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Triunfa como anfitrión Cómo construir la mesa perfecta: el mantel alfa, la regla del vaso, los 30 centímetros...

Las mesas que monta Beatriz Satrústegui son bellísimas. Le pedimos las normas de obligado cumplimiento para acertar con todos los elementos, desde el menaje o las flores hasta la composición y el equilibrio.  

Viernes, 28 de Abril 2023, 12:25h

Tiempo de lectura: 4 min

Beatriz Satrústegui se considera una «ponedora de mesas compulsiva», y la belleza de sus composiciones ha hecho que miles de fieles sigan sus propuestas en las redes sociales. Aunque, como ella dice, «ser famosa en Instagram es como tener dinero en el Monopoly». Bilbaína y abogada de profesión, asegura que «sentar a la gente ante una preciosa mesa para disfrutar de una deliciosa comida, un buen vino y una animada conversación es de los mejores regalos que se pueden hacer». Autora del libro Amor platónico (Espasa), la experta nos da las claves de la mesa perfecta.

Mesa: mejor redonda

A menos que recibas a 25 personas, la mesa debe ser pequeña y redonda para poder hablar bien con el de la lado «y no tener que gritarle como si estuvieras en Buckingham Palace. Eso sí: «Que no supere los 120 centímetros de diámetro; si no, se convierte en plaza de toros imposible de decorar», dice la experta.

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Mantel: cuidado con el 'macho alfa'

Ella prefiere los de algodón. «El hilo es maravilloso, pero se plancha fatal y suele tener arrugas de estar guardado. Un truco: si no puedes pasar la plancha en el último momento, quítalas con un hielo». Sobre los estampados, distingue los «manteles 'macho alfa', esos que cantan mucho y todo debe girar a su alrededor. Con ellos toca poner una vajilla sencillita». Para la moda de mezclar platos y manteles estampados, tiene trucos: «Combinar un mantel de cuadros con platos de dibujos nunca falla».

Propone también la regla del 'divide y vencerás': «Pon un bajo plato separando los dibujos del mantel y los del plato y así el resultado no es un batiburrillo». Y una última clave: «Mejor que el tamaño de los dibujos sea distinto: si el del plato es pequeño, que el del mantel sea grande, y al revés».

Cristalería: la regla del vaso

La etiqueta obligaba a poner el vino y el agua en copas. Sin embargo, ahora está de moda usar vaso para el agua, y eso ha permitido mezclar cristalerías. «Eso sí, pon el vaso a la derecha de la copa». ¿La razón? «A la derecha debería estar el elemento más bajo para que te deje acceso al de la izquierda, pero como ahora las copas han crecido tanto, si usas vaso, ponerlo así es visualmente más agradable y más práctico».

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Vajilla: Mezclar, el nuevo nirvana

«Se pueden poner platos de familias diferentes para primero, segundo y postre o dos vajillas diferentes alternando puestos», dice.

Flores: la norma de los 30 centímetros

«Las flores tienen que guardar proporción con el tamaño de la mesa. En una larga no es suficiente con un centro perdido, serán necesarios dos pequeños 'recuerdos' que lo flanqueen. Ahora, salvo que te sientas la reina del Ibekana, lo mejor es comprar una o varias plantas y colocarlas en un cacharro bonito o una maceta sofisticada y cubrirla con musgo». También es buena idea poner flores sueltas en vasitos y colocarlas en una larga fila. El asunto de la altura lo solventa rápido: nunca más de 30 centímetros.

Las velas: siempre con aros

«Para reducir el riesgo de que la cera caiga en el mantel, usa unos aros de cristal que se llaman 'bobeches' y que sirven para parar la gota de cera que cae». Y añade: «Si tienes cualquier pieza excepcional, construye la decoración a su alrededor. Puede ser algo de loza, una caja, una bola de cristal… cualquier cosa. Úsalo y poténcialo».

Composición: 'la mesa cordillera'

«Cerciórate de que el plato esté a una falange del dedo pulgar del borde de la mesa, de que las copas estén centradas con el plato y en fila y que los cubiertos tengan la parte inferior alineada». También es partidaria de la 'mesa cordillera': «Una jarra más alta, unas flores más bajas, un candelabro que sobresale... Es como la Bolsa en una mala semana». También habla de la regla del equilibrio de color: «Si optas por una mesa que combina blanco y verde, no pongas la misma cantidad de uno que de otro. Mejor un setenta-treinta. Y si añades un tercer color, por ejemplo unas flores amarillas, que sea un diez por ciento».


La gran duda

¿Quito la decoración para servir la comida?

Rusos contra franceses


En el siglo XIX, los franceses ponían una mesa llena de comida al centro y cada comensal se servía. En cuanto al estilo ruso (hablamos de gente que tenía siervos a tutiplén), ellos no ponían la comida en medio, sino que se la servían. Pues bien, cuando Napoleón intenta invadir Rusia en 1812, se pone de moda este último estilo y es el que hemos heredado. Resultado: ahora le toca trabajo doble al anfitrión. A él le corresponde servir a cada invitado. Para ello se ayuda de una mesa auxiliar situada a su lado. La comida nunca se pone en el centro de la mesa. El anfitrión coge la fuente, la pasa y luego la devuelve a su sitio.

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Las imágenes de este reportaje pertenecen al libro Amor platónico. El arte de decorar mesas, de Beatriz Satrústegui, editado por Espasa.

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