El bloc del cartero

Cincuenta

Lorenzo Silva

Viernes, 05 de Diciembre 2025, 10:38h

Tiempo de lectura: 8 min

El se fue hace cincuenta años, pero no hace ese tiempo de lo que importa. Lo que importa empezó a suceder antes, porque fue antes cuando entre los vencedores se abrió paso la conciencia de que no cabía mantener en la humillación y el silencio perpetuo a los desafectos al régimen, y entre los vencidos se comprendió que más valía renunciar a la revancha que pedían las tripas para detener y revertir la espiral de autodestrucción y pobreza a la que la reyerta civil abocaba al país. Y eso que dio comienzo antes de 1975 no terminó de cumplirse hasta varios años después: tal vez en algún momento de los años ochenta, cuando el cambio, en la ley pero también en la práctica, fue efectivo. De ahí salió un país mejorable pero aceptable. Conviene recordar que, durante demasiado tiempo, ni lo tuvimos ni se lo esperaba.

LAS CARTAS DE LOS LECTORES

La Historia nunca muere

Franco ha muerto, pero para la Historia sigue vivo. Los pueblos que no aceptan su pasado difícilmente gestionan con éxito su presente. La Historia no se rectifica, ni se oculta, sino que se recuerda y se aprende de ella. Un día antes de la muerte del dictador se conmemoró el 92.º aniversario del voto femenino en España. Un hito importante en un país en el que ha costado tanto la democracia. Y aún sigue costando defenderla. La Historia nunca se repite. Los que sí se repiten cuando el pasado se desconoce, o se tergiversa, son los mecanismos que conducen a nuevos y graves errores. La utilidad de la Historia es el aprendizaje sin caer en la benevolencia ni el odio. El acceso es a través de las fuentes y no de los políticos que ni siquiera han tenido en sus manos documentos originales sobre los hechos de los que hablan. Por desgracia la Historia es un área susceptible a la manipulación. Nada más pernicioso y perverso que la Historia instrumentalizada. La Historia nunca muere a pesar del uso sectario que algunos políticos pretenden darle.

Miren Bilbao Notario. Getxo (Vizcaya)


Torpeza suprema

Hay decisiones judiciales que requieren estudio, reflexión y serenidad. Y luego está la reciente idea de adelantar un fallo sin tener la sentencia completa, que parece salida de un taller de improvisación más que de un tribunal. La escena habría sido pintoresca de no ser por que el caso trataba, precisamente, de una filtración de información. Nada como condenar una para, acto seguido, ofrecer otra en versión 'avance del próximo capítulo'. Curioso que quienes insisten en la importancia de la prudencia prescindan de ella cuando más falta hace. Un fallo sin motivación es como un tráiler sin película: genera expectación, pero también la sensación de que alguien pulsó 'publicar' demasiado pronto. La forma en la Justicia no es un adorno. Es parte del mensaje. Y cuando es precipitada, incoherente o torpe, el mensaje se distorsiona. ¿Cómo pedir ejemplaridad mientras se ofrece un spoiler judicial en horario de máxima audiencia? La Justicia debe hablar con sentencias completas, no con avances rápidos. Y si en un caso sobre una revelación indebida se termina revelando el fallo antes de tiempo, quizá no estemos ante una anécdota, sino ante un síntoma. La torpeza ha sido suprema.

Pedro J. Soto Santos. Correo electrónico


Dante en la Costa del Sol 

Son muchos los lugares de este país donde tener un techo digno es imposible. La Costa del Sol bate récords en eso de la imposibilidad. No soy quien pueda quejarse, pero lo hago porque duele ver a tu gente desplazada de la luz bajo la que nacieron. Aun así, resisten. Pero es un resistir que te reduce. Somos ese Virgilio que, en la Divina comedia, pronuncia la demoledora frase: «Vivir en el deseo sin esperanza».

Francisco García Castro. Estepona (Málaga)


Vivir en el franquismo

Mientras esperan su regreso, los jóvenes que quieren vivir en el franquismo pueden llevarlo a sus vidas fácilmente. En primer lugar, está la obediencia sin cuestionamiento a la autoridad: deben obedecer a sus padres, profesores y a toda persona de más edad sin replicar. No está permitido manifestarse en las calles, ni criticar al Gobierno públicamente; si lo hacen en privado, deben cuidar que no les oigan los vecinos. Las mujeres han de ser fieles y amantes esposas, por lo que tendrán que pasar más tiempo en casa ayudando a sus madres para poder aprender a cocinar, planchar, coser, limpiar y cuidar a los bebés. Sólo realizarán pequeños ejercicios gimnásticos, porque el deporte estropea el cuerpo de las mujeres. Trabajarán hasta que se casen, pero luego se dedicarán a cuidar de su casa y su familia, aceptando amorosamente todos los hijos que Dios les envíe. Por supuesto, toda mujer franquista es pura y no tendrá más contacto carnal que el que su marido desee. Para evitar tentaciones de la carne, vestirá pudorosamente, regresará a casa temprano y no permitirá que su novio toque su cuerpo antes de ser bendecidos por el matrimonio. Los hombres no buscarán en sindicatos ni otras organizaciones marxistas mejoras laborales y se conformarán con el salario y el horario que le proponga su empleador. No permitirán que sus pulsiones sexuales se apoderen de su vida, refugiándose en el deporte o el rezo, porque la masturbación es pecado mortal y las mujeres débiles florecillas que se contemplan, pero no se tocan. El franquista es católico practicante, por lo que todos deberán ir a misa los domingos y fiestas de guardar; practicarán la caridad cristiana y mantendrán en la vía pública modales cívicos. Y deberán renunciar a Internet y todos los dispositivos que puedan permitir que ideas impúdicas y falsarias contaminen sus mentes y les alejen de su recto propósito. Les darán más pautas sus abuelos, porque sus padres no vivieron el franquismo.

Marisa Pérez Fuertes. Bilbao


50 años desde que…

Este 2025 es un año muy redondo y, como tal, muy dado a las efemérides, sobre todo estos días en que se cumplen los 50 años de la muerte de Franco. También se cumplen los mismos 50 años de otras muchas cosas que fueron importantes en su momento, que cambiaron algo, que marcaron un antes y un después. En 1975 finalizaban las guerras de Vietnam, de Camboya, de Laos, de Indochina, pero comenzaba la guerra civil del Líbano. El mundo colonial agonizaba con las independencias de Mozambique, Cabo Verde, Angola, Surinam, Timor Oriental o el Sáhara Occidental que España abandonó en manos de Marruecos y Mauritania. Fue el año del combate del siglo entre Muhammad Alí y Joe Frazier. También el de la promulgación de la ley que otorgaba la plena capacidad jurídica de la mujer en España (solo hace 50 años). Se perpetraron ese año las últimas ejecuciones franquistas que levantaron revuelo a nivel internacional. El Régimen quiso acallarlo con la concentración del uno de octubre en la Plaza de Oriente. No, no todo fue un camino de rosas como algunos nos quieren hacer creer. No nos acostamos franquistas el 19 de noviembre y nos levantamos demócratas el veinte. No teníamos experiencia ni sabíamos lo que era 'ser demócratas'. Hubo que aprender. Aunque no sale en las efemérides de ningún noticiario, ese año fue en el que mi mujer y yo nos conocimos y empezamos a caminar juntos. Aún estamos ahí. Y que dure. Sí, fue un buen año el de 1975.

Leonardo Martínez Expósito. Zaragoza


¡Que paren ya!

En enero de 2013 me publicaron y premiaron una carta en la que manifestaba la preocupación por la desafección a la que nos estaban llevando los políticos a los ciudadanos. ¡Ojalá nos hubiéramos quedado en eso! En vez de desafectos y ver cómo se aplauden entre ellos todas sus ocurrencias, nos han ganado para su causa destructiva, nos han llevado o nos hemos dejado llevar a eso que algunos llaman polarización y que no es más que el sacar de nosotros todo lo que nos enfrenta y olvidar todo lo que nos debía unir. Ahora en vez de verlos de lejos estamos esperando que nos enseñen el insulto y a quien debemos insultar. No les hemos exigido que construyan ideas para apoyarles y les aceptamos argumentos para descalificar a los otros. Éramos gente que nos gustaba debatir, no ser uniformes, amantes de grupos grandes donde vociferábamos, pero todos amigos. Hoy todos nos estamos lamiendo las heridas que nos deja saber que tenemos amigos con los que ya no hablamos, compañeros a los que queremos ver lejos y hasta familiares a los que no aceptamos. No me queda otra que emplear nuestra nueva forma de relacionarnos a voces y sin esperar respuesta, para decirles y decirnos: ¡Basta, paren ya! ¡No nos insultemos! ¡Intentemos escucharnos y respetarnos! ¡Aceptemos al otro con respeto! ¡La verdad por delante! Y así podría seguir, pero con que cambiemos un poquito a lo mejor recuperamos lo mejor de nuestra convivencia y expulsamos el enfrentamiento de nuestras vidas. Por una sociedad mejor, que es la que como personas civilizadas nos merecemos.

Ignacio Sánchez Rosso. Ávila


Un plan serio  

Uno de los problemas más graves tanto para la clase media, baja, y los jóvenes, es la ausencia de vivienda protegida a precios asequibles. Vemos como en estos tiempos las administraciones públicas no impulsan verdaderos planes de construcción de viviendas a precios populares y de protección oficial, y el mercado se ceba con los altos precios y la especulación y los bancos se frotan las manos con las hipotecas al alza. Creo sinceramente que no hay un plan serio de VPO y viviendas protegidas populares ni en los Ayuntamientos, Diputaciones, CC.AA. y el Estado, y sobre todo una falta de coordinación grave entre estas administraciones que a veces duplican la burocracia, sobre todo cuando no son del mismo signo político. De otro lado, la especulación y el turismo también han encarecido el precio de la vivienda, salvo en zonas rurales pequeñas, mal comunicadas o cuasi aisladas. Con tantos programas políticos como hay, parece ser que los deberes no se hacen. Gran parte de la ciudadanía y los jóvenes y jubilados que tienen que compartir vivienda y piso para llegar a fin mes, ¿no merecen ciertamente una explicación?

Eduardo M. Ortega Martín. Granada


LA CARTA DE LA SEMANA

A un joven confuso

texto alternativo

+ ¿Por qué la he elegido?

Porque a veces basta una sencilla pregunta para dejar en evidencia algunas respuestas.

Nos preocupa vuestro desdén hacia la democracia. Aunque os entiendo. En la escuela os han hecho una sopa de letras con palabras como 'valores', 'derechos', 'igualdad'… Después, como de una chistera, os han sacado algunos lemas: «Dictadura malo»; «Democracia bueno». Luego os habéis fijado en los penosos gobiernos que ejercen en alguno de estos sistemas. Y, para que alguien os explicara las cosas, encontrasteis docenas de predicadores (influencers) que os hacen creer que hay alternativas mejores. Reconozcamos algo: la democracia liberal no garantiza los mejores gobiernos ni el gobierno de los mejores, pero hay algo que sí consigue: como dijo Popper, es el único sistema político que permite cambiar de gobierno sin violencia. Cualquier otro acabará acorralado entre represión y enfrentamientos. Si alguno de los gurús de los que te has hecho follower se pusiera al mando, necesitaríais dios y ayuda para quitároslo de encima. Piénsalo y te harás un convencido demócrata.

Francisco López. L'Hospitalet (Barcelona)

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