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La candidata muda

La buena imagen de Chacón se sostiene precisamente en su mutismo, es decir, en nuestro desconocimiento

Día 12/04/2011

PORTENTOSA contradicción de la democracia mediática, un político puede ejercer cuatro años como ministro sin que apenas sepamos de su expresión verbal. Fuera de las palabras leídas, controladas y programadas del Congreso, de los mítines o de las entrevistas pactadas. Es el caso de Carme Chacón, posible candidata a la presidencia del Gobierno de España. Y su enigma. Pues tal mutismo plantea dos interrogantes. Si se trata de un mutismo meticulosamente programado o si es la mera consecuencia del miedo escénico de la ministra. Y si la buena imagen de Chacón se sostiene precisamente en su mutismo, es decir, en nuestro desconocimiento.

A favor de la tesis del mutismo programado está el dato de que Carme Chacón apenas haya cometido un solo error en estos cuatro años. Es cierto que el hecho de ocupar la cartera de Defensa la ha ayudado, como a otros políticos antes que a ella, a conseguir una buena valoración pública que no facilitaba su ministerio anterior, Vivienda, ni lo hacen otros ministerios. Pero también es cierto que Chacón ha conseguido ir más allá de esa ventaja y situarse como la opción más fuerte del PSOE tras Rubalcaba, lo que es también producto de una cuidadosa e inteligente campaña de promoción personal. En contra del mutismo programado, las inseguridades mostradas por la ministra en sus escasas comparecencias públicas o la renuncia a asumir el mando de la comunicación en asuntos que la concernían directamente como la participación en la guerra de Libia. Y análisis de periodistas que siguen el Congreso como Paloma Cervilla y el demoledor retrato en su blog sobre la perfomance de Chacón («Ministra a la fuga», 25 de marzo, 2011).

La resolución de la segunda parte del enigma de Chacón se producirá precisamente cuando acabe el mutismo. Cuando tengamos oportunidad de conocer en cierta profundidad la política que hay detrás de una excelente imagen. Sabremos si nos gusta Chacón o sólo nos gustaba la imagen de Chacón. Y es que Chacón reúne ingredientes que la convierten en una de las políticas más atractivas de España. Especialmente para las mujeres, tal como mostraba la encuesta de este periódico ayer. Hecha a sí misma, sin esas herencias políticas a las que todavía parecen obligadas tantas mujeres (Keiko Fujimori, Hillary Clinton, Martine Aubry). Fuerte e independiente, dura y sensible al mismo tiempo, sin problemas para mostrar sus lágrimas, aunque sean por Zapatero. Moderna, simpática, directa, cercana, activista por la igualdad de las mujeres. Incluso con la ventaja añadida de una belleza natural y amable, perfecta para los carteles electorales. Pero, ¿quién se esconde detrás de esa atractiva imagen?

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