EL GRECO Y SUS DISCÍPULOS

Poco a poco se va animando el ambiente cultural para contemplar la muestra pictórica que, bajo el título «El Greco: arte y oficio», recoge los días del artista en su taller, con un amplio muestrario de su trabajo y de los discípulos que con él compartían la amplitud de una obra cargada de genialidad y belleza. A través de la exposición en el museo toledano de Santa Cruz, se puede conocer cómo era el proceso del pintor junto con sus oficiales, la forma en que resolvía sus encargos descifrándose minuciosamente claridades y penumbras, y la complejidad de resolver las múltiples peticiones que llegaban hasta sus pinceles prestigiados.

Las firmas más preparadas dedican en los medios de comunicaciónsus inquietudes sobrer la forma de trabajar de Doménico, al tiempo que explican con entusiasmo la laboriosidad de un taller que iba dando a conocer al mundo esa carga de espiritualidad que manaba del maestro y que recogían con detalle sus discípulos más cercanos.

Los fines de semana ya se vislumbran colas ante las puertas museísticas, y desde Madrid se convoca a los interesados a través de autobuses que, por un precio adecuado (25 euros), trasladan a los curiosos de una ciudad a otra, con entrada incluida.

Los expertos advierten que para saber del Greco no conviene perderse esta última convocatoria de su obra, que dispone de 92 ejemplares llegados de todas las partes del mundo, para presentar una imagen más real y terrenal del maestro cretense. A través de sus directrices, los discípulos ejecutaban las formas menos complejas de los cuadros, dejando para la imaginación diferente del artista ese toque especial que definía actitudes que no tienen paragón con ningún otro artista de la época.

Hasta casi mediados de diciembre estará abierta esta singular exposición, que atrae el interés de todos los que desean adentrarse en un quehacer artístico que conmemora los 400 años de la muerte del pintor, nacido en Grecia y que vivió en Toledo para dejar una huella única con la magia de sus pinceles que causan admiración y respeto hacia un creador que no encontraba descanso para sobresalir gracias a un talento irrepetible. Y que transformó su concepción pictórica en una marca personal que levanta pasiones. No se pierdan algo único que posiblemente no volverá a repetirse.