Volvo: estrategia eléctrica
El fabricante sueco da una nueva vuelta de tuerca en su particular filosofía de impulsión sin emisiones con propuestas de autonomía extendida que podría alumbrar comercialmente en unos pocos meses.
madrid Actualizado: GuardarCon apoyo de la Agencia Sueca de la Energía y la Unión Europea, Volvo está probando 3 potenciales tecnologías eléctricas de autonomía extendida, bajísimas emisiones y grandes visos de producción a corto plazo.
En opinión de Dereck Crabb, vicepresidente de sistemas de impulsión de la marca, «el precio y tamaño de las actuales baterías limita el alcance de los coches eléctricos a una operación relativamente limitada. Con los mecanismos de autonomía extendida este handicap queda zanjado por completo, y además con emisiones de CO2 por debajo de unos sorprendentes 50 g/km».
El desarrollo de la marca en este capítulo comprende 3 posibilidades a partir de propulsores tricilíndricos adaptados a gasolina y etanol E85, complemento de las plantas de impulsión puramente eléctricas, con sistema de recuperación energética en todos los casos.
Dos de ellas se basan en el C30 Electric, (con el que la marca experimenta en condiciones reales de circulación desde hace meses, y que recarga, además de en retenció y frenada, enchufándolo a la red doméstica) con el paquete de baterías súper compactado situado entre el motor térmico y el tanque de combustible.
La primera apuesta, similar a la recién estrenada por el nuevo Opel Ampera, cuenta con propulsor de gasolina/etanol de 60 CV (y depósito de gasolina de 40 litros) conectado a un generador de 40 kW, cuya energía se utiliza fundamentalmente para animar un motor eléctrico de 111 CV, aunque el conductor puede elegir además cargar la batería para aumentar la autonomía en modo eléctrico, que según Volvo llega así a nada menos que 1.000 km.
La segunda propuesta también cuenta con mecánica térmica tricilíndrica y tanque de 40 litros. La diferencia estriba en una conexión paralela en virtud de la cual esa mecánica, turbo y de 190 CV, mueve las ruedas traseras a través de un cambio automático de 6 marchas, lo que permite consumos austeros a velocidad sostenida en autovía/autopista. Además, a través de un generador de 40 kW la batería se repone para aumentar la autonomía en circulación eléctrica, ésta basada en un motor de 111 CV. Cuando ambos actúan a la vez, el coche dispone de 300 CV y pasa de 0 a 100 km/h en 6 segundos. Puede circular unos 75 km en modo eléctrico, y unos 1.000 en posición híbrida.
La tercera y última posibilidad pasa por un pack de impulsión instalado al completo bajo el capó frontal, salvo la batería y el depósito. Su motor eléctrico de 111 CV está suplementado por otro térmico turbo de 190, con una transmisión automática de doble etapa y un generador de 40 kW. La fuerza del térmico mueve las ruedas delanteras a través del cambio y recarga las baterías (en la zona trasera bajo el piso) del eléctrico por debajo de un baremo predeterminado. Hasta 50 km/h, y por espacio de 50 km, se mueve de forma eléctrica pura y dura. Y a ritmo elevado, el motor de gasolina entra en funcionamiento automáticamente, cebado desde un depósito de 45 litros de gasolina o E85. Su autonomía supera los 1.000 km.
