«Taberna Mingote», de luto tras 25 años homenajeando al humorista
El dibujante comió en varias ocasiones en este local de Talavera de la Reina, casi un museo para su obra

La «Taberna Mingote» , que se fundó en Talavera de la Reina en 1986 en homenaje al humorista gráfico y a la buena cocina, se suma al sentimiento de pérdida, de luto y de pésame por el fallecimiento del dibujante y académico . En declaraciones a Efe, el responsable de la «'Taberna Mingote», Joaquín Lapole, ha relatado que cuando abrieron el local, hace ya más de 25 años, pidió permiso al artista para bautizarlo con su apellido y recuerda que en varias ocasiones este visitó y comió en el establecimiento, decorado con viñetas y dibujos suyos, y cuyo comedor puede entenderse casi como un museo.
En esas visitas, Mingote degustó huevos estrellados y rabo de toro, «y todo le encantó», ha indicado el dueño del local en una jornada en la que siente que él también ha perdido a alguien cercano, admirado y muy querido, que seguirá teniendo en Talavera un local que es un homenaje.
Joaquín Lapole ha explicado que fue su abuelo el que le inculcó la pasión por Mingote cuando a diario traía el ABC y que su trabajo le ha parecido siempre maravilloso «por su ironía y su capacidad para hacer una crónica en solo una viñeta», así como por ser un creador «ocurrente, sutil, muy querido».
El cariño por Mingote y por su abuelo están detrás del nacimiento de la «Taberna Mingote», cuya carta se presenta con una ilustración dedicada del fallecido creador y Lapole siente orgullo por contar con otras piezas dedicadas, así como con una amplia colección de chistes recopilados que incluso sorprendieron a su autor cuando se desplazó a Talavera.
Este hostelero ha dicho que el miércoles colgará una esquela en el local y que hoy ha hecho llegar un telegrama a la viuda, Isabel. Ha rememorado que la última visita que realizó a casa del matrimonio tuvo lugar en la Navidad de 2010 , pues los desplazamientos eran más costosos para Mingote. Lapole recuerda la lucidez y claridad de mente de la que hizo gala el humorista y escritor ese día, que con ironía le dijo que lo malo de estar tan bien de cabeza era que "así me doy cuenta de lo mayor y estropeado que estoy".
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