Playas y restaurantes para «devorar» el mes del atún rojo en Cádiz
Mayo es el mes del atún en la costa gaditana
Actualizado:Mayo es el mes del atún en la costa gaditana
12345Ronqueo y almadraba
cádiz turismo Ronqueo y almadraba. Son dos palabras que vamos a escuchar continuamente, pero también son dos pistas a seguir. Ronqueo es la manera de despiezar el atún, almadraba la forma de capturarlo. Ambas obedecen a una tradición que se pierde en la noche de los tiempos. Por eso, la ruta del atún en Cádiz, es una ruta milenaria. Según describen los gaditanos es un cuerpo a cuerpo entre el hombre y el atún, donde gana el más rápido y habilidoso.
Ver trabajar a los ronqueadores es un espectáculo. Y todo un arte, por que un mal corte puede arruinar al pez. Cosa que no conviene porque al atún se le llama el cerdo del mar, es decir, que bien cortado, se aprovecha entero. Este año además son varias las localidades que rinden tributo a la importancia del atún en la zona con una obra del artista chiclanero Pedro Luis Barberá. El monumento en cuestión es una enorme veleta -de cuatro metros de altura- coronada por la escultura de un atún de bronce. Con esto en mente ya podemos dejarnos llevar por el olfato, la vista, el tacto, el oído y por supuesto el gusto…porque formas de preparar el atún hay muchas y todas están estupendas. En este artículo recorremos las playas donde podrás pescar y saborear los mejores atunes.
Playas de Roche, los Bateles y la Fontanilla. Conil
Calas de Roche - cádiz turismo Blanco, empinado y tremendamente bullicioso. El alegre municipio de Conil es uno de los más activos a la hora de celebrar la pesca del atún. El pistoletazo de salida lo da el tradicional Concurso Gastronómico -7 mayo- dónde se premia al mejor plato tradicional y al más innovador. Atentos porque éstos serán los más buscados desde el 10 de mayo hasta el 10 de junio. Son muchos los restaurantes que participan en una ruta que cumple ya diecisiete años y que ajusta sus precios -tapas 1,5 euros, bebida 1 euro- para que todos los visitantes puedan llevarse un buen sabor de boca.
Algo que tendrán que completar con un recorrido de espíritu consumista por sus muchas tiendas de artesanía de inspiración árabe y por supuesto con un paseo por sus playas, la de Roche, frente a la elitista urbanización del mismo nombre, con dos kilómetros de arena, la Playa de los Bateles, de 850 metros y con acceso para minusválidos, y la Playa de la Fontanilla, donde probar el atún más fresco en el Restaurante Francisco Fontanilla . No le falta detalle a este chiringuito marinero con mesas a pie de playa, ni siquiera un patio andaluz dónde poder tomar el aperitivo. Además de atún de la almadraba Francisco ofrece mariscos, verduras de la huerta de Conil y deliciosos arroces.
Playas de El Palmar y la Mangueta. Vejer
Playa del Palmar, en Vejer - Simon Brown A ocho kilómetros de la costa, el recinto amurallado de Vejer destaca como un faro en el horizonte escarpado del interior. De nuevo otro pueblo blanco de intrincadas callejas dónde el aroma de los geranios se funde con el de los guisos de atún y pescado. A sus pies se encuentran dos de las playas menos concurridas de Cádiz: la amplia extensión arenosa de El Palmar, con su vasta dehesa de palmas, una delicia para explorar con calma. Bajo la atenta mirada de la Torre de la Almenara, encontramos más de cuatro kilómetros de playa de arena dorada a la que se puede acceder a través de pasarelas de madera que serpentean entre sus dunas.
Aquí encontramos el Restaurante La Chanca , ubicado en una antigua factoría de atún de la almadraba y salazones del siglo XVI, un refugio gastronómico especializado en platos de atún, aunque preparados de un modo mucho más vanguardista que en otros locales similares. La Chanca tiene terraza y zona ajardinada –por si queremos descansar un rato de la arena- y es el lugar perfecto para tomar un cocktail viendo la puesta de sol.
No muy lejos esta la playa de la Mangueta, una de las menos explotadas y más salvajes de la zona. Más de seiscientos metros de fina arena y aguas turquesas para descubrir en absoluta soledad si exceptuamos los meses de julio y agosto.
Playas de Caños de Meca, Zahara de los Atunes y Zahora. Barbate
Playa de Zahora - cádiz turismo Muy cercano al Cabo de Trafalgar -famoso por haberle dado nombre a la batalla del mismo nombre- el pueblo de Barbate es uno de los que cuenta con mayor tradición pesquera de la costa. Estamos en la tierra del atún encebollado, la mojama, los fideos con caballa o las tortitas de camarones. Barbate cuenta con tres de las playas más buscadas de Cádiz. La alternativa Caños de Meca, dónde no faltan los chiringuitos y la marcha, diurna y nocturna. Zahora, una pequeña ensenada de poca profundidad protegida por los vientos y por las aglomeraciones donde se puede practicar el nudismo. La localización perfecta para ver espectaculares puestas de sol en cualquiera de sus muchos chiringuitos a pie de playa. Y por último Zahara de los atunes, que como su propio nombre indica, lleva en sus venas etimológicas, el culto al atún.
Este año la Asociación de Comerciantes de la localidad celebra del 14 al 19 de Mayo la V Ruta del atún con más de cuarenta establecimientos empeñados en patrocinar las mil maneras de cocinar este pez tan agradecido. Y también ajustan sus precios: por tres euros y medio -bebida incluida- podremos probar tapas de nombres tan evocadores como atún con caricias de mar, atún piwiki, petit suisse de atún o golpe de atún. Los creyentes en la magia de las bandas sonoras deben probar el chiringuito La Luna, especializado en comida marinera y largos baños de luna amenizados por los mejores DJ’s del momento.
Playas de Bolonia los Lances y la Chica. Tarifa
Playa Bolonia - cádiz turismo Tarifa, con su mágica bohemia y su sabia fusión hispano-árabe es el lugar más cosmopolita y chic de la costa. Hogar de adopción de numerosos rostros conocidos y otras tantas almas en busca de paz y armonía, pese a todo es un referente inspiracional para los generadores de tendencias. Por eso destacan sus hoteles con encanto -capaces de colgar un lleno total en cualquier época del año-, sus románticos restaurantes, sus punteras tiendas de surf, su ropa étnica colorista y ecológica, sus delicadas tiendas de decoración, sus bien surtidos mercadillos y sobre todo sus camisetas –el Niño o Mala Mujer son solo dos ejemplos de las vueltas que pueden dar sus diseños por el mundo-
Desde la Puerta de Jerez, la única que queda en pie de las cuatro con que contaba la muralla de la ciudad, el mundo parece transformarse en un laberíntico zoco donde conviven con serena alegría todas las tribus urbanas del momento.
La Sacristía es un punto obligado del casco antiguo. Antiguo palacete del siglo XVII es uno de ésos lugares poseedores de un encanto especial. Tanto si es para alojarnos -el hotel boutique es una delicia- como para comer -su cocina de autor es fantástica- o para recibir uno de sus sofisticados tratamientos en cabina.
El Hotel Misiana es otro de los más apreciados. También cuenta con restaurante y tratamientos encaminados a equilibrar a los pobres urbanitas que quieren quitarse todo el estrés de encima a velocidad de vértigo.
Los Lances y La Chica son las dos playas más cercanas de Tarifa. Territorio del chiringuito, el pareo y la chancla artesanal son perfectas para ver y dejarse ver.
La Playa de Bolonia de casi cuatro kilómetros de larga, está considerada como una de las últimas playas vírgenes del sur de Europa. Su impresionante duna fue declarada Monumento Natural en 2001 y es una de las fotos más buscadas, aunque sin duda, sus atardeceres son tremendamente cinematográficos.
Para añadirle más dramatismo romántico al asunto, junto a la playa se encuentran las ruinas de la antigua ciudad romana Baelo Claudia, la guinda un pastel que sabe a libertad.