Diez planes para vivir emociones fuertes y frescas
Por tierra, mar o aire, España tiene las mejores condiciones para realizar actividades en plena naturaleza
Actualizado: GuardarPor tierra, mar o aire, España tiene las mejores condiciones para realizar actividades en plena naturaleza
12345678910Castejón de Sos (Huesca), el paraíso del vuelo libre
Ya sea haciendo submarinismo en El Hierro, descendiendo a las maravillas subterráneas de Cantabria o explorando las posibilidades del vuelo libre en Castejón de Sos, la naturaleza será nuestra mejor compañera. El turismo activo es una excelente opción si queremos combinar la visita a un entorno natural con la práctica deportiva.
Castejón de Sos (Huesca)
Despegar desde las laderas del valle de Benasque y lanzarse a volar sobre un paisaje de postal a través del río Ésera. Solos o en compañía, los vuelos libres en Castejón de Sos demuestran por qué es una de las capitales europeas del parapente o el ala delta.Castejón de Sos es una localidad situada en la zona del Alto Ésera, en el noreste de la provincia de Huesca. Disfruta de una situación estratégica en el valle de Benasque.
Las cimas del Aneto y Posets por el norte, y de Cotiella y Turbón por el sur, delimitan una zona de más de 100.000 metros cuadrados que son ideales para la práctica del parapente, con numerosos despegues y zonas de aterrizaje señalizadas.
Estas condiciones han hecho que en Castejón haya un gran número de escuelas y centros de parapente, como Volar en Castejón, Parapente Pirineos o Tandem Team.
La práctica del vuelo libre es un proceso progresivo que se inicia con los vuelos biplaza. En ellos, el debutante va sujeto al monitor, que guía durante todo el vuelo. Esta actividad puede tener una duración de veinticinco minutos. Se trata de un primer paso imprescindible antes de decidirse por uno de los cursos posteriores, que incluyen diferentes niveles: iniciación, progresión y perfeccionamiento.
El aprendizaje comienza en tierra
La formación se inicia en tierra, con las prácticas en terreno llano, en las que se conocen las diferentes partes del parapente. También se empieza a practicar el inflado mediante la carrera, técnica imprescindible para el despegue, en la que tenemos que situar el parapente en la vertical sin que este se caiga. Los mandos situados en las manos permiten practicar con la dirección.
Las maniobras de despegue y aterrizaje se empiezan a practicar en laderas con desniveles de 20-80 metros. Los vuelos de altura, por su parte, sirven para aprender a desplazarse, hacer giros y controlar la aproximación. Este es el proceso por el que el aparato pierde altura mediante la realización de unos giros que le aproximan al lugar de aterrizaje.
Durante todo el proceso de formación, se cuenta con la ayuda y supervisión de monitores especializados, con los que se está conectado permanentemente por radio. Esto permite conocer a fondo las reacciones del parapente en determinadas maniobras y aprender las técnicas para subir en térmicas y realizar rápidos descensos sin peligro. Los cursos de perfeccionamiento se pueden realizar cuando ya se dispone de la autonomía para despegar y aterrizar en solitario.
Otra mirada sobre Ribagorza
Después de haber superado la fase de iniciación, se está en condiciones de ascender por el cielo del valle de Benasque y seguir el curso del río Ésera a lo largo de 1.350 metros de desnivel. Esta es una buena manera de poder apreciar en su totalidad el condado histórico de Ribagorza.
El viaje a esta zona también merece la pena por probar la cocina altoaragonesa, de platos recios, cocinados según la costumbre, en horno de leña. En el restaurante El Fogaril, en Benasque (tel.: 974 551 080) se respeta esa tradición. Es una gastronomía de montaña, con abundancia de guisos (potaje), embutidos (longaniza) y carnes (guiso de jabalí). En Anciles, destaca el restaurante Ansils (tel.: 974 551 150).
Fuente: Guía Repsol
Kayak en el Pallars Sobirà (Lérida), sentirse el rey del río

Un día de kayak en el Pallars Sobirà - olga cuevas/flickr El kayak es la embarcación más adecuada para aprovechar a fondo las posibilidades deportivas de los ríos. No hace falta tener el nivel de un experto para iniciarse en esta modalidad en los cursos que rodean Sort, capital de la comarca catalana del Pallars Sobirà.
El kayak es una modalidad que permite disfrutar al máximo de todas las sensaciones y emociones que se experimentan al lanzarse al río con una embarcación. Requiere de una mayor técnica que otras ofertas, por lo que la mayoría de las actividades van encaminadas a realizar cursos de aprendizaje o de perfeccionamiento.
Este es el caso de Roc Roi. Se trata de una empresa pionera que fue la encargada de organizar el Mundial de Kayak Rodeo (2001). Ofrece cursos de tres y cinco días, además de clinics de fin de semana para principiantes: sesiones de tres y dos días de tecnificación para niveles intermedios.
Una propuesta interesante es el Open-Kayak River People Staff. Es ideal para los debutantes, ya que pueden pararse en zonas del río imposibles en otras modalidades, surfear olas, remontar el río y adquirir la técnica necesaria. Como novedad, esta temporada hay embarcaciones dobles, para disfrutar de la experiencia en compañía.
Siempre en buenas manos
En cualquier circunstancia, la empresa organizadora de la actividad siempre proporciona el material necesario para la práctica del kayak: traje de neopreno, chaleco, casco, pala, escarpines y kayak de Dagger o de Pyranha. Siempre se viaja con un monitor o guía de río titulado.
En la zona de Sort hay diferentes recorridos. Los principiantes pueden completar el tramo Escaló-Llavorsí, de 8 kilómetros. En el tramo Roc Roi-Gulleri (7 kilómetros) es recomendable tener algo de experiencia previa. El tramo más largo (10 kilómetros) es el que sale de Guerri y serpentea a través del desfiladero de Collegats.
La mejor época para la práctica del kayak es de junio a septiembre, ya que es cuando las temperaturas son más agradables, pero es la única modalidad en aguas bravas que se puede realizar durante todo el año.
Con el románico como guía
La estancia en Sort permite apreciar la oferta turística del Pallars Sobirà. Por ejemplo, se pueden visitar entornos naturales como el Pla de Boet, el bosque de la Mata de València y la Reserva Nacional de Caza de Boumort (tel.: 973 283 930), donde con suerte se puede divisar algún ciervo.
Además, en toda la comarca hay numerosas huellas del arte románico. No hay que perderse los puentes de Esterri d Àneu, las pinturas de Santa María de Ginestarre o las ermitas de Sant Julià de Unarre y Santa Maria de Arboló.
Si se decide comer en Sort, se puede ir hasta el restaurante Fogony (galardonado con un Sol de Repsol) (tel.: 973 621 225), que ha actualizado una gastronomía local rica en platos autóctonos al tratarse de una comarca que en invierno podía quedarse aislada. Este hecho dio origen a platos como las trumfes (patatas) con col negra, que antes se había colgado para ser quemada por la nieve. En Sort también se encuentran los restaurantes Pessets (tel.: 973 620 000) y Casa Joantet (tel.: 973 620 235).
Tesoros subterráneos en Cantabria

Cueva El Soplao - abc Cantabria cuenta con cerca de 9.000 cuevas naturales que contienen un patrimonio subterráneo y arqueológico sin igual. Por algo se la considera el paraíso de la espeleología. La mayoría de estas cavidades se encuentran en el Alto Asón, un territorio que permite descubrir un entorno ciertamente diferente.
Descender al corazón del subsuelo cántabro, pródigo en tesoros arqueológicos y naturales, supone una experiencia de deporte de aventura fascinante. En este sentido, el mejor lugar para hacerlo es, sin duda, la zona del Alto Asón.
Aquí, una red de cuevas permite realizar circuitos de visitas guiadas por espeleólogos profesionales. Una actividad en la que hay que dejarse aconsejar y ser prudentes, pero que está abierta a todos, independientemente de la edad, forma física o experiencia.
Una de las propuestas más conocidas es la de la Torca del Carlista, de dimensiones enormes (en ella caben tres campos de fútbol) o la famosa travesía de Cueto-Coventosa, con pozos de gran profundidad y las galerías Cañuelas, con sus típicas estalactitas en forma de sierra.
Peregrinación de espeleólogos
Cantabria puede presumir de recibir cada año a la mayoría de aficionados a la espeleología que visitan la Península. En este sentido, Ramales de la Victoria es la población más importante. Cuenta con un Centro de Tecnificación en Espeleología, el primero de España.
Los espeleólogos no solo practican un hobby, sino que en muchos casos ayudan a la conservación y protección de las cavidades y sus contenidos naturales. Su labor ha permitido, por ejemplo, convertir el Sistema del Mortillano en la cueva con mayor desarrollo de España, con 114 kilómetros de galerías. Otra cueva de visita obligada es la de El Soplao.
Para los más iniciados, la alternativa de Cullalvera lleva desde la cercanía del casco urbano de Ramales hasta la cavidad, a través de un paseo de encinas de fácil acceso. Las grandes dimensiones de la cueva se combinan con una boca de acceso monumental y unas pinturas prehistóricas a gran profundidad.
En el Alto Asón no se puede dejar escapar la oportunidad de probar el salmón o la trucha, o alguno de los excelentes quesos artesanales, como los de Garmillas o Cañedo. De postre, no hay nada mejor que unas torrijas de sobao pasiego. Estas son algunas de las delicias gastronómicas de la zona. Para catarlas, es conveniente reservar mesa en el Hotel Torre de Ruesga, en Valle (tel.: 942 641 060), en el restaurante Solana, en Ampuero (tel.: 942 676 718) o en el Mesón Los Acebos, en Ramales (tel.: 942 678 500).
El Hierro, bucear durante todo el año
La más pequeña de las islas Canarias ofrece a los aficionados a las inmersiones aguas tranquilas y templadas, y una gran riqueza en biodiversidad. Entre los mejores destinos, destaca la Reserva Marina Punta de La Restinga, en el Mar de las Calmas.
La isla de El Hierro combina su riqueza natural con unas aguas tranquilas y un clima cálido. Estas condiciones permiten bucear durante todo el año e incluso realizar inmersiones nocturnas. No es casualidad que la más occidental de las Islas Afortunadas haya sido declarada Reserva de la Biosfera.
Los fondos marinos ofrecen un espectáculo sorprendente para los aficionados al buceo y a la fotografía submarina. La escasa plataforma continental de la isla permite disfrutar de puntos de inmersión con grandes caídas, ya que a pocos minutos de la costa se puede llegar a una profundidad de 200 metros.
El clima, con temperaturas que rondan entre los 18 y los 27º C durante todo el año, propicia una gran variedad de fauna submarina. Abundan especies como las viejas, las trompetas, los pejes verdes, los meros e incluso las mantas diablo y ballenas.
La Restinga convoca a los aficionados
El Arco, Los Corales, Roque de la Bonanza y La Caleta son algunos de los puntos de inmersión de la isla. Sin embargo, es el sur de la isla el lugar más atractivo para esta práctica, gracias a la existencia de la Reserva Marina Punta de La Restinga. Está situada en el Mar de las Calmas, conocido así por la tranquilidad de sus aguas, protegidas a sotavento. Partiendo del puerto pesquero de La Restinga, se puede acceder a los diferentes puntos de inmersión.
Lógicamente, antes de realizar cualquier actividad, hay que contactar con algunas de las empresas profesionales de la zona, como el Centro de Buceo La Restinga y El Tamboril. Estas empresas organizan inmersiones y cursos de bautismo y de submarinismo para todos los niveles.
Respeto por una naturaleza única
La práctica del buceo en El Hierro exige un máximo respeto por el entorno, por lo que se programan salidas en grupos reducidos: diez personas por bote. No se tira el ancla, sino que se fondea con boya. Bajo el agua, se encuentra un paisaje libre de arena, con una visibilidad de 30 metros. Los fondos son abruptos, con cuevas y sierras subacuáticas, fruto de la geomorfología volcánica de la isla.
En tierra, El Hierro presenta numerosos alicientes al visitante. Se puede disfrutar de sus playas (Timijiraque, El Charco Azul, El Verodal) o admirar las impresionantes vistas que ofrecen sus miradores. Otra buena opción es dejarse seducir por su gastronomía, en este caso, por un pescado y un marisco que llegan frescos directamente desde el muelle hasta los fogones. Este es el caso de Casa Juana (tel.: 922 557 102), El Refugio (tel.: 922 557 029) y La Vieja Pandora (tel.: 922 557 144), los tres en La Restinga.
Rutas en todoterreno por Los Monegros

El paisaje árido de Los Monegros es un escenario perfecto para la práctica de los deportes de aventura. Se pueden encontrar diferentes tipos de quads y todoterrenos con los que emular a los participantes de la Baja España Aragón y descubrir una comarca aragonesa con más alicientes de los que se piensa.
Para iniciarse en la conducción de un quad (motocicleta todoterreno con cuatro ruedas) no se necesita experiencia previa con este tipo de vehículos, solo tener el carnet de conducir B1. Con el mismo en vigor, ya se puede aprovechar la orografía de los Monegros. Esta comarca, situada en el Aragón oriental, a caballo entre Zaragoza y Huesca, dispone de más de 1.000 kilómetros de caminos para recorrer en vehículos todoterreno.
Se puede elegir entre diferentes rutas, según el grado de dificultad que se quiera experimentar. Algunas de las más frecuentadas son Torrollones-Fertilidad, Barranco de la Valcuerna o una ruta ornitológica para descubrir aves. Monegros Aventura ofrece una amplia variedad de recorridos y niveles, con lo que se puede diseñar una ruta a la medida de cualquier necesidad.
Por la senda de la Baja España Aragón
Los vehículos 4x4 también son muy adecuados para este tipo de terreno. Los Monegros es una comarca tan abrupta y desértica como desconocida. Por algo es el escenario de la Baja España Aragón: una de las pruebas más duras del calendario mundial de raids.
Alfajarín es el punto de partida de una ruta que lleva por pleno desierto a través de pistas en buen estado, en las que el yeso blanquecino de las piedras se mezcla con el rojizo de los ribazos y con los colores de los campos de cultivo. La carretera que va de Perdiguera a Bujaraloz recorre la sierra de Alcubierre, plagada de barrancos como El Bucal.
Desde el santuario de la Virgen de la Sabina, en muy buen estado de conservación, una pista permite el regreso hasta la sierra, donde se encuentra La Torraza, un torreón de vigilancia del siglo xiii. La parte final del recorrido lleva a la ermita de San Caprasio y, posteriormente, a Perdiguera y su iglesia mudéjar.
Un ecosistema que no es solo desértico
La fama de desierto y zona árida y sin atractivos de Los Monegros choca con una realidad mucho más rica, una vez se conocen con cierta profundidad sus pistas y rincones. Las zonas de protección de aves, por ejemplo, permiten divisar rapaces, como el alcaraván, el búho y el águila real, o la avutarda.
Otro de los habitantes de la zona es la sabina, un árbol arraigado desde la era de los dinosaurios, que se aclimata a las condiciones de sequía y heladas nocturnas.
La comarca da también para otras iniciativas de turismo activo, como las que proponen el Parque de La Gabarda y el Centro de Ocio y Aventura del Aeródromo de Tardienta. Con todo, lo mejor es pensar dónde se va a reponer fuerzas con alguno de los platos de la comarca, como las chacinas, el cocido monegrino, el ternasco o las judías blancas con oreja y morro.
En toda la zona hay buenos restaurantes, como La Posada del Portegao (Leciñena, tel.: 974 168 392), el Restaurante Oto (Lanaja, tel.: 974 57 40 98), El Mesón Aragonés (Bujaraloz, tel.: 976 173 204) o Casa Jano (Grañén, tel.: 974 390 425).
Fuente: Guía Repsol
Empuriabrava (Gerona), caída libre al alcance de todos
Bautismo de aire en tándem Se pueden sentir pocas emociones más intensas que las que proporciona un salto en paracaídas, en el que la vertiginosa caída libre se combina con un suave vuelo. En el caso de Empuriabrava, esto se puede experimentar mientras se disfruta de una panorámica inmejorable de una parte de la Costa Brava.
Los saltos en paracaídas tienen en Empuriabrava uno de los lugares de mayor tradición en España. Ascender hasta los 4.000 metros y saltar al vacío, ya sea solo o en tándem, es una experiencia inolvidable pero no irrepetible. Son muchos los que quieren volver a sentir la adrenalina de descender en caída libre.
Las personas que quieren saltar por primera vez en paracaídas lo hacen en tándem. En este salto, un instructor profesional con miles de horas de vuelo va enganchado al alumno y le guía durante el trayecto.
La actividad se inicia a 4.000 metros de altura, y al salto le sigue un minuto de caída libre a 200 km/h. A 1.500 metros, el monitor abre el paracaídas y se inicia un vuelo más tranquilo que puede durar hasta cinco minutos.
Skydive Empuriabrava es uno de los centros profesionales de paracaidismo de referencia. Ofrece estos cursos tándem, para los que solo hay unas limitaciones físicas: la altura mínima es de 1,20 metros y el peso ha de estar entre 35 y 90 kilos. Si el salto se realiza en invierno, conviene abrigarse con dos jerséis, uno de ellos polar, guantes y ropa cómoda que facilite los movimientos.
Una rutina que lleva a saltar en solitario
Skydive Empuriabrava ofrece también el PAC (curso de Progresión Acelerada en Caída libre). En el mismo, después de un salto inicial en tándem, se pueden realizar siete saltos más en solitario, siempre con la supervisión de dos instructores. Los dos saltarán enganchados al cliente, pero en cada salto irán dándole mayor libertad, hasta dejar que salte en solitario.
Aprovechar a fondo la Costa Brava
En el entorno de Empuriabrava, proliferan los sitios de interés: Marina Empuriabrava, con 23 kilómetros de canales navegables; la villa medieval de Castelló d Empúries; las ruinas griegas de Empúries, y el Parque Natural de Aiguamolls de l'Empordà. Esta riqueza se traslada también a los platos de sus restaurantes. En ellos se puede degustar la cocina internacional y los platos locales, como el trinxat (col, patata y tocino), el suquet de pescado o el filete de ciervo. Cabe destacar el Restaurante La Llar (recomendado por Guía Repsol), en Castelló d?Empúries (tel.: 972 255 368) o Can Rafa (recomendado por Guía Repsol) (tel.: 972 254 003) y Flor de Lis (tel.: 972 254 316), los dos en Roses.
La sierra de Guadarrama en globo
El vuelo en globo aerostático es una de las opciones más fáciles y accesibles para poder sentirse, durante unas horas, libre como un pájaro. La posibilidad de contemplar la sierra madrileña del Guadarrama desde un punto de vista poco habitual es otro aliciente para la experiencia.
El aeródromo privado de Villanueva del Pardillo es el punto de acogida de los vuelos que pone en marcha The Balloon Company. Se trata de una de las empresas con mayor experiencia en la organización de estas actividades en la Comunidad de Madrid.
Desde la llegada al aeródromo, el cliente se implica en los preparativos del vuelo, gracias a las explicaciones del piloto sobre el funcionamiento del globo aerostático. Una vez aleccionados por los profesionales, algunos de ellos con más de 25 años de experiencia, se sube a los globos, con capacidad para 4 u 8 personas.
La barquilla (la cesta en la que se colocan los pasajeros) tiene una altura de 1,20 metros, por lo que se recomienda que los niños que no superen esa altura no vuelen. En cualquier caso, se prohíbe por motivos de seguridad llevar a los niños en brazos o con algún alzador. Se considera que los 8 años es la edad mínima aconsejable para realizar esta actividad.
Las salidas, al amanecer
El bautismo de vuelo en globo aerostático dura una media de tres horas, contando los preparativos, el vuelo en sí y el regreso al aeródromo en un vehículo todoterreno.
Lógicamente, la experiencia más intensa es el vuelo, cuando los pasajeros pueden llegar a alcanzar alturas de hasta 1.000 metros. Los vuelos suelen iniciarse al amanecer para poder disfrutar de una buena vista, despejada y sin contaminación. Duran aproximadamente una hora, siempre dependiendo de las condiciones meteorológicas.
Ese tiempo, que a muchos se les hace corto, permite a los pasajeros disfrutar de una sensación de libertad que nunca habían experimentado antes. Para acabar la actividad, se les ofrece un diploma, así como un almuerzo campestre.
Atractivos del Guadarrama
Estos vuelos se organizan en el entorno natural del Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama. Esto permite sobrevolar zonas protegidas de interés medioambiental, como el embalse de Valmayor, con especies de fauna y flora autóctonas. También se puede observar a vista de pájaro la villa monumental de San Lorenzo de El Escorial, con el impresionante monasterio que ordenó construir Felipe II.
En este entorno, lo mejor es probar la gastronomía serrana. En el mismo San Lorenzo se encuentran el hotel-restaurante Parrilla Príncipe (tel.: 918 901 548), La Fonda Genara o El Charoles (tel.: 918 101 636), con platos contundentes como el estofado de rabo de toro. En Galapagar está el restaurante Garnacha (tel.: 918 583 324), donde se pueden probar los pies de cerdo con angula de monte. Y en el pequeño pueblo de Guadarrama, se encuentra el Asador los Caños (tel.: 918 540 269), donde brillan la morcilla y el lechazo.
Fuente: Guía Repsol.
Río Verde, en Andalucía

En la Sierra de Almijara, frontera natural entre Granada y Málaga, se encuentra uno de los mejores lugares para practicar el descenso de cañones en España. En los tramos del Río Verde, se puede disfrutar con las técnicas verticales de escalada y el contacto con un agua cristalina siguiendo un cauce que sorprende a cada paso.
El Río Verde es el mejor lugar de Andalucía para practicar el descenso de cañones y uno de los recorridos más divertidos que se pueden realizar en el sur de la Península. Entre sus virtudes se encuentran las aguas cristalinas, un cauce soleado y un caudal de agua constante.
A la hora de iniciar la actividad, siempre hay que ir acompañado por monitores expertos, ya que la seguridad es una premisa básica. Tampoco hay que olvidarse del traje de neopreno, del casco ni del arnés, y hay que llevar un calzado que se pueda mojar. No hace falta tener experiencia previa, pero sí estar en una buena forma física, ya que se trata de una actividad exigente, que puede alargarse entre tres y cinco horas.
Una actividad para aprovechar el río
El Río Verde transcurre a través de un terreno accidentado, repleto de fuertes pendientes y desniveles, que se pueden sortear caminando, nadando y practicando la escalada, tanto en ascenso como en descenso. La mezcla de las técnicas de escalada y del contacto con el agua es uno de los grandes alicientes de esta modalidad.
Seguir el cauce del río a través de sus cañones, adornados de rapeles, saltos de agua y toboganes, no impide disfrutar del entorno, en el que destacan las rocas calcáreas amarillas y las pozas.
La popularidad del Río Verde entre los aficionados al descenso de cañones hace que se pueda contactar con numerosas empresas que organizan este tipo de actividad en la zona. Este es el caso de Turismo Deportivo Escapada-Aventura, Turismo de Aventura y Turismo Rural, Granaventour, Nevadensis-Turismo Rural y Makalu Aventura.
Del parque natural a la cocina de las clarisas
El Río Verde discurre por el Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama (tel.: 958 026 000). Conforma una frontera natural entre las provincias de Málaga y Granada, y recuerda a los macizos montañosos del norte peninsular.
Los aficionados a los deportes de aventura disfrutan de sus empinadas laderas, agudas crestas y profundos barrancos. El pino carrasco, el palmito, el revientacabras y el boj son especies autóctonas. En esta zona, también abundan las ardillas, las cabras montesas y las grandes rapaces.
En su vertiente norte, en Alhama de Granada, se encuentra el alojamiento rural El Ventorro, con 300 años de historia. Su restaurante (tel.: 958 350 438) ofrece lo mejor de la gastronomía de esta zona: migas cortijeras, torreznos, lomo de orza, chorizos y, de postre, tocinos de cielo y los bienmesabe, elaborados por las clarisas del monasterio de San Diego. Al sur, en la cercana Nerja, el ambiente y la cocina de Casa Luque (tel.: 952 521 004) es una buena opción. Para los sibaritas está la cocina francesa de El Chaleco, en Almuñécar (tel.: 958 632 402).
Fuente: Guía Repsol.
La Pedriza, escalada en la sierra del Manzanares
Perderse en la montaña es la mejor manera de desconectar del estrés. En la sierra de la Cuenca Alta del Manzanares, la práctica de la escalada y del alpinismo plantea la oportunidad de superar rutas de variada dificultad, siempre con las moles de granito de La Pedriza como telón de fondo.
El Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares es el escenario perfecto para la experiencia que supone un día de escalada en La Pedriza. Este macizo de granito, erosionado con el paso del tiempo, plantea varias posibilidades, tanto para el escalador aficionado como para el profesional
La localidad de Manzanares el Real, situada a 50 kilómetros de Madrid, es el punto de partida para planificar la aventura. La mejor opción es la de dejarse asesorar por los miembros del Club de Montaña de La Pedriza, uno de los principales impulsores del alpinismo en la zona.
Este club, por ejemplo, promovió el rocódromo situado en el mismo Manzanares el Real, donde se puede empezar a practicar los fundamentos de la escalada o a calentar el cuerpo antes del asalto a La Pedriza.
Preparar la ruta y escoger la vía
Es imprescindible planificar bien la ruta antes de iniciarla. Por ejemplo, puede que sea necesario tener que hacer anclajes en nieve, hielo o roca. Las técnicas de descenso son básicas, ya que la escalada no consiste solo en ascender a cimas; luego hay que bajarlas y el riesgo es el mismo. En invierno, la nieve es un elemento habitual y hay que conocer los distintos tipos, su transformación y las técnicas del movimiento en terreno helado.
En La Pedriza hay numerosos rincones e itinerarios para la escalada, sea libre o deportiva. Algunos lugares, como El Dedo de Dios, La Maza o El Yelmo, son riscos históricos para contemplar una de las mayores reservas naturales de la Comunidad de Madrid. Otras rutas llevan a parajes como El Tranco, la ermita de la Peña Sacra y El Bolao, que permiten conocer mejor los alrededores de Manzanares el Real.
Manzanares el Real, rico en historia y gastronomía
Punto de inicio y de regreso, el pintoresco pueblo de Manzanares el Real es otro de los alicientes de la actividad. Encajonado entre La Pedriza y el embalse de Santillana, tiene uno de los castillos más impresionantes de España. Construido en el siglo xv por la familia Mendoza, desde sus almenas se divisa una panorámica espectacular de la sierra del Guadarrama.
No hay nada como una buena comida después de una jornada de escalada. Entre los platos típicos de la sierra madrileña se pueden probar la sopa de cocido con hierbabuena, la caldereta de cabrito, la ternera de pasto a la brasa, la urta a la roteña, un buen cocido o las patatas en caldero con cabrito. En Manzanares el Real se puede reservar mesa en La Taurina (tel.: 918 539 389), Casa Goyo (tel.: 918 539 484), Casa Marga (tel.: 918 530 723) o Casa Julián (tel.: 918 530 486).
También puedes visitar nuestra selección de castillos donde encontrarás más información del castillo de Manzanares el Real.
Fuente: Guía Repsol.
Rafting, diversión en grupo en el Noguera Pallaresa

Los deportes de aguas bravas han ganado muchos adeptos en España en los últimos años. De todos ellos, el rafting es el más extendido y el más adecuado para los principiantes. La comarca catalana del Pallars Sobirà ofrece un entorno que se adapta perfectamente a las necesidades de esta práctica deportiva.
El rafting consiste en el descenso de los rápidos de un río en un bote de goma. Se trata de una actividad que se realiza siempre en grupo, lo que garantiza la diversión. En nuestro país, los especialistas consideran los ríos de la Noguera Pallaresa, en la comarca catalana del Pallars Sobirà, como uno de los mejores escenarios para realizar rafting.
Roc Roi es una escuela de aventura y deportes de invierno, una de las más veteranas y profesionales en la organización de descensos en aguas bravas de la zona. Su programa de actividades ofrece distintas alternativas, en función del nivel de cada persona. Uno de los trayectos con mayor aceptación es el que va de Llavorsí a Rialp. También es uno de los más espectaculares, con un recorrido de 12 kilómetros y una duración de unas 2 horas.
Los más pequeños, o los más inexpertos, pueden optar por otros recorridos. Siempre se ha de buscar uno adecuado a las propias fuerzas. En el Noguera Pallaresa, estas rutas van desde una excursión relativamente sencilla (entre Escaló y Llavorsí, de 8 kilómetros) hasta auténticos viajes que duran un día entero, como el camino entre Llavorsí y el desfiladero del Collegats, de 52 kilómetros.
Normas básicas
Los practicantes llevan siempre un casco de protección, chalecos salvavidas y palas, con las que pueden maniobrar por las aguas mientras dura el descenso. Además, están sujetos en todo momento por unas cinchas que les cogen de los pies mientras van sentados en el borde de la embarcación. Una norma básica es la presencia de un monitor (guía titulado) en la embarcación. Él será el encargado de formar a los miembros de la tripulación y de guiar la embarcación hasta llegar a buen puerto.
Descubrir una comarca de alta montaña
El Pallars Sobirà una comarca marcada por su dependencia de las montañas. La Associació Gastronòmica La Xicoia quiere reivindicar la cocina local, conocida por sus famosas Cassoletes, guisos de carne y productos de la huerta y bosque, para mantenerla como seña de identidad.
Lo mejor es probar los platos de algunos de los restaurantes que agrupa la asociación, como El Pigal, en Llesui (tel.: 973 621 715), el Hotel Montaña, en Alins (tel.: 973 624 358) o el Hotel Els Puis, en Esterri d'Àneu (tel.: 973 626 160).
Fuente: Guía Repsol.




