
Las plazas manchegas más espectaculares
Engalanadas con soportales, galerías y arcos de medio punto, estos recintos conservan el sabor de la arquitectura tradicional
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123456789Un recorrido por la historia

Los pueblos manchegos cuentan con una característica común. Sus plazas mayores son, desde su construcción en la Edad Media, verdadero corazón de las villas, punto de reunión de sus habitantes y un símbolo muy atractivo para el visitante. Engalanadas con soportales, galerías corridas, blasones, arcos de medio punto, aleros, balaustradas, columnas toscanas algunos de estos recintos han sobrevivido hasta hoy conservando todo el sabor de la arquitectura tradicional.De moda y debida relevancia se han puesto los parajes manchegos con ocasión de las rutas y actividades en conmemoración del IV Centenario de la publicación El Quijote de La Mancha. La literatura de Cervantes nos ha permitido redescubrir la belleza en las recónditas aldeas de la zona que fueron visitadas por el sin par caballero en sus andanzas.
El corazón de las villas
Molinos aparte, una construcción debió perseguir al Quijote por muchos de los pueblos de su tierra manchega. Un elemento presente en prácticamente la totalidad de sus poblaciones, como es la Plaza Mayor. El recinto, verdadero corazón y centro neurálgico durante la Edad Media, se compone de un gran espacio vacío definido por su contraste con un buen número de fachadas. Un paisaje que daba testimonio de la personalidad de cada poblado.
La existencia de plazas dedicadas al mercado está documentada desde el siglo VII. Fue en los últimos siglos de la Edad Media cuando el mercado empezó a configurarse como plaza. De esta forma se le daba mayor estabilidad al comercio irguiéndose alrededor del espacio una serie de edificios que servían de viviendas a los mercaderes. En los bajos de estas viviendas se instalaron tiendas permanentes.
También se dio una paulatina edificación de soportales, generalmente de madera en Castilla aunque dotados con arquerías de piedra en las regiones más lluviosas y frías. De esta forma el espacio público de la plaza del mercado se configuró como un recinto idóneo para albergar fiestas y todo tipo de celebraciones, pasando a ser escenario de las actuaciones de trovadores y juglares.
De mercado a Plaza Mayor
Durante el periodo de reinado de los Reyes Católicos, las plazas alcanzaban el grado de Mayor si en ellas se construían las Casas Consistoriales, algo bastante común por otra parte. Otros edificios clásicos de las plazas eran las iglesias y demás construcciones dedicadas al culto católico.
La Plaza Mayor se ha convertido en Castilla-La Mancha en fiel reflejo de una región y de un pueblo. El recinto, normalmente más amplio y regulado arquitectónicamente que el resto de las plazas del municipio, llega a constituir el elemento más definitorio y relevante de una localidad.
Alcaraz (Albacete)

Arco de Zapatería y, al fondo, la Iglesia de la Trinidad - isdipo fotografía En la Plaza Mayor de Alcaraz confluyen calles empinadas y estrechas con casonas de rancio abolengo, fachadas platerescas, patios barrocos, escudos nobiliarios y gigantes sobre sillares de almagra.
El ágora, de estilo renacentista, se construyó en 1592. El espacio es dominado de forma rotunda por dos torres de gran belleza: la Trinidad (1544) y la del Tardón (1568). Ambas resultan ser obras maestras del Renacimiento que exponen la rivalidad entre el poder eclesiástico y el civil.
En el ala norte del rectángulo porticado que forma la plaza se ubica la Lonja del Ahorí, reconvertida en Ayuntamiento, con doble galería y el escudo bicéfalo de Carlos I. Otra lonja de gran tamaño con quince arcadas, la de la Regatería, se encuentra separada de la primera por un arco y una escalera de piedra. En la actualidad el local, anteriormente destinado al almacén de grano, se ha convertido en casino.
Almagro (Ciudad Real)

daniel capilla Almagro conserva gran parte de los edificios levantados durante el Renacimiento. La ciudad acogió el mercado más importante de la comarca de Calatrava y fue considerado un centro de poder religioso y jurídico. En el municipio podemos contemplar el palacio del Gran Maestre de la Orden de Calatrava Gonzalo Núñez de Guzmán.
La Plaza Mayor de Almagro es uno de los ejemplos más importantes de las plazas mayores medievales con su singular tono predominantemente verdoso. El entorno del recinto es impresionante. Podemos destacar el mesón, con un Corral de Comedias donde se vienen representando obras desde el siglo XVII, el callejón del Toril, o las Casas Consistoriales.
Daimiel (Ciudad Real)

Plaza de España, en Daimiel - turismo de castilla-la mancha La plaza de Daimiel, de planta rectangular y soportales comerciales, fue erigida en el siglo XVI sobre otra ya existente y de mayor antigüedad.
Denominada de Los Portales Blancos, sus corredores y galerías abiertos se cerraron con el transcurrir de los años.
Tembleque (Toledo)

josé maría moreno garcía Al norte de Madridejos, pasado Mota del Cuervo, encontramos la pequeña localidad de Tembleque (2.200 habitantes). Su plaza Mayor, una de las más espléndidas de la región, está declarada Monumento Histórico Artístico. Se edificó a finales del siglo XVI y en sus antepechos figura la Cruz de la Orden de San Juan también conocida como Orden de Malta.
En esta Plaza de planta cuadrada, destaca en especial un torreón de madera levantado sobre columnas de orden toscano. Presenta el patrón arquitectónico típico de soportales sostenidos por sendas columnas de granito y dos corredores que siguen la estructura propia de estas construcciones manchegas.
El Toboso (Toledo)

m. peinado Como su nombre indica, la Plaza Mayor de El Toboso fue levantada con piedras blandas o tobas. La que pasa por ser una de las localidades más antiguas de La Mancha, albergó una población de unos 20.000 vecinos en el siglo XVI que tuvieron su lugar de reunión en este espacio.
Cifuentes (Guadalajara)

Håkan Svensson La Plaza Mayor del municipio alcarreño de Cifuentes data del siglo XVI y destaca sobre todo por su forma, puesto que se trata de un inusual recinto triangular. El Ayuntamiento preside la vista desde su posición en uno de los lados, estando el resto formado por fachadas de viviendas típicas de Guadalajara, con planta baja y principal y tejados de teja.
San Clemente (Cuenca)

San Clemente, que logró en 1445 su título de villa, ha sido tradicionalmente hogar de familias nobles. Esta circunstancia hizo que fuera denominada como la Pequeña Corte de La Mancha. En su Plaza Mayor se ubicó una fortaleza de la Orden de los Caballeros del Templo de Jerusalén, convertida con el tiempo en la espléndida Colegiata de Santiago.
En el siglo XVI se construyeron en la Plaza Mayor de San Clemente las Casas Consistoriales. Junto a ellas se levantó el pósito, entidad encargada de reservar semillas para entregarlas a bajo interés a los agricultores perjudicados por agravios de los incendios o la meteorología.
El Ayuntamiento de San Clemente conserva en su fachada un gran escudo real de la dinastía de los Austrias. Una galería porticada con siete vanos integra la planta baja del edificio. Los arcos de la construcción se asemejan a los del Palacio de Carlos V en La Alhambra granadina.
En el interior del edificio, que fue un regalo de la emperatriz Doña Isabel, señora de la villa de 1526 a 1539, se encuentra el Archivo Histórico Local, en el que hay catalogados documentos del siglo XIV.
Tarazona de La Mancha (Albacete)

http://tarazonadelamancha.wikispaces.com Tarazona de La Mancha, donde, según el dicho, "termina La Mancha y comienza La Manchuela", es una población de más de 8.000 habitantes situada a unos 60 kilómetros de la ciudad de Albacete.
Construida en el siglo XVII, su Plaza Mayor es el centro de referencia que ilumina de vida a la localidad y supone un hermoso ejemplo de arquitectura civil. Hubo un tiempo en sus orígenes en que fue un recinto cerrado, accesible sólo a través de arcos. A su alrededor se conservan unos edificios de notable interés, de buena fábrica y balcones volados de madera, con balaustres y aleros.
El templo renacentista de San Bartolomé se alza a un costado del edificio consistorial. La iglesia tiene tres naves, capillas adosadas en los siglos XVII y XVIII, columnas jónicas y bóvedas de arista.
La Plaza es la carta de presentación de un municipio en el que también destacan un pequeño puente romano, varias casas solariegas de airosa arquitectura y una singular plaza de toros. Sin olvidar la ermita de San Antón, del siglo XVII, exponente barroco con un pórtico lateral dintelado sostenido por columnas.







