Diez estaciones de esquí de la Península a la altura de las europeas
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Diez estaciones de esquí de la Península a la altura de las europeas

No hace falta ir lejos ni gastar demasiado. Las renovadas estaciones de la Península ofrecen pistas, instalaciones y hoteles de primer nivel

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No hace falta ir lejos ni gastar demasiado. Las renovadas estaciones de la Península ofrecen pistas, instalaciones y hoteles de primer nivel

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  1. Candanchú (Huesca)

    Se puede esquiar, saltar en helicóptero, guiar trineos de perros, deslizarse con un parapente, incluso hacer submarinismo en alta montaña. Todo el mundo puede disfrutar del ocio blanco. ·

    Aprovecha la temporada de nieve para disfrutar del esquí, los deportes de montaña y las actividades en la nieve. Y hay muchas más actividades para hacer que las que se pueden imaginar, dentro y fuera de las pistas, en los valles del Pirineo y en las estribaciones de Sierra Nevada.

    Candanchú (Huesca)

    La escuela de esquí de la estación oscense es una de las mejores garantías de Candanchú, un nombre que se asocia como pocos al mundo de la nieve. Forma, junto con la cercana Jaca, un eje que ofrece muchas actividades a quienes se acercan a la Jacetania con esperanzas fundadas de poder aprovechar el tiempo.

    La estación de Candanchú apuesta fuerte esta temporada. Acaba de firmar un acuerdo comercial con la estación de Astún, para que los clientes de los dos complejos puedan circular libremente por las instalaciones. Este acuerdo completa la oferta de la estación, que puede presumir de tener una de las escuelas de esquí más veteranas de España (tel.: 974 374 358), con más de 50 años de historia.

    Candanchú también ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, cuando los aficionados a los deportes de nieve piden cosas nuevas. En los últimos años, por ejemplo, el circuito de fondo ha ganado muchos adeptos. Tiene 35 kilómetros y se puede elegir entre cinco recorridos balizados, pisados y variados, ya sea en modalidad clásica o libre. Discurre entre Candanchú y la estación francesa de Le Somport. También es la única estación acondicionada en nuestro país para la práctica del biatlón, deporte olímpico que combina el esquí de fondo con el tiro al blanco.

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  2. Sierra Nevada (Granada)

    En Europa, no se puede esquiar más al sur. Sierra Nevada es un manto blanco a un paso de una de las maravillas de nuestro país, la Alhambra de Granada, y de la siempre estimulante Costa del Sol. Pero, ante todo, es un destino de primer orden para los amantes del esquí.

    Sierra Nevada es una de las mejores estaciones de esquí de España. Los números apabullan: 115 pistas, 350 cañones de nieve artificial, 15 escuelas de todos los niveles, dos circuitos de esquí de fondo snowpark…

    Lo importante es la apuesta por mejorar la calidad de la nieve y la atención que reciben los clientes, que en la estación pasan a ser huéspedes. La oferta hotelera de la estación alcanza las 26.628 plazas entre toda su zona de influencia. También destaca el moderno Club Deportivo Montebajo (tel.: 958 249 192), con zonas para la práctica deportiva, la relajación y el cuidado del cuerpo en el centro de terapias.

    Sierra Nevada se encuentra en la vanguardia en cuanto a nuevas modalidades deportivas sobre nieve. Una de estas prácticas es el ski-cross, que consiste en una carrera de desnivel en la que los esquiadores se deslizan a toda velocidad como si fueran motos de motocross. Del 17 al 20 de marzo, la estación acogerá una prueba de la Copa del Mundo de Freestyle, Ski-Cross y Baches.

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  3. La Molina (Gerona)

    En la comarca pirenaica de la Cerdaña, en Gerona, se encuentra la estación decana del esquí español. También fue la pionera en instalaciones para la práctica del snowboard, una modalidad cada vez más importante en el mundo del esquí. La Molina es un lugar ideal para saborear los deportes de nieve en familia.

    Mucho han cambiado las cosas desde que, en 1908, se realizaran las primeras bajadas documentadas en La Molina. Estos pioneros parecían más exploradores y alpinistas que esquiadores. Ahora, un siglo después, La Molina es una estación de primer nivel, dirigida a todos los niveles y a todas las edades: cuenta con ocho escuelas de esquí con 400 monitores.

    Ofrece también uno de los mejores parques de nieve infantil de la Península y un centro de deporte adaptado para personas con movilidad reducida. Este centro se encuentra en la pista Bosquet y dispone de una cinta transportadora y material y clases específicos.

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  4. Grandvalira (Andorra)

    El dominio de esquí de Grandvalira, en el corazón del principado pirenaico de Andorra, tiene la superficie esquiable más grande de la Península. Además, incluye en su oferta para esta temporada una experiencia única: dormir en un auténtico iglú. Eso sí, acondicionado para estar lo más cómodo posible.

    Grandvalira es sinónimo de ocio continuado, más allá del esquí, gracias a su enorme extensión. Este dominio es el resultado de la unión de los sectores de Encamp, Soldeu, Grau Roig, Canillo, El Tarter, Pas de la Casa y Porte des Neiges. En total, 193 kilómetros de pistas esquiables y una larga lista de servicios y propuestas.

    Entre las novedades de esta temporada, destaca la nueva área del Peretol, un pequeño acceso ideal para debutantes y familias, que se encuentra situado en Envalira. Los esquiadores más rápidos pueden probar dos nuevas pistas de cronometraje, ubicadas en Grandvalira-Soldeu y en Tubs de Grandvalira-Pas de la Casa. Además, se han habilitado tres nuevos trazados freeride en Grandvalira-Canillo.

    Las prestaciones que ofrecen las instalaciones de Grandvalira no pasan desapercibidas para la alta competición. Entre otros eventos, esta temporada se celebrarán una prueba de la Copa de Europa femenina de esquí alpino (en el remodelado estadio de Avet), la tradicional carrera de trineos de perros Pirena, los Snowgames y una prueba del Campeonato del Mundo de esquí de montaña (en Canillo).

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  5. Baqueira Beret en el Valle de Arán (Lérida)

    Baqueira Beret está considerada una de las mejores y más completas estaciones de esquí de España. Es una referencia del Pirineo catalán, con una situación geográfica envidiable. Además, al margen de sus características técnicas, la estación cuenta con un glamour especial, gracias a los ilustres esquiadores que habitualmente la frecuentan.

    Su entorno, el Valle de Arán, satisface al viajero más exigente, con su mezcla de entorno natural y patrimonio artístico y cultural de primer orden.

    La estación de Baqueira Beret es, para muchos aficionados al esquí, la puerta para conocer el Valle de Arán, uno de los lugares con más encanto de Cataluña. Se trata de la única comarca pirenaica en suelo español orientada hacia Francia. De hecho, cuenta incluso con una lengua propia, el aranés, que es un dialecto del antiguo occitano.

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  6. Cerler (Huesca)

    Rodeada de cumbres legendarias como el Aneto y la Maladeta, la estación de Cerler ocupa el corazón del valle de Benasque, uno de los más frecuentados en la provincia de Huesca. A este atractivo hay que añadir que dispone de unas pistas envidiables y del snowpark más grande de España. Cerler es, probablemente, la estación preferida de los más jóvenes.

    El Snowpark Basibé de Cerler es el de mayores dimensiones de España y el centro de peregrinación para los riders (practicantes de snowboard y otras modalidades afines) de nuestro país. Está instalado en el sector Ampriu de la estación. En total, tiene 2,5 kilómetros de longitud para poder encadenar los saltos y los módulos durante el largo descenso.

    Para los riders, los términos ininteligibles para el común de los mortales como camel box, wallride o rainbow (presentes en Basibé) son algo concreto. El anterior snowpark se ha reconvertido en el EasyPark, una zona de iniciación para los que se quieran familiarizar con el freestyle.

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  7. Vallnord (Andorra), la adrenalina blanca

    Quienes acuden a Vallnord en temporada saben que van a encontrar una estación perfecta para la práctica del esquí. Lo que no es tan conocido es que este enclave en Andorra también permite realizar algo increíble y, a la vez, tan fascinante como practicar submarinismo a más de 2.000 metros de altura.

    Situada a 14 kilómetros de Ordino y a 22 de Andorra la Vella, la estación de Vallnord es una de las más inquietas a la hora de buscar alicientes para sus visitantes. Por un lado, estrena pista, Les Marrades, que permite bajar directamente hasta el pueblo de Arinsal. Por otro, se ha alargado el Túnel, la pista verde para debutantes más larga de Andorra.

    Los aficionados más arriesgados pueden combinar el esquí con el parapente gracias al segundo año de la actividad de speed riding, modalidad que dispone de escuela propia en la estación. De hecho, el paquete snowplus permite al cliente tener un monitor personal a su disposición durante la estancia en Vallnord.

    En el sector de Arcalís, la estación cuenta con ocho pistas homologadas por la Federación Internacional (FIS). Vallnord ofrece la posibilidad de emular una prueba de la Copa del Mundo, con banderas de paso, servicio de cronómetro e incluso podio. También se pueden reservar para uso privado.

    Además, el helipuerto permite la práctica del heliesquí, aunque solo lo podrán hacer los esquiadores con mayor nivel. Afrontar el descenso sobre nieve virgen después de haber sido arrojado por un helicóptero, es solo para valientes. El helipuerto también es el centro de operaciones para actividades más sosegadas, como los vuelos turísticos sobre los Valles del Norte (las parroquias de Ordino y La Massana).

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  8. La Masella (Gerona), la estación dentro del bosque

    El soleado valle de la Cerdaña es el escenario ideal para sumergirse en el esquí y las demás actividades de la estación de La Masella. Este destino se integra en el paisaje boscoso de los Pirineos Orientales, un matiz que ha caracterizado desde hace muchos años esta estación catalana. La sensación de esquiar por largas pistas señalizadas que parecen estar fuera de pista es uno de sus principales atractivos.

    La estación de La Masella disfruta del privilegio de integrarse en un entorno natural coronado por la cima de la Tosa (2.535 metros). Desde aquí, es posible contemplar las grandes cimas de los Pirineos Orientales, como el Puigmal, el Carlit y el Puigpedrós, así como el vecino Pirineo Central. Y si el día es claro y las condiciones lo permiten, incluso el Montseny, Montserrat y el Tibidabo, a las puertas de Barcelona.

    Situada entre los municipios de Alp, Das y Urús, La Masella cuenta con una peculiaridad que la distingue del resto de las estaciones: el 80% de su dominio esquiable está cubierto de bosque. Esto se hace palpable especialmente en los sectores de La Pia, La Pleta, el Bosc d’Alp y Coms de Das. Esquiar en sus pistas entre frondosos bosques de abetos es una experiencia diferente. El esquiador se siente transportado a latitudes mucho más septentrionales, como si estuviera en Alemania o Austria.

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  9. Formigal (Huesca), diversión a lo grande

    La estación de esquí más grande del Pirineo aragonés apuesta por una oferta lúdica y deportiva integral, pensada para aprovechar el tiempo al máximo. Desde un masaje con bálsamo de oro hasta deslizarse en trineo en plena noche: todo es posible. De regalo, ofrece la belleza natural del Valle del Tena.

    La estación de Formigal puede presumir de tener un balneario urbano en el corazón de los Pirineos. El centro Spa Aguas Limpias permite a los esquiadores recuperarse de una dura jornada de actividad física de una manera singular.

    Formigal puede presumir de ofrecer la mayor infraestructura de nieve de Aragón, con un total de 137 kilómetros y 101 pistas. El aficionado al esquí encuentra todo lo que busca, sin olvidarse de facilidades para las excursiones con raquetas de nieve, las pistas para realizar snowbike y un completo snowpark.

    Entre las novedades de la temporada, se encuentra el Tobogganing. La actividad es ciertamente estimulante. Una vez entrada la noche, se asciende en el telesilla de Sallent hasta la Trattoria Cantal, en plena estación. Después de cenar, se pasa a un descenso de 2,5 kilómetros por una pista perfectamente iluminada a lomos de un trineo de madera. Al final del descenso, nos espera el local Marchica, un centro de animación nocturna.

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  10. Gran Pallars (Lérida), la comarca de la nieve

    La comarca leridana del Pallars Sobirà mantiene una histórica y estrecha relación con el mundo de la nieve y los deportes blancos. La creación de Gran Pallars, un dominio que une las estaciones de Espot Esquí, Port Ainé y Tavascan, garantiza que esta relación se mantenga durante mucho tiempo.

    Los fríos números indican que el dominio esquiable de Gran Pallars tiene 44 pistas y 56 kilómetros esquiables, y que cuenta con 234 cañones, 15 remontes, dos Jardines de Nieve para los más pequeños y tres escuelas de esquí. Esta estructura abastece a los visitantes de tres estaciones de reconocida trayectoria en el Pirineo catalán: Espot Esquí, Port Ainé y Tavascan.

    El sector de Port Ainé está situado en el área de influencia del municipio de Rialp, bajo la cima del Pic de l’Orri (2.440 m). Su orientación a la cara norte garantiza un microclima que favorece la práctica del esquí. Las pistas, además, aprovechan la orografía del terreno para reducir el impacto ambiental. Los debutantes tienen el privilegio de poder acceder a la cota y esquiar en la pista del Pic de l’Orri Bellavista.

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