Antes de fin de año los aficionados a la lotería, además de boletos de azar, podrán comprar acciones de la compañía explotadora del negocio, lo cual tambien producirá emoción y vértigo. La expresión ¿cuánto juegas? referida a la lotería es tan adecuada como habitual, especialmente en Navidad. No lo es tanto cuando aludimos a la Bolsa; ¿cuánto juegas en Telefónica? suena frívolo y muy poco técnico.
Los sabios estoicos no distinguían entre ocio y negocio, trabajo y juego. Quien invierta en acciones de Loterías asumirá el credo estoico, quizá sin saberlo.
La Lotería suele ser un buen negocio en muchos países; la española es de las mejores, acumula experiencia y organización, y bien merece el doble carácter de sociedad pública del Estado, y pública por abierta al ciudadano, al inversor; cotizada y sometida a la transparencia mercatil.
El Ministerio de Hacienda aspira a una capitalización de la empresa Loterías en torno a 25.000 millones de euros, nueve veces sus beneficios actuales. Una cifra que colocará a la nueva cotizada en la lista corta de las principales del IBEX 35, entre la sexta y la décima.
El Estado aspira a colocar un 30% inicial, y recaudar hasta 9.000 millones que ayudarán a sanar las cuentas públicas. La operación obliga a mejorar la gestión y habrá más ojos vigilantes interesados en que el azar cotice como el acero, las finanzas o el petroleo. La ilusión llega a la Bolsa. Ojalá que vaya bien.


