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Diez puntos templarios en Toledo
Castillo de San Servando - ana perez herrera
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Diez puntos templarios en Toledo

La ciudad de Toledo está llena de calles con topónimos que hacen mención a la Orden del Temple, al ser éste un enclave tan legendario

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La ciudad de Toledo está llena de calles con topónimos que hacen mención a la Orden del Temple, al ser éste un enclave tan legendario

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  1. El castillo de San Servando

    Castillo de San Servando
    Castillo de San Servando - ana pérez herrera

    Hoy es un albergue juvenil y en su época fue un importante punto templario, ya que ocupa una estratégica ruta de acceso a la ciudad, protegiendo el puente de Alcántara. Fue ocupado desde antiguo por todas las civilizaciones que han habitado la ciudad y castillo de la Orden del Temple hasta 1308. Ha sido y es una fuente de múltiples misterios y leyendas.

    El castillo de San Servando es una de las mejores obras de arquitectura militar mudéjar de España. Fue utilizada en diferentes épocas para defender la confluencia de caminos que accedían al puente y como fortaleza de defensa militar de la ciudad, por lo que fue objeto de numerosos destrozos y en la actualidad se encuentra muy restaurado.

    Fue erigido primitivamente en el siglo XI por Alfonso VI, quien lo entregó a los templarios. Se cree que en él veló las armas El Cid antes de su reconciliación con el rey. Luego pasó a ser ocupado por los frailes de Santiago hasta la extinción de la orden, quedando desde entonces abandonado, hasta que fue mandado reconstruir por el conocido arzobispo don Pedro Tenorio en 1386.

    Levantado con mampostería y ladrillo rojo, tiene planta cuadrada con muros almenados, torres cilíndricas huecas en tres de sus esquinas y cubos en las fachadas de mediodía y levante. El torreón norte se encuentra ceñido de medallones, arcos de herradura y barbacanas salientes.

  2. El castillo de San Martín de Montalbán

    Castillo de San Martín de Montalbán - juan gavancha

    Mención especial merece en la provincia de Toledo, el enclave de San Martín de Montalbán, donde tanto la ermita como el castillo fueron donados por Alfonso VII a los templarios en el siglo XII, pasando a formar parte de una de las veintisiete bailías con las que contaban en España.

    El castillo de Montalbán, según la descripción que se relata en el Corpus de castillos medievales de Castilla, es una obra cristiana del siglo XII, efectuada por los templarios, a quienes Alfonso VII debió concederlo al mismo tiempo que les daba la gran plaza de Calatrava; aunque muchos autores consideran que fue construido sobre otra fortaleza de origen islámico.

    Se trata de una gran fortaleza rodeada por el norte y por el oeste por el río Torcón, que pasa por allí a gran profundidad, lo que hizo innecesario construir defensas por esa parte. En los frente sur y parte del este sí que hay defensas, compuestas por una larga barbacana.

    El recinto se cubre por cuatro torres, de las cuales las de los extremos son rectangulares mientras que las otras dos son albarranas, de planta pentagonal muy saliente. La entrada está cubierta por una barbacana especial. En el interior apenas quedan restos, reduciéndose éstos a unos aljibes y a unas habitaciones en una de las torres.

  3. La iglesia de San Miguel el Alto

    Iglesia de San Miguel el Alto - ana pérez herrera

    La iglesia de San Miguel el Alto es la que conserva más simbología templaria. Posee en su suelo algunas lápidas y ya desde el siglo XII fue lugar de enterramiento. Dentro de sus muros se conserva un capitel gótico con el escudo de la Orden del Temple, que también aparece grabado en una de las campanas.

    La iglesia fue levantada en el siglo XII en estilo mudéjar y reformada en el siglo XVII, imponiéndole ya algunos cánones estéticos propios del barroco. Fue uno de los templos utilizados por los mozárabes.

    De su fábrica original destaca su esbelta torre mudéjar, que copia el modelo de la torre de la Iglesia San Román, y que también se repite en Santo Tomé, San Pedro Mártir y, con pequeñas variaciones, en Santa Leocadia.

    Estas torres están inspiradas en los alminares de las mezquitas musulmanas y su modelo tipológico es como sigue: basamento de piedra, cuerpo de mampostería encintada con ladrillos en los ángulos y un cuerpo de remate con dos o tres vanos de perfiles árabes para las campanas.

    En San Miguel el Alto, los tres últimos cuerpos de ladrillo se decoran con tres arcos ciegos entrelazados, de medio punto, polilobulados y dos de herradura en el cuerpo de campanas.

  4. La Casa del temple

    Patio interior y arcada de la Casa del Temple - ana pérez herrera

    Al subir por toda esta serie de callejuelas se llega a la Plaza del Seco, donde se localiza enseguida la Casa del Temple, aunque no es la única vivienda que los templarios debieron de tener en este barrio. La tradición sitúa aquí la hospedería que la Orden tenía en Toledo, un edificio que hoy es un conocido restaurante con importantes restos arquitectónicos. La Casa del Temple data de los siglos XI-XII, perteneciendo a esta época la estructura general, típicamente andalusí, sustentada por las bóvedas del sótano y organizada en torno al patio.

    Los elementos más primitivos de todo el conjunto son los restos del salón de época califal (siglo X), localizados en el subsuelo o sótano, bajo el salón del ala oriental. Este salón tiene paredes estucadas y ornamentación bicroma, de reminiscencias mozárabes. Corresponde a un estado anterior de la edificación, en el que constituiría el salón del ala occidental de otro patio situado a su costado oriental.

  5. La antigua plaza de la Cabeza (Abdón de Paz)

    Plaza de Abdón de Paz (antigua plaza de la Cabeza) - ana pérez herrera

    La Plaza de la Cabeza es la actual Abdón de Paz, tal vez asociada al famoso «bafomet», supuesto ídolo o deidad cuyo culto se asoció a la Orden, de ahí su nombre.

  6. La calle de la Candelaria

    Cuesta o calle de la Candeleria - Ana pérez herrera

    La calle de la Candelaria es otra de las advocaciones especificadas en la regla del Temple como de obligada adoración.

  7. La Virgen del Tiro

    Hornacina de la Virgen del Tiro en la Catedral de Toledo - ana pérez herrera

    La Virgen del Tiro guarda una historia muy curiosa. Según explica Rodríguez Bausá, es una virgen negra y románica del siglo XIII, que sería una imagen desaparecida que tenían los templarios en la iglesia de San Miguel. Se dio por perdida, y después de indagar todas las fuentes posibles, no ha aparecido información alguna sobre ella. Cuando en 1316 confiscaron los bienes de la Orden del Temple, debió de ser cuando llegó a manos de la Iglesia.

  8. Marcas de cantería en la Catedral de Toledo

    Una de las marcas de cantería cerca de la Puerta Llana de la Catedral de Toledo - ana pérez herrera

    Al lado de la conocida como Puerta Llana de la Catedral hay unas marcas de cantería que son de filiación templaria. En 160 años florecieron en Europa más de 175 catedrales siguiendo los modelos góticos y pagadas a toca teja por los monjes-caballeros de esta orden militar, y alguna de ellas pudo ser el caso de la toledana. De hecho, investigadores como Juan García Atienza y Rafael Alarcón Herrera mantienen que fueron los templarios quienes financiaron la catedral de Toledo.

  9. El callejón del Infierno

    Callejón del Infierno - ana pérez herrera

    El topónimo de este callejón guarda una relación directa con los templarios y, de hecho, se cuenta que los subterráneos y cuevas de esta zona de Toledo pudieron servir de escondite a los caballeros de la Orden del Temple.

    Además, son muchas las leyendas que enamoran y relacionan con mayor o menor éxito judíos con cristianos o con musulmanes y viceversa en Toledo... La influencia de siglos en la relación de estas comunidades ha dejado un rico rastro de historia y su reflejo en las leyendas de la ciudad es notable. En esta ocasión, la narración basada en el nombre de este callejón.

  10. El callejón del Toro

    Callejón del Toro - ana pérez herrera

    El callejón del Toro es el segundo más estrecho de la ciudad de Toledo, solo superado por el del Codo. Su nombre deriva de la tau de oro de los templarios.

    Sin embargo, otras leyendas cuentan otra historia. Según la tradición, en aquella zona se instalaban hace muchísimos años los toriles para la celebración de corridas de toros en Toledo. De momento, la teoría tiene sentido porque hasta 1865 las corridas de toros en la ciudad se celebraban en la Plaza de Zocodover.

    Pues bien, siguiendo con esta teoría, un día de corrida los toros fueron sacados de estos toriles para ser llevados a la Plaza. Pero, uno de ellos se escapó causando el pánico entre los toledanos.

    Entre todos, conseguían que el animal no huyera por otras zonas del Casco pero el animal era fuerte y todos los esfuerzos eran en vano. Hasta que se les ocurrió atraer al toro hasta el callejón del Toro, donde el animal quedó atrapado en sus paredes.