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Nuevos estudios genéticos

¿Por qué tu perro te entiende tan bien? Y tú a él no tanto...

Tu perro sabe cómo te sientes. Lo infiere de un cóctel de pistas sensoriales que es capaz de analizar de manera innata. Pero, además, es probable que también sepa lo que piensas. Nuevos estudios científicos han llegado a sorprendentes conclusiones.

Sábado, 27 de Agosto 2022

Tiempo de lectura: 5 min

La capacidad de los perros para entender las emociones humanas por el tono de voz y señales no verbales como la postura, el gesto o la mirada es una rareza en el reino animal (ni siquiera los chimpancés tienen esa capacidad para descifrarnos). Y

está programada en el ADN canino, según Evan MacLean, biólogo y director del Centro de Cognición Canina de la Universidad de Arizona. De este modo, adivinan si su dueño está de buen humor o si tiene un mal día y es mejor mantenerse a una prudente distancia. Un nuevo estudio, liderado por Christoph Völter –psicólogo de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena– va más allá y sostiene que los perros también son capaces de descifrar nuestras intenciones. Saben, por ejemplo, si actuamos de buena fe o si nos estamos burlando de ellos.

El perro comprende que, si señalas un punto con el dedo, debe mirar ahí; eso no lo hacen ni los chimpancés. Está en el ADN canino

La primera investigación, diseñada en Arizona, parte de una habilidad perruna que ya se conocía: cuando señalamos algo, es porque queremos que lo miren. Y, con frecuencia, lo hacen. Esto puede parecer banal, pero es el producto de una capacidad comunicativa muy sofisticada. Lo que no estaba claro era si los perros la aprendían a lo largo de la vida o si ya está codificada en sus genes; es decir, si 30.000 años de convivencia continuada entre humanos y canes ha desencadenado un cambio evolutivo. Si es así, esta ventaja adquirida habría servido durante siglos para engrasar las relaciones entre ambas especies. «Es la única pieza del rompecabezas de la que no teníamos pruebas», explica McLean

Empatía canina. Los perros son capaces de discernir hasta seis emociones básicas en los rostros humanos: sorpresa, enfado, miedo, alegría, tristeza y asco.

La hipótesis puede resumirse así: si la inteligencia social es genética, los perros deberían mostrarla a una edad muy temprana, sin necesidad de aprendizaje. Los investigadores diseñaron un experimento con 375 cachorros de labrador y golden retriever de ocho semanas, demasiado jóvenes como para haber tenido una interacción significativa con personas. Y les señalaban un vaso con una golosina. Los cachorros entendían el gesto y miraban en la dirección correcta en el 70 por ciento de las ocasiones.

Según un reciente estudio, los perros son capaces de descifrar si actuamos de buena fe o si nos estamos burlando de ellos

Los científicos aprovecharon para realizar otros experimentos, como hablar cariñosamente con los cachorros. Estos prestaban atención a la charla durante una media de seis segundos. Este tipo de contacto visual es poco frecuente entre los mamíferos, incluso entre otros cánidos, como los lobos, porque mirar descaradamente se suele interpretar como el preámbulo de una agresión. Que perros y humanos nos miremos con arrobo es una base para la interacción social, pues se activan mecanismos que incentivan la empatía, desde las neuronas espejo a la oxitocina, la hormona del amor, que también fluye cuando una mamá y su bebé se miran a los ojos.

Contacto visual. El contacto visual durante un tiempo superior a seis segundos es poco frecuente en los mamíferos; los perros lo hacen cuando les hablamos.

Por su parte, el estudio desarrollado en Viena trata de responder a una pregunta aún más ambiciosa: ¿son los perros capaces de leer nuestras mentes? El equipo de Völter desarrolló una batería de experimentos en los que 48 perros de distintas razas debían adivinar las intenciones de los humanos. En uno de ellos, por ejemplo, un sujeto les ofrecía una golosina que no llegaba a darles. En unos casos, porque se le caía accidentalmente de la mano y quedaba fuera de su alcance; y en otros, porque retiraba la mano a propósito. Aunque ambos gestos son parecidos, los perros demostraron una mayor frustración en el segundo caso, sugiriendo que eran capaces de entender que el humano les estaba engañando.

Cuando los humanos proyectan sentimientos de calma y confianza, los perros tienden a ver su entorno como algo seguro. También cuando oyen risas

Estas investigaciones se suman a otras que se han centrado en la capacidad de los perros para captar nuestro estado de ánimo. Por ejemplo, a los canes les resulta más sencillo identificar las expresiones corporales que las faciales, pero también son capaces de discernir hasta seis emociones básicas en los rostros humanos: sorpresa, enfado, miedo, alegría, tristeza y asco. Y reaccionan ante ellas con cambios en su ritmo cardiaco. Cuando los humanos proyectan sentimientos de calma y confianza, los perros tienden a ver su entorno como algo seguro. También cuando oyen risas; se acercarán a la fuente del sonido, movidos por la curiosidad. Por el contrario, si oyen un llanto o gritos de angustia, su metabolismo reacciona con un aumento de los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que canalizan ladrando, aullando o mostrando agitación. Que los perros huelen el miedo no es un mito. La detección de señales químicas (por ejemplo, el sudor de axilas de sujetos a los que habían inducido miedo o felicidad) les proporciona información valiosa que puede ser aprovechada para descubrir potenciales enemigos, pero también para detectar la diabetes y otras enfermedades.


NO NOS ESTAMOS ENTENDIENDO

Los perros intentan comunicarse constantemente con nosotros, pero no siempre los entendemos. Estos son los malentendidos más comunes.

SI TE LAME, NO ES POR AMOR
Tu perro te quiere, pero cuando te lame la cara o las manos no lo hace por amor, sino porque extrae información interesante para él, pues es capaz de detectar restos de comida. En realidad, está haciendo una cata del menú del día.
SI MUEVE LA COLA, NO SIEMPRE ES FELIZ
Si mueve el rabo, normalmente estará contento. El movimiento debe ser fluido y relajado. Pero, si la cola se mueve solo ligeramente y parece rígida, puede ser una señal de que está excitado y a punto de atacar.
SI BOSTEZA, QUIZÁ NO ESTÉ CANSADO 
Otros signos de estrés son los bostezos (si no parece cansado), el pelo erizado, levantar una pata, rascarse, temblar, jadear… Aunque los perros también jadean cuando tienen calor, ya que no sudan y es su manera de bajar la temperatura corporal.
SI SE TUMBA, NO SIEMPRE PIDE CARICIAS
Si un perro muestra los ojos desorbitados, en los que se ve más el blanco (se conoce como 'ojo de ballena'), es un signo de angustia. Y, cuando se tumba bocarriba, no siempre quiere un masaje en la barriga; puede ser que esté reclamando algo de espacio.
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