Contra el cieloes un emotivo homenaje a las víctimas del terrorismo y una denuncia contra los que «miraron para el otro lado» durante los terroríficos «años de plomo». ¿Quiénes torcieron ese gesto?
-Hubo mucha gente que, por miedo, tal vez por comodidad, miraron hacia el otro lado. Comprometerse a denunciar la barbarie, en determinados ambientes, suponía significarse, destacar entre la mayoría silenciosa; en definitiva, casi ser un héroe. Por fortuna, hubo bastantes héroes.
-En su novela, la tragedia de la muerte hace mutar a un personaje la áspera piel del nacionalismo excluyente. ¿Se puede dar en la realidad?
-Por supuesto. La vida es un proceso de cambio permanente. En eso consiste la superación personal. La empatía es la clave para que se produzca este cambio. En el País Vasco, en general, nos ha faltado el cultivo de la empatía y la imaginación. Imaginar el sufrimiento del otro, por ejemplo, un amenazado por ETA o unos padres que acaban de perder a su hijo por un coche bomba. ¿Cómo me sentiría yo si fuera el otros El cultivo de la empatía es una vacuna muy eficaz contra el fanatismo.
-En los colegios se califica de «héroes» a los asesinos. ¿Por qué tan abominable cobardía?
-En algunos colegios se llegó a esos extremos y en ciertos Ayuntamientos se homenajeó a etarras como si fueran héroes. Por fanatismo. Por falta de agallas y quizá, en algún caso, por falta de coraje ético de los gobernantes de turno.
-Los verdaderos héroes son aquellos que luchan por la libertad y la justicia al pie del asfalto trabajando para un pueblo y para un puñado de cobardes, que luego les delatarán a los verdugos. ¿Qué lecciones debemos aprender de esos héroes?
-Todos somos educandos y educadores, aunque no lo deseemos. Desde el momento que vivimos en sociedad, nuestra conducta se convierte en un ejemplo para alguien. Estos héroes, anónimos han sido unos extraordinarios educadores y educandos. Su ejemplo ha cundido entre la ciudadanía. Su triunfo es el triunfo de la dignidad y los valores humanos.
-¿De qué modo luchan las víctimas contra su doble muerte, física y social?
-Los familiares de las víctimas sufrieron lo indecible. Primero, mataban a sus seres queridos, luego, los remataban con las infamias y los bulos. Lucharon contra esta doble muerte con la dignidad que ha caracterizado al colectivo de las víctimas. Algunos, en el dolor, dejaron lo mejor de sus vidas.
-Disfrazar a los asesinos de «lucha armada», llamar «Estado» a España, «conflicto vasco», «tregua»... ¿Por qué el fanático pervierte el lenguaje?
-Pervertir el lenguaje equivale a pervertir el pensamiento. Las palabras travisten la realidad de tal forma, que, al final, muchos ni la reconocen. Viven en «Babia», en su cielo particular, mientras otros muchos malviven en el infierno.
-«Contra el cielo» es un tributo a las víctimas y su coraje moral para aguantar escarnio, ignominia, burla... Es una afrenta a esas víctimas que en los Ayuntamientos haya representación de ETA.
-Y que se hayan erigido homenajes a los etarras en algunos Ayuntamientos, y que Josu Ternera formara parte de la Comisión de los Derechos Humanos del Parlamento Vasco… ¡Son tantas las afrentas que han sufrido en silencio las víctimas! En el País Vasco ha habido déficit de indignación. Tendríamos que habernos indignado más y mucho antes.
-¿Por qué se inyecta el odio desde las ikastolas?
-En algunas ikastolas, no en todas. Cuando educamos, transmitimos lo que somos. Y hay profesores que comulgan con los mismos ideales que defendía la banda terrorista.
-¿Y por qué se hace el mal, se asesina, se secuestra...en nombre de una patria inventada?
-El hombre es capaz de lo mejor y de lo peor. El ser humano es el que empuja a unos niños judíos a las cámaras de gas, pero ser humano también es la madre que le canta una canción a su hijo y le acaricia y le besa antes de ser gaseado.