De «Hércules» a «Jasón y los argonautas»: películas basadas en la mitología griega

«Troya» (2004)

En el año 2004, el director Wolfgang Petersen se atrevió a llevar a la gran pantalla una de las historia más emblemáticas de la mitología helena, recogida tanto en la «Odisea» de Homero como en la «Eneida» del latino Virgilio: la guerra de Troya.

Con un reparto de lujo ( Brad Pitt, Eric Bana, Orlando Bloom, Sean Bean, Diane Kruger, Rose Byrne, Saffron Burrows, Brian Cox y Peter O'Toole), la cinta recrea la guerra entre troyanos y helenos tras el rapto de la Helena, bella reina de Esparta, por parte de Paris, príncipe de Troya.

Ante semejante afrenta, Menelao de Esparta arma una coalición para recuperar a su mujer y arrasar Troya. Tras duros e infructuosos combate ante las imperturbables murallas de la ciuad, solo la astucia de Odiseo (Ulises) consigue dar el golpe de gracia a los troyanos: aparentar una retirada dejando un caballo como presente. Un animal que llevaba en sus entrañas la derrota de la orgullosa Troya.

«Jasón y los Argonautas» (1964)

Basado en el poema de Apolonio de Rodas Argonáuticas, la cinta dirigida por Don Chaffey y protagonizada por Todd Armstrong fue en su momento una película revolucionaria. Una auténtica joya de los efectos especiales gracias al increíble trabajo de Ray Harryhausen, el padre y auténtico genio de la animación stopmotion. La secuencia de la lucha contra el ejército de esqueletos forma parte ya de la historia del cine de fantasía.

«Inmortals» (2011)

Entre las cintas más recientes que se han ocupado de la mitología griega, destaca « Inmortals», película de 2011 dirigida por Tarsem Singh rodada en 3D. Cuenta en su reparto con Henry Cavill, actual Superman en «Dawn of Justice», junto a Freida Pinto y Mickey Rourke, Luke Evans y John Hurt.

Es una adaptación libre del mito de Teseo y el Minotauro, dentro de la conocida como Titanomaquia. El campesino Teseo es el único capaz de detener a Hiperión, un enloquecido rey que ha declarado la guerra a los hombres y que busca el legendario arco Epiro, fabricado por Ares, el dios de la guerra. El hombre que posea este arco podrá liberar a los titanes, que llevan encerrados desde el principio de los tiempos.

«Furia de titanes» (1981)

Pocos actores han dado vida al Dios de los dioses, Zeus, el Rey del Olimpo. Con empaque lo hizo Laurence Olivier en « Furia de titanes», otro clásico del género que llevó a la gran pantalla el mito de Perseo ( Harry Hamlin) y que también contó con el buen hacer del maestro Ray Harryhausen. Una cinta que también ha contado con su versión moderna -y tridimensional- con Liam Neeson en la piel de Zeus y Sam Worthington como Perseo.

«Ulises» (1954)

Puede que si exceptuamos a Hércules, el héroe más popular de la cultura griega sea Ulises. Y la gran encarnación del protagonista de la Odisea de Homero la encontramos en otro mito, en este caso del celuloide. Se trata de Kirk Douglas que protagonizó la adaptación que a mediados de los 50 dirigieron los italianos Mario Camerini y Mario Bava y en la que compartió planos con Anthony Quinn.

«Ulises y la isla de la niebla» (2008)

Rodada en 2008 bajo la dirección de Terry Ingram, « Ulises y la isla de la niebla» se centra en el astuto Odiseo. El rey Ulises ha estado lejos de Itaca durante veinte años. Los primeros diez, luchando en la guerra de Troya; los últimos diez, luchando para llegar a casa. Esta historia es demasiado horrible para Homero, por ello en la Odiesa falta la aventura conocida como «La isla de la niebla»'. Aquí el rey guerrero y sus hombres se enfrentan a una diosa del inframundo, Persephone y sus crituras aladas, cuya única intención es traer muerte y destrucción a la humanidad.

«El continente perdido» (1961)

La mitológica Atlántida también ha estado presente en el cine. En 1961, George Pal. contó la historia del pescador griego Dimitrius (Sal Ponti), quien se topa con una joven a perdida en alta mar y la rescata. La mujer en cuestión dice llamarse Antilea ( Joyce Taylor), y afirma ser princesa de la mítica ciuad de la Atántida. Dimitrius decide llevarla a su casa, e, inevitablemente, poco a poco se enamora de ella.