desde el iese
Amnistía fiscal
A veces puede estar justificado tolerar alguna acción que aisladamente podría tenerse por injusta en función de un bien superior y por una necesidad grave, como es el caso
ME preguntaban hace unos días por la moralidad de una amnistía fiscal. Complicado.
Las acciones humanas revisten siempre una lógica complejidad, primero porque hay que tener en cuenta en su valoración principios y consecuencias; segundo, porque una misma acción suele tener al mismo tiempo efectos positivos y negativos, directos y colaterales, que hay que saber ponderar adecuadamente; tercero, porque las acciones no se dan aisladas, y, sin caer en el argumento de que el fin justifica los medios, a veces unas acciones hay que saberlas interpretar en el contexto de escenarios más amplios.
De acuerdo. Aceptemos que buscar estratagemas para ocultar dinero es una falta de solidaridad y va contra la justicia. Pero, de lo que estamos hablando ahora es de si, dada una situación económica grave, con una necesidad urgente de aumentar liquidez como sea, puede estar justificado dejar que ese capital aflore, como si no hubiese pasado nada.
Pues, sí. A veces puede estar justificado tolerar alguna acción que aisladamente podría tenerse por injusta en función de un bien superior y por una necesidad grave, como es el caso. En eso consisten las amnistías. También el buen ladrón consiguió ser perdonado en el último suspiro de su vida.
Junto a la valoración moral, convendría preguntarse también por la oportunidad política y la eficacia económica de esa medida. Hay que estar mínimamente seguros de que no hay otras alternativas que puedan conseguir los mismos resultados por caminos menos tortuosos.
Joan Fontrodona es profesor de Ética Empresarial. IESE Bussines School.
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