Jarro de agua fría sobre el sueño de abrir una segunda puerta de acceso a la Catedral para las cofradías. La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía acaba de rechazar el proyecto presentado por el Cabildo para el muro norte del templo, el que da al Patio de los Naranjos, y donde se engloba la nueva arcada para las procesiones.
Lo confirmó a ABC el presidente del organismo que custodia la Catedral, Manuel Pérez Moya, que no ocultó su pesar por el rechazo de la Administración autonómica a un proyecto que tenía que resanar una de las zonas de la antigua Mezquita más necesitadas de intervención.
Pérez Moya no detalló los motivos por los que la Junta de Andalucía ha rechazado el proyecto, pero sí insistió en que era una obra que se ajustaba a las últimas intervenciones realizadas y que llevaba la firma de los arquitectos conservadores del monumento, Gabriel Rebollo y Gabriel Ruiz Cabrero, y del canónigo archivero, Manuel Nieto Cumplido. Aunque permitiría la apertura de la cuarta arcada situada a la derecha del Arco de Bendiciones, se trataba de un proyecto global, que supondría toda la mejora de la fachada norte.
Pérez Moya explicó que el proyecto pretendía que todos los arcos estuvieran uniformados con piedra de ágata. Se conseguiría así una «armonía» que ahora no existe, recordó. En efecto, los situados a la izquierda (vistos desde el Patio de los Naranjos) del Arco de Bendiciones están tapados con muros de ladrillo. No todos, porque el tercero está a la mitad. Los cuatro que están a la derecha tienen las celosías de madera instalados hace 40 años y una de estas arcadas, la última, es la que tendría que servir para el paso de las cofradías.
Pérez Moya explicó que la idea del Cabildo era recibir la licencia para comenzar con este proyecto y que la apertura de este vano fuese precisamente lo primero, de forma que las hermandades pudiesen disponer de la que en el siglo XVIII se llamaba puerta de Nuestra Señora del Pilar, y que se utilizaba precisamente para las procesiones, según atestigua documentación tanto literaria como gráfica. En 1724 consta que se cerraron todos los arcos que dan al Patio de los Naranjos a excepción de éste, y de 1741 es un grabado que lo prueba. Después vendría el resto de la obra, que no sería sencillo porque supondría retrasar algunos de los altares adosadas al muro por el interior.