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Remedios Amaya «¡Y Zapatero nos pide paciencia! ¡Ole los presidentes graciosos!»

Entrevista a la cantaora Remedios Amaya: «Ya ves, no me dejan ir al colegio por gitana y me mandan a Eurovisión»

Día 14/10/2010
ANA PALMA
Remedios Amaya
Remedios o María Dolores, que es como salió de pila?
-Llámame Remedios. María Dolores no me ha llamado ni mi propia madre.
-Inaugura el gran homenaje que se rinde a Carmen Amaya el día 22 en Barcelona, allí donde los próceres del tripartito buscan desterrar las muñequitas flamencas...
-¿Ah sí, y eso por qué? ¿Hasta ahí llegan?
-Veremos. Pues Amaya fue gitana catalana, arte puro, «encuentro con el amor» que dijo Cocteau.
-Yo te voy a hablar de mi sentir flamenco. Para mí Carmen Amaya fue una mujer que revolucionó el baile hasta el extremo de que nadie en el mundo ha «bailao» como bailaba esa mujer. Por ella el baile ha evolucionado a algo tan maravilloso hoy. Fue una de las grandes maestras y de ella hombres y mujeres han tenido que aprender.
-Y eso que a ella no la enseñó nadie. Como a usted.
-Nadie, pero es que esa mujer nació de su madre y de su padre con ese arte tan especial. Me hubiese encantado conocerla. ¡He visto tantos videos de ella...! Y la he visto en «Los tarantos». Y siempre me deja maravillada, lo mismo cuando sale vestida de hombre como cuando saca esos trajes preciosos. Esa mujer, de verdad, ha sido y será el genio más grande que ha tenido el baile flamenco gitano.
-Se apellidan igual, ¿eran familia?
-Sí, tenemos parentesco lejano. Lo poquito que yo tengo de Carmen Amaya, y que tan a gala llevo, me viene de mi abuelo. ¡Ojalá que el parentesco que tengo con ella fuera más cercano!
-Ella era «La Capitana» y a usted la llaman «La Camarona de Triana».
-Bueno, bueno, tú lo dices...
-Para quien lo dice, usted inspiraba a Camarón.
-Te voy a decir una cosa. A mí, bien lo sabe Dios, me halaga mucho eso tan bonito, pero ojalá que yo cantara como el más grande. Y digo también, compañerita, que el que manda es el público, y si me dice que soy la «Camarona» mujer, pues yo qué sé... Yo me río de cariño, de satisfacción, de orgullo, claro que sí; pero no me gusta. Conocí a Camarón de chiquitita, cuando fuimos compadres en Sevilla. Yo tenía 11 años. Era una persona maravillosa, muy especial, muy seductor, muy gitano, y lo parió su madre, compañerita, con una voz impresionante. Él es al cante lo que Carmen Amaya al baile. El más grande. Bebí de su fuente y todas las veces que he podido estuve con él, y lo escuché embobada, porque no se podía cantar más bonito, ni más flamenco, ni más gitano.
-También como Carmen, no tuvo usted una infancia fácil y anduvo pidiendo caridad por la calle.
-Es verdad que sí. Soy una personita que me he criado muy humildemente, y mi infancia ha sido pobre, pero a mucha honra. Y le voy a decir más: yo no iba al colegio de chiquitita porque no me dejaban por ser gitana. Y delante de Dios bendito digo que nunca he sentido yo la cosa del racismo. Pero bueno, la vida es así por desgracia, que gracias a Dios todo ha cambiado mucho y el gitano hoy está más integrado en la sociedad y somos personas como los demás,¿no?
-No la dejan ir al colegio y la mandan a Eurovisión.
-Para que tú veas las vueltas que da la vida. Siempre digo que Dios es justo y diría «que no la dejáis que vaya al colegio porque es gitana, pues ahora vais a tener Remedios hasta en la sopa».
-¿Qué sabor de boca le dejó aquella experiencia?
-¡Ozú! Pues como yo le saco siempre la parte buena a los momentos de mi música y de mi vida, pues estoy muy agradecida al festival porque me dio a conocer. El mal recuerdo, si te parece, me lo guardo para mí.
-Suena hoy «ay quién maneja mi barca, que a la deriva me lleva» y, oiga, parece el retrato de España.
-¡Ole tú, ole tú! Además de verdad, compañerita, ¡cómo está el país! Cada vez más malamente. A ver si a este buen hombre que tenemos de presidente del Gobierno se le encienden un poquito las lucecitas que tenga en su alma y apaña un poquito el mundo y la vida, porque de verdad, ¡vaya tela cómo está la vida! Y como está todo, tan feo, que da mucho miedo.
-¿Al flamenco también le han hecho un roto?
-Se nota en todo. Yo no me puedo quejar, que tengo mi trabajito. Pero si te sale algo y estás en un dinero, ya estamos con el que «hay que rebajar que hay crisis». Pero seguro que el presidente no se rebaja nada, que está muy lustroso y dice que no pasa nada, que se va arreglar la fatiga del mundo, tú me entiendes, y ¡que tengamos paciencia! ¡Ole los presidentes graciosos! Y ole Zapatero que quiere y ama a su pueblo.

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