Un «Ejército» de mecánicos

LA ensordecedora detonación de aquel IED (artefacto explosivo improvisado) despegó del suelo al RG-31 que precedía a una patrulla de reconocimiento en las proximidades de Darreh-i-Bum (oeste de Afganistán), pero las únicas víctimas de aquel brutal atentado acaecido el pasado año fueron los «bajos» del todoterreno. Ahora, ese blindado se «recupera» en el único lugar donde puede hacerlo: El Parque y Centro de Mantenimiento de Vehículos de Ruedas número 2 que el Ejército de Tierra posee en la barriada cordobesa de El Higuerón.

El RG-31 es uno de los 200 modelos a los que compete reparar y revisar este «macrotaller», que tiene responsabilidad sobre 5.381 vehículos. Además, se encarga del abastecimiento de piezas a todo los escalones de mantenimiento.

El centro, que en sí data del año 1937 —cuando surgió como una unidad específica local para la inspección de vehículos—, es el único Órgano Logístico Central (OLC) en España que se ocupa de la puesta a punto de los transportes del Ejército que circulan sobre ruedas. Junto a él existe otro en Torrejón de Ardoz, si bien éste se centra en otras «familias» de vehículos.

En concreto, en el complejo cordobés se solventan las averías y revisan los RG-31, Aníbal, Iveco superiores a 10 toneladas, remolques plataformas, Iveco Grúa, Iveco Astra, Iveco Cabezas Tractoras y BMR 600.

El recinto de El Higuerón, dirigido por el coronel Manuel Joaquín Landaburu, cuenta con una amplia gama de talleres especializados donde prima, además de la calidad de las reformas, el respeto al entorno. En este sentido, el complejo no sólo dispone desde hace años de los más prestigiosos certificados de calidad, seguridad laboral y medio ambiente, sino que también ha obtenido la Etiqueta Ecológica Municipal en la categoría de oro por desarrollar un sistema de gestión ambiental en sus instalaciones en el que se contemplan medidas de ahorro y eficiencia energética.

Especialización

Según explicó el coronel, la plantilla de estas dependencias de 130.000 metros cuadrados está compuesta por 217 personas (130 es personal militar y el resto, civil). «Todos los operarios cuentan con una preparación excepcional. Hay que tener en cuenta que su cualificación es muy específica, por lo que procuramos encargarnos de que adquieran los conocimientos precisos mediante cursos formativos, conocimientos que se suman a los que ya tienen por su titulación», indicó el responsable del centro.

Así, el complejo, que mueve anualmente 3,5 millones de euros, no sólo revierte en la provincia mediante la contratación de empleados, sino también en las más de 100 empresas de Córdoba implicadas en áreas como la automoción, limpieza, restauración, alimentación o seguridad.

En lo que respecta a la adquisición, acumulación y abastecimiento de piezas de repuesto, el centro de El Higuerón dispone de un completísimo «stock» que permite satisfacer las demandas que recibe desde diversos puntos de la geografía nacional e incluso de las zonas en las que el Ejército se encuentra desplegado. Como muestra, un botón: el año pasado se generaron 12.000 peticiones de suministro, que supusieron 115.000 artículos distintos y unas 10.000 órdenes de transporte.

«El envío de los materiales lo solemos hacer bien a través de servicios discrecionales (que se usa, sobre todo, para material delicado, y para pedidos de las islas Canarias) o mediante el sistema de transporte del Ejército llamado Setre, en el que se utilizan vehículos militares», explicó el coronel.

Ahorro

Pese a que las instalaciones de El Higuerón cuentan con un apeadero de ferrocarril —puesto que en su día albergaron un batallón mixto compuesto por una compañía de ingenieros, otra de transmisiones y una de ferrocarriles—, «es mucho más económico y rápido efectuar los transportes por carretera; aunque la vía se podría utilizar en un momento determinado para movilizar grandes volúmenes de carga», indicó el mando del centro.

Precisamente, la situación económica actual obliga ahora más que nunca a adoptar medidas de ahorro, «aunque tenemos la suerte de que a nosotros no nos ha afectado tanto la coyuntura actual», indicó el coronel que, no obstante, señaló que «pese a ello, trabajamos para acertar más en las adquisiciones de piezas, controlar los consumos».

Para ello, llevan a cabo una importante tarea previsora basada en la experiencia de años anteriores. «Para reducir en la medida de lo posible las peticiones de envíos de piezas, por ejemplo, a una zona en la que el Ejército se encuentra desarrollando una misión, lo ideal es que el material en cuestión ya esté allí. Por eso, tratamos de calcular las averías que pueden darse y, en base a ello, abastecer de todo lo necesario antes de que se efectúe el despliegue de las unidades», indicó el coronel.

CÓRDOBA