Desayuno de domingo con.... Verónica Blume: "No entendía que yo fuera el producto que vender ni supe ver mi cuerpo como un negocio"
Nací en 1977 en Waldshut, en la Selva Negra (Alemania). He trabajado muchos años como modelo y ahora publico 'Ser' (ed. Diana), para compartir mi aprendizaje de vida a través del yoga.
Miércoles, 23 de Junio 2021
Tiempo de lectura: 2 min
XLSemanal. Hace 18 años, embarazada de su primer hijo, descubrió el yoga.
Verónica Blume. El embarazo me hizo detenerme en mi profesión y sentí la necesidad de profundizar en la relación conmigo misma. En el yoga encontré la manera de escucharme.
XL. ¿Se acude al yoga cuando algo no funciona por dentro?
V.B. La gente no acude al yoga cuando está fenomenal y equilibrada. Sueles hacerlo cuando tienes estrés y necesitas relajarte, cuando estás lesionado y no puedes salir a correr, cuando el psicólogo te lo ha recomendado o, simplemente, porque quieres perder peso de cara al verano. Hay muchas razones y todas son válidas.
XL. Cerró su centro de yoga en Barcelona justo antes de la pandemia.
V.B. Sí, la parte empresarial no es mi fuerte. Aprendí mucho como persona y como profesora durante cinco años, pero debí cerrar: es un negocio complicado.
XL. ¿El confinamiento animó a hacer yoga?
V.B. Sí, ha sido una oportunidad enorme para mirar a los que teníamos más cerca y a uno mismo y aprender a gestionar nuestras inquietudes y ansiedades. Lo más bonito es que se ha creado una gran comunidad on-line con gente nueva que buscaba un lugar donde relajarse.
Ligero ligero...
«Únicamente tomo un café con leche de avena. Y ya. No tomo nada sólido porque, si no, me volvería a meter en la cama...».
XL. Se ha publicado que antes de la pandemia, en España, el 8 por ciento de la gente pensaba que su estado de ánimo era malo o muy malo y que, tras la pandemia, este porcentaje ha subido al 34 por ciento.
V.B. Es importante escuchar en la quietud esa voz que nos dice que no estamos bien y que debemos hacer algo. Lo que ha subido es el porcentaje de personas que se han dado cuenta. Pasa mucho eso de «papá ha dejado de trabajar y está enfermo» [ríe].
XL. ¿Cómo era usted antes del yoga?
V.B. Era una niña mucho más insegura, bloqueada en la comunicación y en constante batalla con su cuerpo. En el mundo de la moda debes tener el centro muy bien puesto y yo no lo tenía. Me valoraba siempre a través de la mirada de los demás y esto, a los 15 años, no ayuda a tener una buena autoestima. Con el tiempo he aprendido a darle la vuelta, pero no es una profesión que recomendaría a todas las adolescentes.
XL. ¿Qué fue lo más duro de su carrera?
V.B. Aceptar que la modelo vende un producto y que ese producto es su aspecto físico. No entendía que yo fuera el producto que vender, nunca supe ver mi cuerpo como un negocio. Y ahí se me complicó el asunto. Ser guapa, ganar dinero y estar sobre la pasarela para mí no es la felicidad. La burbuja de la belleza y la fama es muy superficial.
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