Reporteros Sin Fronteras denuncia los retrocesos de la libertad de prensa

En 2014, ha asegurado la presidenta de la organización durante la presentación de su informe anual, el mundo ha cruzado una línea roja al convertir a los periodistas que cubren conflictos armados en objetivos militares.

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La organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha presentado su informe anual sobre el estado de la libertad de prensa en el mundo. Y, aseguran, acabó el año mal parada. En 2014, ha explicado la presidenta de la organización, Malén Aznárez, se ha cruzado una línea roja al convertir a los periodistas que cubren conflictos armados en objetivos militares. «No solo son utilizados como arma de guerra, sino también como propaganda», ha afirmado.

En 2014, explica el informe de RSF, murieron menos reporteros mientras trabajaban que un año antes. La cifra de asesinatos ha caído desde 75 a 66 –a la que hay que sumar otros 30 entre periodistas ciudadanos y colaboradores–. La de secuestros, sin embargo, ha aumentado desde los 87 de 2013 a los 119 del último informe.

Casi 180 fueron encarcelados, en todo el mundo, por ejercer su profesión.

Según Aznárez, los países más peligrosos para ejercer de periodista en 2014 fueron Siria, Irak, Libia, Ucrania, a los que hay que sumar la franja de Gaza –el segundo lugar del mundo con más periodistas asesinados el año pasado–.

España, que la presidenta de RSF ha asegurado que no cuenta con casos tan graves, tampoco ha concluido 2014 mejor de como lo empezó. Algunos cambios legislativos, ha explicado Aznárez, han degradado la libertad de prensa y la capacidad de los periodistas de ejercer su profesión. «La conocida como ‘Ley Mordaza’, por ejemplo, dificulta el trabajo de los fotoperiodistas en manifestaciones, desahucios o en la valla de Melilla», ha asegurado. «No paramos de recibir denuncias de compañeros a los que han detenido o quitado las cámaras por trabajar ahí».

Ranking mundial

También ha calificado la nueva Ley de Transparencia –que entró en vigor el pasado 10 de enero– como «inferior a las de nuestro entorno europeo» y como una oportunidad perdida. Y ha señalado como otro de los principales retrocesos «la notable politización de la televisión pública, y su uso partidista y progubernamental».

Ninguno de estos problemas, ha afirmado, «es tan brutal o tan dramático como los de otros países, pero sí atacan directamente a la libertad de información». El jueves 12 de febrero RSF publicará un ranking de clasificación de los países según su respeto por este derecho, aunque Aznárez no ha desvelado en qué puesto estará España. «El año pasado quedó en el 36, dentro de los 40 primeros, que no está del todo mal», ha apuntado. «No hay periodistas asesinados, ni censura previa; sufrimos temas menores comparados con otros países, pero estos retrocesos también son una merma de la calidad de nuestra prensa».

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