La prolongación de los conflictos, los desastres y desplazamientos masivos provocados por el cambio climático y el impacto de la pandemia han agudizado la crisis global de educación. Con consecuencias devastadoras. «En tiempos de crisis, la escuela se ha convertido en un lugar esencial para los menores ya que les proporciona un espacio seguro», explican desde la agencia de Naciones Unidas. Sin embargo, la prolongación de muchas crisis internacionales ha hecho que cada día sea más difícil el acceso de los niños al colegio y que se hayan multiplicado los casos en los que ni siquiera pueden asistir.
Afganistán
En este país, estudiar implica jugarse la vida. Es así para todas las mujeres desde que los talibanes se hicieran con el poder el año pasado y prohibieran a estas recibir educación. Pero ni eso disuade a muchas de ellas, que se organizan en escuelas clandestinas. Explican desde Unicef que mantener a las niñas fuera de la escuela secundaria le cuesta a Afganistán el 2,5 por ciento de su PIB anual: «Un año de educación secundaria perdida para las niñas significa también al menos un año de retraso en el ingreso al mercado laboral, con el consiguiente impacto futuro en el PIB».
Yemen
Tras ocho años de guerra, Unicef alerta de que doce millones de niños no tienen lo suficiente para comer. Hablar de educarlos ya es una heroicidad. Por eso conmueve el esfuerzo de algunos profesores en medio de ruinas y desiertos para que los niños sigan recibiendo una educación. Es el caso de estos en Hodeida, donde acaban de empezar el curso en lo que un día fue su colegio. Según datos de la ONU, una de cada cinco escuelas no podrá ser utilizada. «Los niños no escolarizados están expuestos a riesgos de diversos tipos, sobre todo aquellos que participan en los combates, son obligados a trabajar o a casarse precozmente», explican desde la organización.
Ucrania
Volver al colegio en Ucrania incorpora este año una nueva materia: evacuación. Los niños saben que el sonido de las sirenas puede interrumpir en cualquier momento las clases y deben abandonar el aula. El 59 por ciento de los colegios cuentan con búnkeres en los sótanos y una de las primeras clases consiste en saber cómo acceder a ellos en caso de ataque. Eso si hablamos de las escuelas que aún se mantienen en pie porque otros, como el de Ivan Hubenko en Chernígov (en la foto), se han reducido a escombros tras ser bombardeada por las tropas rusas el pasado 3 de marzo.
Filipinas
Más de 28 millones de estudiantes de Filipinas acaban de regresar al colegio... ¡después de dos años! Filipinas es el país que más tiempo ha tenido los colegios cerrados por el coronavirus. Era tanta la ilusión de la mayoría de los niños por volver a las aulas que las inundaciones causadas por el monzón no parecen incomodarlos ni lo más mínimo. Desde Manos Unidas explican que los efectos del cierre prolongado de las escuelas, además del impacto negativo en el aprendizaje, tiene consecuencias como el mayor riesgo de abandono escolar, abusos sexuales, matrimonio infantil, embarazos adolescentes y trabajo infantil.