De vivir mañana, 21 de febrero, Ricardo Delgado Vizcaíno cumpliría 90 años. Un maldito cáncer se lo llevó cuando estaba a punto de cumplir los 73. La obra de su vida, la Sociedad Cooperativa Andaluza Ganadera del Valle de los Pedroches, más conocida como Covap, pervive con fuerza y es santo y seña de la localidad que lo vio nacer, crecer y honra su memoria: Pozoblanco.
Pozoblanco está en la comarca del Valle de los Pedroches, 86 kilómetros al norte de Córdoba. Su historia se remonta a la Baja Edad Media y fueron los Reyes Católicos quienes en 1478 le dieron el título de villa. Perteneció alternativamente a la Corona, a los marqueses del Carpio y desde 1747 de nuevo a la Corona. Alfonso XIII le concedió el título de ciudad. La población se asienta sobre tres suaves colinas, rematadas por otras tantas iglesias, San Sebastián, San Gregorio y San Antonio. Actualmente alcanza los 18.000 habitantes.
Los pozoalbenses son de carácter tenaz y emprendedor. Duros como el granito que abunda en la comarca y con sentido comercial y para la industria. Su paisaje viene marcado por la dehesa, donde se alterna el cultivo de cereal con el aprovechamiento ganadero de los pastos, gracias al compromiso entre conservación y explotación. De Pozoblanco fueron Juan Ginés de Sepúlveda, humanista y cronista de Carlos V; Juan Fernández Franco, escritor del siglo XVI; Marcos Redondo, cantante lírico; Antonio Porras, ensayista y poeta; y Ricardo Delgado.
En 1952 y durante una sequía que había menguado los escasos pastos de la comarca, un pequeño grupo de ganaderos sembró el germen del cooperativismo en la zona al unirse para comprar un camión de grano que saciara el hambre de sus reses y de paso les saliera más barato. El éxito fue inmediato y la iniciativa se vino repitiendo durante años sucesivos hasta que, el 7 de enero de 1959, veintidós ganaderos -la mayoría dedicados a la cría de ovino, cerdo ibérico y bovino de carne- se unieron en Covap.
A su frente estaba Ricardo Delgado, que había estudiado Derecho en Oviedo y Madrid y gestionaba las explotaciones agrícolas y ganaderas de su familia a la muerte de su padre. Fue presidente de Covap desde su fundación hasta 1992. Antes de 1959, en los Pedroches apenas existía un puñado de ganaderos con vacas de leche para abastecer casa a casa a la población y una tierra que había quedado al margen del desarrollo de las infraestructuras y con pocas posibilidades de generar riqueza.
Hoy, Covap lanza al mercado más de medio millón de litros de leche al día, la mitad de la producción láctea de Andalucía. Cuenta con una fábrica de piensos que fabrica 120 toneladas a la hora y un matadero que es capaz de despiezar 75.000 cerdos ibéricos al año. De los veintidós socios iniciales, la cooperativa ha pasado a tener quince mil. Y ha sido el revulsivo de la comarca. Motor de todo esto fue Ricardo Delgado Vizcaíno.
Ferviente católico, creó una amplia familia y uno de sus hijos es el actual presidente de la cooperativa. Quienes lo conocieron, resaltan su visión de lo que debía ser la ganadería en los Pedroches, su capacidad de liderazgo y visión de futuro, pero también su austeridad y su espíritu de trabajo. Entre los principales reconocimientos conseguidos destacan su nombramiento de Hijo Predilecto de Pozoblanco, a título póstumo, la Encomienda al Mérito Agrario, el premio CECO de Oro y la rotulación de una calle y de un instituto con su nombre en su ciudad.
Por su parte, Covap creó en 1996 la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno para honrar su memoria, promover y fomentar las actividades culturales, educativas y formativas de la población en general, y difundir la calidad de los productos pecuarios y de sus técnicas de producción y comercialización. Ciclos de conferencias, publicaciones, conciertos o representaciones teatrales, son algunos de los actos que desarrolla este órgano.
