Grace Kelly: sus papeles en el cine antes de convertirse en princesa de Mónaco
La mujer cuya vida retrata «Grace de Mónaco» se convirtió en musa de Alfred Hitchcock y ganó un Oscar en apenas seis años
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12345678«Solo ante el peligro» (1952)
A sus 23 años, Grace Kelly dispuso de su primer papel relevante en « Solo ante el peligro», la cinta en la que Gary Cooper encarna a un marshall que debe hacer frente a un grupo de facinerosos mientras todos sus vecinos le dan la espalda. Como curiosidad, dice la leyenda negra de Hollywood que Fred Zinnemann aprovechó el filme para ocultar un alegato a favor del controvertido senador McCarthy. Kelly interpreta a Amy Fowler Kane, la mujer del protagonista.
«Mogambo» (1953)
«Mogambo» fue una de las películas más populares de John Ford en España gracias a la incompetencia de la censura de la época, que transformó un simple adulterio en un escandaloso incesto. Este melodrama con la selva de testigo, por otro lado, no tiene nada que ver con los célebres «westerns» que le hicieron famoso en todo el mundo. Ni la vegetación ni los actores parecen formar parte de sus señas de identidad, pero el director de «La diligencia» supo sacar lo mejor de Clark Gable, dividido entre la morena Ava Gardner y la rubia Grace Kelly.
«Crimen perfecto» (1954)
« Crimen perfecto» merece ocupar un lugar preeminente en la filmografía de Grace Kelly por el mero hecho de haber sido la primera ocasión en la que trabajó para Alfred Hitchcock. El mago del suspense quedó prendado de la actriz, a la que de inmediato convirtió en su nueva musa. Lo tenía todo para los estándares de Hitch: rubia, guapa e inteligente, no tan gélida como Eva Marie Saint o Tippi Hedren. En este primer trabajo da vida a una mujer a la que su esposo intenta quitar de en medio con un elaborado y retorcido plan.
«La ventana indiscreta» (1954)
La obra cumbre del binomio Hitchcock-Kelly. Una de las grandes obras maestras del director británico, la actriz evoluciona a lo largo del metraje desde un papel de aparente mujer-florero, como la rica y malcriada novia del lesionado fotógrafo al que encarna James Stewart, para acabar convirtiéndose en la auténtica heroína. Kelly brilla con fuerza en « La ventana indiscreta», joya insuperable en la que un voyeur forzoso, aburido en su silla de ruedas, descubre que uno de sus vecinos se dedica a quehaceres homicidas.
«Los puentes de Toko-Ri» (1954)
A William Holden le gustaban los puentes. Los de «Los puentes de Toko-Ri» no tienen tanto glamour como los del río Kwai, que tanto se trabajó, pero también tienen interés. La película es un drama bélico ambientado en la guerra de Corea, donde Holden y Fredric March se juegan la vida, para disfrute del espectador y sufrimiento de la guapísima Grace Kelly, perfecto contrapunto. Mark Robson no era un especialista del cine de guerra, pero sus trabajos solían ser más que correctos.
«La angustia de vivir» (1954)
« La angustia de vivir» optó a siete Oscar en 1955, de los que obtuvo dos, uno de ellos para su actriz protagonista: Grace Kelly. Con solo cuatro años de experiencia frente a las cámaras, incluyendo papeles en televisión, la intérprete nacida en Philadelphia inscribía su nombre en la historia de los grandes premios por su rol de la esposa de un actor alcohólico y caído en desgracia ( Bing Crosby); para más inri, el director de la película que puede sacarle del olvido ( William Holden) la culpa del comportamiento de su errático marido.
«Atrapa a un ladrón» (1955)
Hitch se llevó a Kelly, Cary Grant y el resto del reparto de la divertida « Atrapa a un ladrón» a la Costa Azul para contar la historia de John Robie, ladrón reformado (o no) al que acusan de una serie de robos de joyas en mansiones que parecen llevar su sello. Kelly interpreta a la hija de una de esas aristócratas que se encuentran en el punto de mira (o no) del afamado criminal. Durante su estancia en Mónaco recibió la visita de Rainiero... Un encuentro que suscitó un flechazo que acabaría con la intérprete renunciando al cine por la realeza.
«Alta sociedad» (1956)
Esta adaptación musical y en color de la maravillosa «Historias de Filadelfia» puede irritar por aquello de las comparaciones, pero sus resultados fueron notables. Charles Walters no es un director demasiado recordado (quizá con la otra excepción de «Lilí»), pero la música de Louis Armstrong y Cole Porter no puede ser pasada por alto. A Grace, además, le sirvió de entrenamiento para su futura vida.
