 por ciento más. Este sablazo al bolsillo de los médicos se traduce en que las pagas extraordinarias, ya de por sí mermadas, podrían quedarse en la mitad. Ya los trienios a los médicos los habían reducido un 10 por ciento, quedándose en torno a los 45 o 50 euros. Lo peor de los recortes es que vienen acompañados de más existencias. «En Atención Primaria además, tenemos que llevar el control de embarazo que es Planificación Familiar, el tabaquismo.... todo esto con una presión asistencial importante», denuncia Toscano.
Una de las mayores presiones del ejecutivo andaluz es la del gasto farmacéutico, ligado estrechamente a sus nóminas, ya que el 70 por ciento de la productividad que reciben está basado precisamente en ese gasto. Y ahora además el pago de la productividad de mayo va aplazada de julio a diciembre. Otras de las tensiones diarias de los facultativos es la falta de sustituciones. Toscano asegura que «no cubren nada, ni a los médicos salientes de guardia, ni las bajas largas, solo hay una médica joven de apoyo, y es la que tapa ciertos huecos, pero sobre la marcha se hace el reparto de pacientes entre el resto de médicos». La solución a los recortes «por el desaguisado de Griñán», según este facultativo, «no está en bajarnos el sueldo sino en el control del uso de los servicios sanitarios y farmaceúticos, con el copago aunque sea mínimo».